Capítulo 1

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El título de este capítulo es:

¿Tengo derecho a tener opinión?

Tema jugoso. Y puede parecer una obviedad. Sabemos que es un sí. Todos deberíamos tener derecho a tener opinión de todo, argumentado dentro de lo que se puede, pero aunque sea poder expresar lo que pensamos.

Mi familia es bastante complicada. Mi mamá nació en plena dictadura militar y la adoptaron mis abuelos. Ella no conoce a sus verdaderos padres. Lo único que yo sé sobre mis abuelos de sangre, es que mi abuela tenía aproximadamente quince años. No podía tener una hija tan joven. Mi mamá nació en Regina, una ciudad próxima a la mía. Jamás intentó buscar su identidad.

Yo me enteré de toda esta historia cuando estaba más grandecita. Recuerdo que estaba bañándome con ella; me relataba la historia de amor con mi papá que yo disfruto tanto escuchar cuando de repente no sé cómo me contó que a los veinte años, mis abuelos le confesaron esa verdad. ¿Las verdades deberían confesarse o deberían de saberse desde el principio? Yo creo que tenía unos doce años, por ahí quizás un poquito menos. El champú me entraba en los ojos y las lágrimas se juntaban debajo de mis párpados. Me sentí perdidísima. Mis abuelos no eran mis abuelos. ¿Qué clase de verdad era esa?, no entendí mucho. Mi mamá se retiró del baño diciéndome que mis abuelos la habían criado y que la habían amado como si hubiera salido de su mismo útero.

Yo ya captaba que eso, lo que no captaba, era cómo me habían mentido toda mi vida. De niña tenía estereotipos tontos y absurdos sobre las rubias: todas las niñas queríamos serlo. No sé qué nos influenciaba tanto, quizás las barbies o quién sabe, pero era una competencia constante saber quién de nuestras hijas iba a ser rubia. Yo siempre ganaba: mi abuela era rubia, por lo tanto yo ganaba en posibilidades de genética. Soñaba con que mi hija pudiera ser rubia y AGRADECÍA a Dios el hecho de que me diera esa posibilidad.

Así somos de influenciables las niñas de seis años.

Esto fue la primer situación que se me cruzó por la cabeza: mi hija no iba a ser rubia. Era lo más bobo que se me podía ocurrir pero así pasó y en ese instante supe lo que era llorar bajo la ducha. No sé por qué lloraba, pero me sentía defraudada por todos.

Apenas vi a mi abuela el día siguiente la vi diferente. Algo había cambiado. Algo así como si ella tuviera algo a lo que yo nunca podría llegar. Ella sabía más de mi verdadera abuela que yo. Y ella era una extraña y no tenía nada que ver conmigo biológicamente.

La noche anterior recuerdo haber salido de la ducha y sin cambiarme fui a servirme agua. Mi papá entró a la cocina, me miró y me dijo:

-A veces las cosas son así. Uno no las entiende pero así son.

Y se fue.

Quise averiguar de mi abuela. Mi mamá siempre dice que ella buscó pero no quería que mi abuela se enoje y sienta que no es suficiente porque no era el caso. Para mí, ella nunca movió un dedo por buscar su identidad. Yo me sentía enormemente atraída por la idea de tener más familia y que no sea así de compleja como la de ahora.

¿Sería mi abuela parecida a mí?, ¿A mi mamá?

¿Heredé alguna especialidad gracias a ellos?

¿Por qué decidió dar en adopción a mamá?

Y con todas esas preguntas empezaron a surgir otras aún mucho más fuertes:

¿Y si a mi abuela biológica la mataron en la dictadura?

¿Y si mis abuelos fueron cómplices de algo?

¿Por qué mi mamá no quiere buscar?

¿Alguien en las abuelas de Plaza de Mayo estará buscando a MI mamá?'

Abuela biológica... ¿Estás ahí?, ¿Me podes escuchar?

Creo que a veces los adultos no ven las consecuencias que pueden sus propias decisiones. Quizás a mi mamá no le cambie nada el saber o no. O la incomode, quién sabe. Es su identidad que forma parte de la mía. Yo no puedo hacer mucho frente a eso.

Todo esto está escrito en pasado, pero en verdad es presente. Tengo dieciséis años y todavía no sé nada de mis abuelos. Llamé varias veces a la representante de Abuelas de acá en mi ciudad y nunca me prestaron atención. Siempre la próxima semana. Siempre que me van a devolver la llamada. Entonces ahí pienso que nadie busca a mi mamá.

Por lo tanto nadie me busca a mí.

En este caso... ¿Tengo derecho a tener una opinión?

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⏰ Last updated: Apr 16, 2018 ⏰

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