Los mares del imperio del Sol Naciente

CAPÍTULO 1 - EL CONFLICTO ESTALLA

 Me llamo Kazuhira Zaigen, soy oficial recién graduado en la escuela naval de Japón. Hace unos años que Japón llevaba a cabo una serie de negociaciones con el que ahora es nuestro oponente, Los Estados Unidos de América. Los peces gordos llevan desde principios del 1941 planeando la operación que hundirá gran parte de la flota naval americana. Sabemos que estarán de abastecimiento en la base naval de Pearl Harbor, en la isla de Oahu, Hawaii. Al cabo de un rato de llegar a la base naval que me han desitnado, Iturup, en las islas Kuriles, me han designado un torpedero de clase Minekaze, es un barco pequeño en comparación con los monstruos que escoltaremos, los seis portaaviones que llevan los 400 aviones para el ataque. Partiremos en la madrugada del día 26 de Noviembre. Cuando subo a bordo toda la tripulación está esperándome en fila en cubierta, junto al comandante. Cuando estamos en una posición ejemplar, el comandante nos dirige estas palabras: "Recordad la máxima samurái: "Ligeros como una pluma, resistentes como una montaña." Mañana partiremos en busca del puño que derribará la flota norteamericana de nuestros mares. Larga vida al emperador Hirohito y al imperio del Sol Naciente." Cuando terminó, los tripulantes del Minekaze exaltaron en alegría y orgullo de servir a su país.

Me levanté a las cinco de la mañana y subí al puesto de mando junto al resto de oficiales al mando del navío. El comandante estaba en el portaaviones Akagi, y por radio dio a todos los barcos y submarinos presentes la orden de avanzar a media potencia hasta que saliéramos del puerto, una vez en alta mar formación diamante a toda máquina, con los barcos pequeños como el mío delante. Cuando llevábamos unas horas en alta mar, sobre las diez de la mañana, bajo el sol radiante del océano, reunimos a todos los tripulantes en cubierta para repasar el plan de travesía. Era un trayecto casi recto hasta Hawaii de unos once días, pero los soldados dijeron que era igual, estaban motivados. En la madrugada del siete de Diciembre a las tres y cuarenta y dos el busca minas "Cóndor" interceptó uno de nuestros submarinos y lo comunicaron entre los portaaviones, al ser los escoltas de esos barcos, estábamos con comunicación abierta las 24 horas del día por si pasaba algo, y en efecto, habíamos sido descubiertos por los americanos. Pensamos que el factor sorpresa se había ido al garete....

Un par de horas más tarde, a las 6:10 de la mañana los aviones partieron hacia la base naval de Pearl Harbor con este objetivo sobre las alas de los cazas: Destruir por orden: acorazados, portaaviones, cruceros y destructores posibles. A parte tenían en la espalda el soporte de cazas "Zero" con el objetivo de destruir el aeródromo con la finalidad de proteger la segunda oleada de ataque de las fuerzas de defensa aérea de la zona. Sin saberlo,la propia base de americana estaba ayudando al imperio con una base de radio local en Honolulu, que iba informando a los aviones japoneses durante el ataque. A las 7:55 de la mañana cuando se oyó la primera explosión en la base, por la radio se oía las palabras: "Tora! Tora! Tora!". Mitsuo Fuchida, que lidera la primera oleada, transmite la clave que hace saber al Almirante Yamamoto , estratega de ese ataque sorpresa, que Pearl Harbor ya no tiene defensa....

Cuando oímos por la radio que Pearl Harbor había sido erradicado, toda la tripulación no pudo contener la alegría que había supuesto el éxito de ese ataque sorpresa que llevaban preparando tanto tiempo. Esa operación cambió el curso de la historia bélica mundial.