Prólogo

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Mi nombre es David Elizabeth Strider.
Como miembro de tercer grado de la organización Atenea, se me ha encomendado la tarea de redactar el informe sobre la misión “1973” en detrimento de hacer conocedores a los altos cargos del gobierno tanto sus resultados, como los daños recibidos, sobretodo los materiales, de manera que sean conscientes de cual es la debida indemnización monetaria a los afectados.
Sin embargo no puedo hacerme responsable de un léxico cuidado y correcto durante toda esta narración, debido a que puede que sea larga y yo, ni gusto de la escritura ni soy una persona educada.

La misión en si comenzó el día 19 de Junio de este mismo año y su cometido era más bien sencillo. Sin embargo es asombrosa la facilidad con la que en los planes preparados por nuestra organización siempre hay alguna laguna, y por tanto la problemática fue aumentando a medida que iba pasando el tiempo estipulado.
Me gustaría como al que más, ir al grano, acabar cuanto antes, pero me temo que he sido obligado a explicar, no solo el contenido de la misión, sino el funcionamiento de ésta Organización al completo, gran pérdida de tiempo a mi parecer, puesto que si usted está leyendo esto es porque está al corriente de nuestras actividades y su tarea es supervisar nuestros movimientos.
No obstante me limitaré a seguir las órdenes que se me han dado.

Atenea, es una organización fundada en el primer tercio del siglo XX, cuyo principal cometido es buscar a jóvenes con ciertos “talentos”, reclutarlos, y formarlos de la mejor manera posible, de forma que sus habilidades puedan servir de apoyo, defensa o ayuda para la sociedad.
Como ustedes ya sabrán, Atenea es una organización totalmente invisible a ojos de esa sociedad, sin embargo es financiada y respaldada por el gobierno desde el primer momento de su creación.
En cuanto a esos “talentos” mencionados anteriormente, en un principio se trataba de los llamados “poderes psíquicos'', la telepatía, telequinesis, etc., todas aquellas patrañas que nadie solía creer, hasta que se pudo demostrar que eran totalmente verídicas.
Pero no se confundan, fueron los fundadores de Atenea quien descubrieron la existencia de estas habilidades y se guardaron bien de que siguieran siendo mitos, poco creíbles.
Como con cualquier experimento, al continuar avanzando, se comenzaron a descubrir más de aquellos asombrosos “poderes”; no solo existían personas capaces de controlar su propia mente o la de los demás, si no personas capaces de ver el futuro y el pasado, de transformar su cuerpo a su antojo, de viajar en el espacio o en el tiempo...
Por tanto, hoy por hoy, Atenea es, a grosso modo, un gran edificio dónde se forma a jóvenes de diversas edades y con diversos dones.
Pero no todos tenemos las mismas obligaciones y responsabilidades, sino que todos los integrantes estamos divididos en cuatro grados:
Primer grado para las personas recién reclutadas. Por lo general suelen ser también los más pequeños, ya que los altos cargos se encargan con destreza de localizar cualquier indicio de un nuevo talento incipiente, aunque no es raro encontrarnos reclutas de edades superiores que han entrado tardíamente.
Segundo grado, es dónde destinan a los reclutas de Primer Grado cuando han aprendido a controlar y entender sus habilidades. Aquí es dónde se les entrena realmente, dónde perfeccionan ese don.
Finalmente, hay personas que se quedan en el Segundo Grado, otras, como es mi caso, tenemos el privilegio de subir al Tercer Grado.
El Tercer Grado está destinado a aquellos reclutas que hayan realizado la mayor cantidad de misiones al finalizar el año o cuyos poderes sean considerados extremadamente útiles para planes concretos o como ayuda social, entre otras condiciones.
Por último, el Cuarto Grado, está reservado para los instructores o reclutas más condecorados, en resumen estaríamos hablando de la élite.

Una vez dentro de los Grados, se nos agrupa en equipos, atendiendo a las capacidades de cada individuo y la compatibilidad que tiene con el resto de integrantes del grupo.
El equipo al cual pertenezco es el equipo B.E.T.A, formado por tres reclutas de dieciocho años pertenecientes a su vez al Tercer Grado: Jade Harley, Rose Lalonde y yo mismo.
Como está estipulado en las pautas a seguir para redactar este tipo de informes, procederé a una correcta presentación de mis compañeras y de mi mismo.
Jade Harley, dieciocho años, entró a la Organización cuando a penas podía sostenerse en píe, aproximadamente con tres años. Tiene la habilidad de transportarse en el espacio, aunque con la limitación de que siempre ha de ser en la misma franja horaria.
Rose Lalonde, dieciocho años, entramos en la Organización al mismo tiempo, hace unos seis años. Cabe mencionar que es mi hermana, a pesar de que debido a diversas razones que no es de recibo citar en un documento oficial, no compartimos apellido. Está en transición de pasar a Cuarto Grado debido a su sobresaliente habilidad, digamos, a su mente prodigiosa. No es una capacidad intelectual superior de lo que estamos hablando, sino un don natural para todo tipo de poderes psíquicos. Le es suficiente leer sobre el funcionamiento de uno de estos poderes y prácticarlo durante un tiempo indefinido para poder llegar a controlarlo.
Por último tendría que citarme a mi mismo, Dave Strider, también de dieciocho años de edad. Como ya he mencionado mi llegada a Atenea coincide con la de mi hermana y mi habilidad consiste en lo que comúnmente se denomina “viajar en el tiempo”. Aunque por el contrario del caso de mi compañera Jade, mi limitación consiste en el espacio, es decir puedo moverme a diferentes líneas temporales, pero siempre estático en el lugar en el que he dado “el salto”.

Bien, hecha esta introducción previa, puedo introducirme de lleno en mi cometido, que es explicar la misión de la que ha sido participe mi equipo, la misión “1973”

1973 [A Homestuck fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora