Capitulo 1 - La huida

4 0 0
                                    


Son las seis de la mañana y en Ezeiza hace un frio espantoso que cala hasta el minimo hueso. No tengo muy en claro si todos lo sienten o si sólo lo estoy sintiendo yo. No sé si la temperatura esta baja de verdad o en mi cuerpo tengo escondido un tempano de hielo que me está haciendo temblar. Hago la fila del check in inquieta, mirando para todos lados, haciendo tap-tap en el piso con un pie derecho que no puede quedarse en su lugar. Tengo los auriculares puestos pero la música apagada, los anteojos puestos pero los ojos cerrados y la campera sobre los hombros sabiendo que, igual, no puede abrigarme. Tengo miedo. Ese miedo que revuelve el estomago, que da taquicardia, que nos hace estremecer cada segundo. Estoy huyendo, debe ser por eso. Me estoy escapando de todo lo que tiene mi casa, mi vida y mi entorno. Me estoy escapando de mí para volverme a armar en otra persona, diferente, nueva, más lejos, ajena a todo lo que estoy dejando en estas tierras. Cuando llego al mostrador evito hacer contacto visual con la chica que atiende, me da miedo que pueda ver el pánico en mi mirada, que lo note y me cuestione, que me obligue a quedarme acá. Le entrego el DNI e inspiro muy hondo: seguramente sea una de las ultimas veces que lo use. Ojalá sea la última definitivamente porque no quiero nunca más volver a ser esta que soy hoy. Que Alma se extinga para siempre, de una buena vez, eso pienso mientras camino a migraciones. Muestro mi DNI una vez más. Cada vez falta menos, ya casi estoy. Corro a la puerta de embarque porque, para variar, estoy tarde. Corro rapido y sin respirar, como si alguien estuviese persiguiendome, pisandome los talones y yo tuviese que escapar de su agarre. Y un poco es así. Me está persiguiendo el peso de las ultimas veinticuatro horas y tengo miedo de que me encuentre, se estrelle fuerte contra mi y me rompa en mil pedazos por el impacto. Llego con los pulmones ardiendo y los ojos estallados en lagrimas. El tipo de la puerta me pide el pasaporte, el único documento que va a quedar de esta vieja vida que dejo en tierra firme, que demuestre quién fui. Tengo la adrenalina disparada en el cuerpo, lista para el despegue, con la anticipación de todo lo que puede llegar a pasar a partir de hoy, corriendo por las venas. Tengo mucho más miedo que antes. Tengo terror, de ese que aprieta fuerte el pecho y corta la respiración. Me acomodo en el asiento, espero, miro por esa ventanita minuscula que no muestra nada pero que espera mostrar mucho. Tengo panico. Se me escapan las primeras lagrimas, tomandome por sorpresa, asaltandome desde lo más profundo de mis lagrimales. Estoy temblando al mismo tiempo que el avión empieza a carretear. Esta vez no escucho música, no pongo ningún tema, cierro los ojos, me entrego al movimiento de este pajaro de metal que me esta ayudando a escapar. Agarro muy fuerte el apoyabrazos. Ya está. No hay vuelta atrás. El avión despega y empieza a dejar minusculo todo lo que alguna vez me hizo ser yo. Te empieza a dejar a vos, también. Supongo que soy una cobarde, que me dejé ganar por la desesperación, que no voy a poder volver de esta humillación de haberme escapado tan rápido que nadie llegó a darse cuenta. Pero vos te fuiste antes que yo, Mandala. Y desde el aire, mirando las nubes, tan alto que no se ve la tierra, te despido para siempre. No quiero ser yo si vos no estás cerca. Vos te fuiste antes que yo, Mandala. Y con vos se fue todo lo que alguna vez podría haber sido de mí.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 16, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Alma & MandalaWhere stories live. Discover now