10/2018

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-No va a ir? Vaya ponga la cara- se podia oir clarito la voz de mi madre desde el fondo del pasillo, estaba ya agotada de tener que lidiar con una hija como yo, de lidiar con quien solo se dedica a flaquear y perderse en la inestibilidad emocional, y no la culpo, mientras los años corrian yo iba retrociendo, como diria un amigo me iba : "patraceando" al paso que tomaba decisiones, habia retornado tanto que hasta el punto de hoy me encontraba encerrada en la habitación con un cigarrillo a la mano, ahogandome en el propio humo de la desesperación.

Estoy caminando en un limbo sin rumbo aparente donde el tiempo no existe, solo se siente el frio del ambiente, el saco que me habia vestido no estaba abrigandome lo suficiente, no llegaba a calentarme en el interior donde yacian los vientos de otoño. Los tenues rayos de luz atravesaban la persiana y daban a mi rostro justo en los ojos,  tomé el cigarrillo y crei que podria encenderlo un poco mas con el calor del sol, inhalé y suspiré muy profundo mientras me reia de mi misma, las lágrimas empezaron a desbordarse en mi a la vez, depronto la habitación se estaba inundando y la única balsa era mi cama, estaba aterrada pero no podia dejar de llorar, mis lágrimas bajaban como caudales, senti como mi cama de despegó del piso y comenzaba a subir con el nivel del agua, intenté avistar las ventanas de mi habitación, con eso tendria chance de dejar escapar el agua y poderme salvar sin embargo la marea se puso tempestuosa y fué imposible adentrarme en lo que ya se habia convertido en un profundo mar, temí cuando mi nariz tocó el techo y me dejé ir asi sin mas, el agua llenó mis pulmones y luego me fué imposible volver a despertar. 


Otoño en un país del trópicoWhere stories live. Discover now