Capítulo siete.

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Chloé se puso un jersey azul y se miró en el espejo de su dormitorio. El color del jersey contrastaba con su cabello cobrizo, el cual se había cortado hace poco, dejándolo a la altura de sus hombros. Se ató los cordones de las zapatillas, fijándose en lo mucho que le temblaban los dedos: iba a salir con Harry, tenía una cita con Harry, el mismo Harry cuyas fotos habían decorado las paredes de su habitación años atrás. A Chloé le costaba mucho aceptar que se había vuelto a enamorar, y más aún que había sido de un chico como él.

“¿Estás lista?” preguntó Harry desde la puerta, sin abrirla del todo.

“Sí” respondió Chloé, girándose hacia él “pero no creo que esto sea una buena idea”

“¿Qué no es una buena idea?” dijo Harry, alzando una ceja.

“Que salgamos, ya sabes, tan pronto, nos verá todo el mundo y habrá paparazzi y…”

“Por Dios, Chloé, ni siquiera yo tengo tanto amor propio para pensar esto. Además, solo vamos al cine” la cortó Harry.

“Pero nos verán y la gente hablará y ”

“Mi novia está jodidamente loca” volvió a interrumpirla.

La cogió de la mano y le ayudó a ponerse el abrigo, sacándola lo más rápido posible del apartamento.

“Harry” lo llamó cuando ya estaban en el ascensor “¿desde cuándo soy tu novia?”

“Pensé que querrías serlo después de lo que pasó la otra noche” sonrió el chico.

“Oh, venga, la otra noche no pasó nada” espetó Chloé. “Narcisita” añadió.

Harry siguió sonriendo, le encantaba Chloé, su manera de hablar y de intentar meterse con él cuando él la provocaba. Incluso le gustaba su forma de ser cuando estaba con ella, se sentía cómodo, y eso no era algo que le pasase a menudo.

Harry le pasó un brazo alrededor de la cintura y la atrajo hacia él.

“¿Te gustaría salir conmigo?” susurró a su oído.

“Me encantaría” dijo Chloé, poniéndose de puntillas para darle un beso efímero.

                                                                                        ***

La sala de cine estaba casi desierta, había unas cuantas parejas y también algunos corazones solitarios que parecían estar rotos, o eso quisieron pensar Chloé y Harry debido a la temática romántica de la película. Al rato de que esta comenzara, Harry pasó un brazo por los hombros de la chica para acercarla hacia sí y empezó a dejar caer pequeños besos en la línea del perfil de su rostro.

“Harry, ¡para!” susurró ella intentando contener la risa.

“Oh, venga, estamos en la última fila, nadie puede vernos” insistió Harry con una sonrisa pícara.

“No entiendo porqué la gente viene al cine a meterse mano, las entradas son carísimas y…” explicó mientras Harry seguía besándola “¿Cuál es el punto de todo esto?”

“Bueno, siguiendo esa misma regla tendría que empujarte contra todas las paredes que nos encontremos de camino a casa, y puedo asegurarte que son muchas”

“¿Qué? Eso no tiene ningún sentido”

Unas filas más adelante, la gente les chistó para que se callaran, así que Harry dejó de picar a Chloé, sin embargo, los besos no pararon por parte de ninguno. Cuando terminó la película y salieron del cine, estaba lloviendo a mares y ya que no tenían paraguas, Chloé hizo un intento para que Laura fuera a recogerles en coche, intento que resultó fallido.

Corrieron hasta la estación de metro más cercana y una vez llegaron, empapados, a la entrada del apartamento, Harry impidió que Chloé pudiese abrir la puerta.

“Ya que no he podido empujarte contra ninguna pared antes…” dijo Harry en voz baja acercándose mucho a ella.

La chica empezó a reírse mientras se besaban y terminó de girar el pomo de la puerta estando de espaldas. A Harry también le había entrado la risa, y cuando pasaron a la casa, cerró la puerta de una patada y se quitó la chaqueta. Chloé también se quitó su abrigo, tirándolo al suelo y siguió besando a Harry al mismo que él enredaba los dedos en su cabello granate.

Les empezaba a costar respirar cuando oyeron un par de grititos acompañados de gemidos que provenían del cuarto que ocupaba Laura. Harry se separó un poco de Chloé y ambos se fijaron en toda la ropa que estaba esparcida por el suelo, dejando salir un sonido de disgusto de sus bocas.

“¿Pizza grasienta en el italiano de abajo?” preguntó Harry mientras volvía a ponerse su abrigo.

“Pizza grasienta” repitió Chloé saliendo del apartamento.

Raining in Paris >> Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora