Capitulo 15.

79 6 5
                                    

— ¿Que estás haciendo aquí? — Digo rápidamente, mirando hacia la sala y saliendo de mi casa.

— A mí también me da gusto verte Isabella. — Me dice con una media sonrisa y tono sarcástico.

— Oh Discúlpame, es que tengo el vago recuerdo de que te dije que me iba a ocupar, ¿o alucino?, no, no alucino, si te lo dije Sebastian. — Digo de la misma manera.

— Ya, ya, sé que me dijiste que hoy ya no iba a poder verte, pero es que ya no resistía un minuto más sin ti, además Isabella me dijiste que no podíamos vernos por que ibas a atender a un amigo del colegio, y no creo que a esta hora sigas ocupada con él. —  Se detiene al decir eso y me mira, yo bajo la vista y volteo a ver la puerta de mi casa. — ¿Sigue aquí? ¿A esta hora? 

—  Si. —  Digo sin darle mucha importancia.

— A bueno pues ¿porque no me lo presentas?, o mejor aún puedo presentarme yo solo ¿no crees? —  Dice esto en tono de burla y agarrando la perilla de mi puerta, yo le toma la mano y digo.

—  No creo que sea el mejor momento. —  El me mira extrañado.

—  ¿Y porque no? ¿Te avergüenzas de mí?

—  No es eso Sebastian, es solo que él… —  Dudo un segundo si decirle que Marco se encuentra dormido, pero razono y llego a la conclusión de que no tiene nada de malo que mi mejor amigo duerma en mi casa, además  Sebastian no tiene el derecho de reclamarme absolutamente nada, aun así les confieso que me da ese no sé qué decírselo, pero me vuelvo la mujer más valiente de la cuadra y se escupo rápidamente. — Esta dormido. — Miro al piso cuando lo digo, sigo sosteniendo su mano en la mía y noto como esta se tensa.

— ¿Que? — Dice con su mirada clavada en mí, puedo notar el enfado que emana de sus ojos, pero su voz es fría y tranquila, tanto que hasta me da miedo.

— Pues es que estábamos viendo una película y se quedó dormido, ¿tiene eso algo de malo? — ¿Por qué le estoy dando explicaciones? Y ¿Por qué de repente ya no me siento tan valiente?

— No lo sé, ¿dime que opina tu papa de esto? si se puede saber.

— Pues mi padre no está, pero si estuviera sé que no le importaría, Sebastian, Marco es mi mejor amigo y él lo sabe. — Digo esto y me invade esta extraña sensación de que realmente estoy haciendo algo malo, aunque mi mente me diga mil veces que no es así, además no puedo evitar pensar el por qué le molesta tanto, si lo reconozco,  estamos saliendo y es exageradamente lindo, pero no somos más que amigos, y aunque me duela en el alma esa es la realidad, quiero convencerme a mí misma de que él no tiene derecho de enojarse y sobre todo de que no estoy haciendo nada malo.  

— ¿No están tus padres?

— No. — ¡PUM! su tensión de nuevo es notoria y eso que ya no lo estoy tocando.

— Bien, ya me voy. — Me dice y se gira con la intensión de marcharse, en ese momento se escucha que abren la puerta, y él se gira de nuevo para regresar, yo me congelo y no se de mí en ese momento.

— Isabella donde mierd… O disculpa no sabía que estabas ocupada. — Dice Marco mirando a Sebastian con curiosidad, pero aportando una pose de chico malo que debo resaltar que no le va para nada mal.

— No te preocupes, él ya se… — No puedo terminar la frase porque Sebastian me interrumpe.

— Hola mucho gusto Sebastian. — Dice dándole la mano a Marco con una media sonrisa en la cara, pero esta es diferente a las que yo he conocido, no es de las que derriten hasta a un iceberg, esta es más como si estuviera planeando algo siniestro, y bueno a quien engaño esta igual me derrite.

¿Como llega el amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora