Farece (una leyenda de la muerte)

por Koki Zurc

ACTO I

(1 de septiembre a las 14:00 horas) (Escena 1) (la acción ocurre en el viñedo del señor Nepomuceno Vásquez, junto a su familia quienes andan celebrando el 1 de septiembre)

Felipe: felicidades padres, lograste pasar agosto. Estás como tuna

Nepomuceno: gracias hijo mío, nunca pensé que la neumonía me iba a tener piedad

Felipe: te mereces esta celebración. No creo que deba ser fácil pasar agosto a tu edad

Nepomuceno: lo sabrás pronto querido mío, el tiempo pasa muy rápido. Ni te darás ni cuenta y el celebrado serás tú

Astrid: pero mientras tanto disfrutemos este mes de septiembre, mes de nuestra patria y mes de la felicidad

Nepomuceno: tienes razón hija mía. Solo queda disfrutar de nuestra viña y  de mis nietos

Nieto 1: ¡oye tata! ¿Cuándo nos vas a contar una historia?

Nieto 2 y 3: ¡SI! ¡SI! ¡Sí! Cuénta,cuénta

Nepomuceno: de acuerdo, siéntense en la mesa. Hoy les voy a contar la historia del corredor de la muerte:

Los 3 Nietos: (se emocionan y aplaudiendo) !ehhh!

Nepomuceno: presten atención, pues aquí voy (bebe un trago de agua, al instante empieza a sonar una música) (Nepomuceno canta)

(Coro) Pongan atención

A la historia de hoy

una historia de la muerteeeh

y el corredor

Esta historia la voy a contar

Por que como dice el buen hablado

Aquel que ignore el pasado

A vivirlo condenado va a estar

Era hace tiempo un famoso corredor

Apasionado por correr y trotar

Pero llego la muerte en su momento mejor

Y con sus garras se lo intentó llevar

Pero nuestro amigo le suplicó y lloró

Y la muerte compadeció de el

Y un trato le ofreció y el aceptó

A cambio de su talento parar correr

(Coro X1)

Era un trato de por vida

Del cual no había salida

Debía trotar 50 kilómetros

Durante todos los días

La muerte en cambio

Postergaba su velorio

Pues si el corredor cumplía

Su vida seguiría

Pero lo que el no sabía

Es que su habilidad se perdería

Y al no poder correr más

Se empieza a cansar

(Coro)

Y así nuestro corredor

No logra a la muerte ganar

Perdió toda su habilidad

Hasta sin fuerzas quedar