Principio de una continuación.

1 0 0
                                    

EL AMEBA

Devastada, rota, destruida, ANIQUILADA. La última es la palabra que usé para la anterior carta que te escribí,"Lo que más amamos y más nos ama es lo que mejor nos aniquila" decía. La profecía se ha cumplido. Me has aniquilado. No se ni por dónde empezar.

Hay tantos puntos que me gustaría tratar... pero bueno, para hacer algo lo único y más importante que hay que hacer es empezarlo, así que ahí voy, voy a desnudar mi mente ante cualquier persona que se digne o pueda aceptar y digerir lo que va a leer.

En fin, quién iba a decir que la vida de un adolescente podría llegar a ser tan complicada. A unos les hacen bullying, otros tienen ansiedad social y a cambio reciben el conocido apodo del o la "rarita de clase", y los demás tienen otra clase de movidas y dramas. Dramas, dramas y más dramas. No he sido de esa clase de personas, siempre he intentado estar feliz, que mis amigos y amigas también estén felices dentro de lo que cabe, intentar ayudar al que no puede o al que no tiene (siempre y cuando yo se lo pueda aportar)... ya se que parece que estoy intentando ir de niño/niña buena pero lo cierto es que no, no me voy a avergonzar de ello y es algo de lo que más orgullosa estaré de mi misma; el buen-rollismo es mi ideología de vida. Así que yo me pregunto, ¿por qué? ¿Qué he hecho yo para vivir semejante aberración? Se puede maquillar todo lo que tú quieras para que la verdad no sea tan "hardcore", tan burda, pero siempre va a seguir siendo una aberración. Pero bueno, al fin y al cabo, esto me ayuda a no volver a caer o a no caer tan fácilmente ( quién sabe...) y me ayuda a advertir a todos aquellos que estén en peligro... SÍ, ES UN PELIGRO.

Mi situación actual, mirándola desde un punto de vista un tanto metafórico sería la siguiente: ha venido una persona que en un tiempo pasado te metió un puñetazo en la tripa y como es normal, decidiste desconfiar de ella, y al tiempo, cuando vuelve, te convence de que se arrepiente, de que ha madurado o cambiado y te convence en que confíes en ella. Te jura que no te va a volver a hacer daño y que nunca jamás se lo perdonará. Te come el cerebro. Confías. Cuando te das la vuelta, viene con un bate, te da una paliza casi mortal y te rompes en mil millones de pedacitos pequeños. ¿Y qué suele pasar cuando un ser vivo se daña a golpes? Que se le crean cayos tan duros que la próxima persona que tenga en su poder ese bate y tenga la opción de intentar dañarte o debilitarte, huirá ante esa montaña de cayos. ¿Qué se esconde tras los cayos? La confianza. Así que la próxima persona que pida confianza, necesitará mazas y catapultas para romper esa barrera de desconfianza, para así llegar a crear un vínculo con lo más profundo de mi ser.

Todos los "te quiero"s que se quedaron entre nosotros, todo lo que hicimos o pasó en mi casa, todo lo del monte, todas las confesiones en las llamadas telefónicas nocturnas y absolutamente todo no existe. ¿Todo está en mi cabeza verdad? Ante una persona que me importa, te resultó tan fácil negar y decir que todo lo que ha pasado entre nosotros en mes y medio es una película que me he montado yo en mi cabeza... Te resultó tan fácil ocultar y bloquear mis conversaciones contigo, borrar todas las conversaciones de Whatsapp... una vez más, hacer pensar a los demás que me lo he inventado todo simplemente porque estoy "picada" contigo o quien sea que pertenezca a la historia. ¿Estoy loca verdad? El único acto que aprecio de lo que has hecho estos días es el de que me hayas dejado un poco de acceso a pruebas irrefutables que supongo que por pena me las habrás facilitado. Porque esa persona importante para mi, tú ya la tenías ganada, dijiste que todo lo que yo contaría estaría alterado y sumamente exagerado, y así fue. Le comiste la cabeza a esa persona también. Conté la exagerada realidad y en un principio no se me creyó. Era demasiado exagerado para ser verdad. Estaba chalada.

