Capítulo 1

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15/10/2018.

Pip pip pip pip

-Grrr..mh

Me levanto tras escuchar el sonido del despertador, miro la hora en él y son las 7am. Maldigo para mis adentros, uff odio madrugar. Me levanto para adentrarme en el baño para darme una ducha y despertarme por completo. Al terminar de ducharme y hacer mis necesidades salgo del baño y voy hacia mi armario. No me demoro en elegir que ponerme, cojo unos jeans, una camiseta de manga larga y unos botines planos.

Me dirijo hacia la cocina para tomarme un humeante café y así mantenerme despierta el día entero.
Antes de salir por la puerta de mi casa cojo las llaves, el móvil, mi cartera y la chaqueta, metiendo todo lo mencionado antes a los bolsillos de esta.

Cuando salgo me aseguro que he cerrado la puerta con llave. Camino por las calles de Los Ángeles hasta llegar a mi trabajo, una pequeña cafetería de estilo clásico, al entrar a esta, una campanilla suena avisando de la llegada de alguien entrando al lugar. Solo hay una persona en el lugar y es mi compañera Gloria, ella es una mujer de 46 años de edad, pelo rubio recogido en un moño, estatura media, ojos azules y algo rellenita pero adorable, Gloria es una mujer encantadora, es como una segunda madre para mí, siempre cuida de mi.

-Buenos días

-Buenos días Kate- me responde ella con una sonrisa- Felices 25- me dice dándome un mini cake-cup con una vela encima.

-Gracias, no tenías por qué- respondo con una sonrisa en mi cara.

-Claro que si, anda sopla que empecemos a trabajar.

Suelto una pequeña risa y me acerco a soplar la vela.

La mañana pasa entre servir cafés y desayunos, es la hora de comer por lo que mi turno ha terminado, menos mal que solo es de mañanas y por la tarde vienen otros empleados. Salgo de la cafetería tras haberme despedido de Gloria.

Me dirijo hacia mi casa, al llegar meto al horno una lasagna (lasaña en italiano) y como, luego hago mis quehaceres, al terminar reviso la hora y son las 5:30 de la tarde, agarro mis cosas y salgo de mi casa dirigiéndome a la de mi hermana, ella es mayor que yo, tiene 30 años y un hijo precioso que es a lo que más quiero en este mundo. Cuando llego a su casa toco el timbre, escucho unos pasos acercándose a la puerta y después está abrirse encontrándome al otro lado a mí hermana.

-Hola- saludo dándole un abrazo.

-Hola, ¿que tal el día?- pregunta ella correspondiendome al abrazo.

-Bien, ¿y tú?- le pregunto, pero no llega a contestar porque alguien me agarra las piernas, miro hacia abajo y ahí se encuentra el amor de mi vida, mi sobrino Adrián de 2 años, lo levanto estrechándole entre mis brazos con una sonrisa en mi cara dándole un montón de besos en su carita y mi pequeño no para de reír por esto.

-Bien- contesta al fin mi hermana- pasa anda- no me había dado cuenta que todavía seguía en la entrada, entro al hogar con el pequeño todavía en brazos.

La noche llega y después de cenar con mi hermana y mi adorado sobrino, salgo de su casa para dirigirme a la mía, miro la hora en el móvil y son las 12:30 de la noche, no me he dado cuenta de que era tan tarde, hecho a andar por las calles, acelerando el paso porque estas están desiertas.

Giro sobre una esquina, mi casa está en dos calles más hacia adelante, al girar en esta veo algo ser llevado a un callejón, me quedo parada en mi sitio, me voy acercando poco a poco llevando precaución, entonces escucho unos llantos, me que quedó paralizada sin saber que hacer, estoy asomada al callejón sin que nadie de dentro me pueda ver, dentro de este se encuentra un hombre que se acaba de bajar los pantalones, está encima de una chica, parece tener unos 14 años, me quedo allí parada sin saber que hacer, mientras el hombre embestía a la chiquilla y le pegaba hasta casi dejarla inconsciente, mi respiración es entrecortada, por un instante pienso en marcharme, pero no puedo, mis piernas no funcionan, no se mueven, entonces veo en el suelo al lado de una papelera un trozo de cristal, sin pensármelo dos veces lo agarro y me dirijo hacia el hombre, me abalanzo sobre el clavándole el cristal una y otra vez, hasta que este no se mueve, giro mi cabeza hacia atrás para ver cómo se encuentra la muchacha, pero está no se mueve, miro bien y veo una brecha en su cabeza, busco mi teléfono y llamo a una ambulancia para ella, cuando termino la llamada, me quedo sentada en el suelo, lágrimas empiezan a salir de mis ojos, miro el cuerpo del hombre sin vida al lado mío, entonces entro en estado de shock temporal, solo escucho sirenas y creo que es la policía, un agente llega hasta a mí, me dice algo que no logro entender, me ayuda a levantarme y me lleva al coche de policía donde me hace entrar a la parte trasera, ahí reacciono mirando hacia el agente.

-Vamos a llevarle a comisaría y le tomaremos una declaración de los hechos- responde este.

Después de 10 minutos llegamos a comisaría, entramos a esta y me llevan a una habitación, donde hay una mesa y dos sillas opuestas entre ellas, me hacen sentarme en una de estas. Espero sentada mirando en dirección a la puerta, a la espera de que entre alguien. Un hombre de aparente de unos 52 años entra a la habitación y se sienta enfrente de mi.

-Hola, mi nombre es Jorge Mikado, señorita Díaz, cuénteme lo sucedido por favor- me habla con una voz suave Jorge.

-Pues verá...- mi voz tiembla, pero me digo a mi misma de seguir adelante- yo iba en dirección a..a mi..i casa, cuando....

NO QUIERO IR A LA CÁRCELWhere stories live. Discover now