Un Libro para el Pueblo de Dios

La carta al Pueblo de Dios.

Capítulo 1

Bendecidos sean todos aquellos, que han de leer esta carta, mis saludos más cordiales, Dios el Altísimo, Nuestro Señor Jesucristo y el Espíritu Santo, sean con cada uno de vosotros y vuestro espíritu, estas son palabras para recordarles a todos vosotros, a quien es que ustedes dicen servir, para recordarles por medio de las escrituras, aquello que vosotros olvidasteis.

El Señor, tome control de las palabras que sean dichas, para que la Gran Sabiduría, recaiga en los corazones de su pueblo.

Acaso olvidaron, lo que se les recordó muchas veces, aquellos que dicen creer, pero no conocen, las escrituras, no recuerdan de donde han venido, vosotros sois polvo, que al cual el Señor ha dado aliento de vida, para que tengan una oportunidad de obtener la vida eterna que se nos ha prometido Gracias a la muerte y resurrección del Hijo del Hombre. Vosotros, habéis olvidado que esto es de esta manera y han despreciado esta oportunidad, emborrachándose de afanes de la carne, la cual tiene deterioro, mas en el espíritu, que es de Dios, no tenéis participación alguna.

Empezaron a creer, que aquello, material la única manera de obtenerlo es pidiéndolo al Señor y no habéis entendido que a lo que se refiere era pedir conforme a la voluntad del Señor, pero solo escucharon lo que, les parecía bien, saltando de línea en línea, para escuchar lo que sus corazones pedían, Riquezas, amor, unidad. Vosotros mismos os quejáis después, no lo recibisteis y ahora, echáis en cara al Señor diciendo: Te hemos dado y tu no no das, te hemos orado y tu no nos das.

Esto es una falta de respeto, Tanto el Señor nos ha dado y aun así vuestros corazones quieren más, su voluntad no es darles las riquezas de la Tierra, pues esta no es de él, su voluntad es que busquemos una unidad entre su presencia y nosotros, pero solo escucharon lo que quería, y ahora les pregunto: ¿Sus voluntades son mayores que las de Dios?

La tierra no es mas que un medio, es el paso y la prueba que recibimos. En el final, vosotros os aseguro, que no se preocuparan mas por lo que en esta tierra, ahí pues Como dijo el Señor: Porque viste creíste; Bienaventurados los que no vieron y creyeron. Pero Dios, es misericordioso con cada uno de vosotros, cada día nos da una oportunidad de cambiar para servir por él y para él.

Pero una vez más habéis olvidado, cuantas veces el Señor trato de recordarles, su pueblo fue y seguirá siendo sometido por causa, de aquellos que en una ignorancia, creen ser superior a Dios, que dicen conocer sus palabras, pero no practican ninguna, aquellos que el ayuno habéis modificado para conveniencia de vosotros, aquellos que la oración, la cortasteis por que sus afanes, parecen mas que su Dios, al que dicen que aman.

Dicen y creen que no pecan, pero si no fuera por el Señor, que nos limpia, ¿Quién seria salvo? Acaso, no sabias que amaras a tu prójimo como a ti mismo, aquel, del que hablas, odias, murmuras todo esas palabras que no escucha, Dices que deseas respeto, igualdad, pero te concentras, en remarcar los errores y te gusta estar sobre todos, acaso olvidaron, que aquello que quieran que hagan por ustedes, háganlo por ellos. Pues, una persona que tiene misericordia, encontrara la misericordia del Dios altísimo.

Pero, prefieren, colocar una mascara sobre vosotros, sin saber que Dios, no ve lo de fuera, si no lo de dentro, Sean luz, pues, han olvidado eso, Han olvidado lo que es la Gratitud, Bondad y humildad, prefieren ir a emborrachar vuestros cuerpos el día del Señor, que ir a su templo a escuchar palabra de él, le faltan al respeto, pero el que esta lleno de luz, y todo su ser, lleno de amor para con los hombres, los perdonan, cuando llegan a rogar, en sus momentos de tormento y sufrimiento, muchas veces intercediendo por vosotros, quienes, no apreciáis su gran Trabajo.

Han dispersado vuestros corazones más y más, del objetivo y del camino, tienen, no dan y piden, hasta cuando Señor, tu justicia, caerá con mano dura, Solo tú lo sabes. Pues, un seguidor Cristiano, no es perfecto, somos carne, pero, aun Dios hecho hombre y carne, logro mucho, cuanto podremos nosotros, teniendo a él, a nuestro lado. El pecar es inevitable, pero hermanos, hemos desviado el camino bastante, aquello que en la época, antigua se entendía, es muy confuso para nosotros.