La Inseguridad de Mikasa

Hola mis queridos y queridas rivamikenses, les traigo un nuevo oneshot antes de que se acabe el año. Este oneshot lo hice hace meses, y lo había dejado olvidado por alguna extraña razón, de hecho ya estaba terminado, pero no me acordaba de él, hasta que empecé a hablar con Cerisier Jin y tocamos el tema de este fic, y fue cuando me quedé de OMG ese fic no lo he subido XD, lo iba a publicar en la tarde, pero como estuve haciendo algunas compras para la cena de año nuevo me fue imposible, justo cuando ya lo planeaba subir, no encontraba la imagen que me había inspirado ;-; Lo sé, estoy salada, pero a pesar de todo eso aquí esta.

Por otro lado, había pensado en publicarlo hasta mañana, pero después lo descarté porque dije "Nhaaa, hay que festejar que en el cap 101 Mikasa hizo su asombrosamente maravillosa aparición" así que sí, este fic también es para celebrar que la waifu volvió a aparecer en el manga ;-;... Bueno seguiré fangirleando en las notas que dejaré al final.

Oneshot dedicado al grupo en Facebook "La Hermandad RivaMika", y a mis amadas muñecas del "Harem del Sugar Daddy" xD

Sin más ¡A leer!

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La Inseguridad de Mikasa

—N-no me veas así— susurró la joven ladeando su rostro, el cual se encontraba levemente sonrojado.

— ¿porque no?

—No es muy bonito que digamos

— ¿Porque dices eso?— los labios del hombre se posaron suavemente en el abdomen de la muchacha, dando pequeños besos por toda esa extensión de piel. Con cada toque, la piel de Mikasa se erizaba, no podía creer que se encontrara en aquella situación con el Capitán de su escuadrón.

Sí, Mikasa Ackerman estaba semidesnuda en la cama de Levi. ¿Cómo habían llegado a esa situación? Ni ella comprendía del todo como era que se encontraba ahí. Simplemente se dejó llevar por el hecho de que hacía meses había caído en cuenta de que se encontraba perdidamente enamorada de aquel hombre que le doblaba la edad y que era un «jodido enano de mierda», y para su sorpresa fue firmemente correspondida.

Encuentros esporádicos en el pueblo, salidas nocturnas, recados escondidos en lugares estratégicos, y "reuniones importantes" en el despacho de Levi eran su manera de compartir tiempo juntos. En ningún momento había entrado a la habitación de aquel hombre, su relación se basaba en que nadie supiera de ella, de alguna manera aún no se sentían listos para darla a conocer, sobre todo por los prejuicios acerca de que ella tenía recién cumplidos diecinueve años y él treinta y ocho, a eso había que sumarle su relación superior-subordinada.

Levi volvió a su posición inicial, sin embargo al ver las mejillas sonrosadas de la mujer, lo hacían llenarse de ternura. Podía sentir cómo cada gesto inocente que ella hacía, le robaba el aliento. Acercó su nariz a su cuello, dando una suave caricia mientras inhalaba el olor dulzón que la caracterizaba. No pudo resistir y con sus dientes dio una pequeña mordida.

— ¿Q-qué haces?— ella estaba tensa, nunca en sus más alocados sueños se había visto de esa manera con él.

—Sólo quiero saborear tu piel— si Mikasa ya estaba sonrojada, con aquel comentario parecía que iba a explotar, «Parece un tierno tomatito» pensó Levi. — Sabes, no te debes de avergonzar de tu cuerpo— soltó sin más.

Sí, Levi sabía muy en el fondo la razón por la cual se encontraba de aquella manera. Celos.

Los celos de Mikasa eran particulares. Ella no hacía berrinches como cualquier jovencita, tampoco hacía pucheros ni nada por el estilo. Ella simplemente se limitaba a ir directo al grano, mientras hacía uso de su humor ácido.