Un viernes por la tarde el multimillonario Miguel Ángel Velarde celebraba una fiesta de disfraces. Los invitados llegaron sobre la siete de la tarde, al cabo de un tiempo una niebla terrorífica empezó a inundar la calles y todo tipo de conexión se perdió. Todo parecía de maravilla todo el mundo, riendo, hablando y comiendo, de repente se escuchó un misterioso grito en unos de los dormitorios de la gran casa, junto a ello se apagan las luces... Al encenderse desaparecieron todos los invitados menos cuatro que tenían una intrigante personalidad, Selene, Helios, Urano y Talía. Entre la escalofriante situación apareció un mayordomo bien vestido ofreciéndole una carta a Helios, la cual contenía una hoja con un indescifrable código y añadió:
El juego ha comenzado...
¡Espere!- dijo Helios tratando de alcanzar al mayordomo
El mayordomo desvaneció en la oscuridad, los cuatro se miraron confundidos y pensaron ¿por qué nosotros?¿porque ahora? y ¿por qué aquí? De repente se volvieron a apagar las luces, sintieron un pinchazo en la mano y las luces se encendieron nuevamente, al mismo tiempo aparecieron unos extraños tatuajes en sus manos izquierdas.
Todos escucharon un escalofriante susurro:
A ver si tenéis lo necesario... tenéis dos días y una noche
De repente se abrió una puerta al final del pasillo
¿Entramos?- preguntó Urano
¿Por qué no? - respondió Helios
Yo no creo que sea seguro- dijo Selene temblando
Talía miro a Selene con un silencio de afirmación, Selene tuvo un escalofrío.
¡Qué no se diga mas, entremos!- dijo Urano empujándolas