Te bloqueé durante un mes porque no quería más dolor. En ese tiempo, viví muchas experiencias increíbles con personas increíbles. Me alegro muchísimo de ello. Me mantuve distraída y todos mis pensamientos de que te quería a mi lado y los pensamientos de esa persona idealizada por la que te tenía se fueron desvaneciendo. Por fin. ¿Seguía teniendo sentimientos hacia ti? Si, pero tenía asumido de que no me convenías y que no quería seguir mal. Al final, a principios de septiembre hicimos una tregua.

Yo no soportaba que una persona a la que tanto había amado y a la que mis sentimientos seguían perteneciendo ni siquiera se dignase a mirarme a la cara. Apenada de la situación, después de un mes de bloqueo decidí hablar contigo y darte las explicaciones que te merecías y te pertenecían. Mala decisión.

Después de todo, hablamos de cómo nos había ido en la vida, sucesos importantes en general y seguimos hablando y hablando y hablando. Pasó una semana y me confesaste que te gustaba una persona importante para mi e ibas a pedirle salir. Llamémosla X. No entendí por qué razón me lo tuviste que contar pero lo hiciste. A los pocos días, hablando, me hablaste de una carta que escribiste durante el bloqueo. Esta carta se resumía en "te quieros y siempre te querré" qué cosas tiene la vida... - ¿Por qué tuviste que mandarme la carta a un par de días de decirme que estabas enamorado de otra persona? ¿Tiene algún sentido? ¿Querías acaso que llorase por ti? La desconfianza hacia ti me hizo superarlo todo, me hizo hacerme fuerte y por desgracia para ti, no caí en tu juego. Con esta carta, recordé una que escribí que fue eliminada. Decidí que debía reescribirla contando todo lo que debías saber, mis sentimientos y los por qués de mis decisiones. Llamémoslo el desencadenante fatal.

La carta te impactó y te hizo replantearte todo. Que te habías dado cuenta de muchas cosas, dijiste. Que estuviste equivocado, dijiste. Que querías hablar y "hablar de todo" dijiste. Un soleado día de septiembre quedamos en el parque al que tantas veces habíamos ido. Fue una tarde bonita, por muy teatral que haya resultado ser al fin y al cabo, fue bonita. Tú apoyado en mi, yo recostada contra el árbol mirando a las ramas de aquel precioso árbol. Todo parecía perfecto. Parecía como antes. Llegó la hora de confesarnos. Yo me tenía que ir, a ti te esperaban por mucho que dijeses que tenías que ir a comprar unos libros. Hablamos de todo menos lo que de verdad importaba, es decir, menos de lo que ocultabas. Hablé de todos mis sentimientos hacia ti, al igual que aquí, me desnudé ante ti y te fui sincera en todo. Hablaste de que te habías dado cuenta de que confundiste el amor con el cariño y que sentías lo mismo por X que cuando estabas con cualquier amigo. ¿Por qué? Porque yo seguía rondando tu cabeza. Dijiste que ya lo sentías, pero que ójala no haber conocido a X. Y que por mucho que me intentases quitar de la cabeza (que es lo que querías) no podías hacerlo. Hablamos de irnos los dos solos, sin dar ninguna explicación al mundo, esfumarnos, porque admitiste que sabías que si te quedabas conmigo ibas a estar bien. - Dudé de ello. Por la desconfianza, yo había dejado de estar amarrada a ti y tampoco te querría hacer daño. No dije nada-. Media hora estuvimos para despedirnos, abrazados, dándonos besos de cariño como los que le da una madre a su hijo, pero no siguió de ahí. Seguíamos sin despedirnos y te dí un "pico". Nos separamos, y cuando cada uno se dispuso a hacer su camino, volvimos y nos dimos un beso. Un beso como los de antes, como los que nos dábamos cuando estábamos enamorados. Decidimos que todo se quedaba entre nosotros, porque tristemente sabíamos que si la cosa seguía íbamos a acabar haciéndonos daño. A diferencia de mí, tú tenías otros motivos ocultos por los que no continuar y no me los dijiste.  

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 12, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

AmebaWhere stories live. Discover now