Capítulo uno

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Otoya se había quedado sorprendido por eso. Ella quería hablar a solas con aquel chico. Lo que faltaba. Takumi había estado yendo con ellos dos desde el principio. La primera vez lo había aceptado, pero su presencia lo estaba empezando a molestar. Y Hiro estaba siendo muy cariñosa con él. Lo abrazaba, le cogía de la mano, le besaba en la mejilla. Otoya había actuado como si no le molestara, pero en realidad cada tacto, cada palabra, era como un cuchillo retorciéndose en su corazón. Y cuando ella dijo que se habían besado... No sabía cómo había aguantado eso tan fácilmente. Si volvía a pasar algo... Él explotaría. Se pondría a llorar y se echaría a correr hacia los brazos de Tokiya. Él le consolaría y Otoya lograría en su pecho contándole con la voz entrecortada y sollozado lo que había sucedido entre él, Hiro y Takumi. Siguió caminando con una mueca en la cara. Giró una esquina, pero antes de torcerla echó un último vistazo a Hiro y Takumi. Se quedó paralizado con lo que sus ojos vieron. Takumi y Hiro se estaban besando de nuevo, y no era un simple beso... Takumi que sujetaba su rostro con las manos y Hiro lo había rodeado con sus brazos. Se basaban y se basaban, sin parar. Otoya negó con la cabeza rápidamente.

-No... No, no, no, no, no, no, no, no.

Con los ojos muy abiertos dio un paso tembloroso hacia atrás, y otro más. Hasta que se giró con rapidez y echó a correr hacia la Agencia Saotome. Corrió y corrió por las calles hasta que llegó. Con la respiración muy agitada subió las escaleras y giró por los pasillos torpemente. Llegó hasta su habitación y abrió la puerta. Allí se encontraba Tokiya, sentado en el sofá, leyendo un libro. Cuando lo vio abrir la puerta de repente levantó la vista de su libro sorprendido.

-¿Otoya?

Otoya se mordió los labios y comenzaron a brotarle lágrimas de los ojos sin piedad.

-To...Tokiya-chan... -dijo entre sollozos, con las manos en los ojos.

Tokiya cerró el libro rápidamente y se levantó hacia él. Cerró la puerta y condujo a Otoya al centro de la habitación. Los dos se sentaron en el sofá, Otoya aún llorando.

-Otoya, ¿qué ocurre? -Dijo Tokiya con una voz suave, con la mano en su hombro.

-Hi...Hiro ha... -no pudo terminar la frase, entre gemidos.

-Tranquilo, Otoya -dijo él dándole un abrazo.

Otoya enterró la cabeza en el pecho de Tokiya y lo abrazó con fuerza, aferrándose a su camisa.

-Ta... Takumi y Hiro...

-Chs -lo mandó callar él, acariciándole la cabeza.

Otoya siguió llorando un rato más, todo lo que no había llorado hasta ahora. Cuando se tranquilizó pudo explicárselo todo a Tokiya.

-T-Takumi besó a Hiro. Ella me lo confesó. Me dolió mucho, pero la perdoné. Me prometió que no lo volverían a hacer. Entonces hoy íbamos los tres juntos... Y en un momento dado Hiro me dijo que me adelantase, que ahora iban ellos. Caminé pero me giré unos instantes hacia ellos y los vi besándose con pasión, Tokiya -Unas lágrimas volvieron a surgir de los empapados ojos de Otoya-. ¿Qué puedo hacer?

Otoya estuvo abrazado por Tokiya durante bastante tiempo. Al final Otoya dejó de llorar y cerró los ojos con los brazos de Tokiya rodeándole. Tokiya acarició el pelo de Otoya.

-Voy a prepararte algo, ¿vale? -susurró Tokiya en su oído.

Otoya asintió y se incorporó para que Tokiya pudiera levantarse. Tokiya se dirigió hacia la pequeña cocina y preparó dos tazas de chocolate caliente. Le ofreció una a Otoya y se sentó a su lado con la otra en la mano. Otoya calentó sus manos en el tazón humeante, mirándolo con ojos tristes. Tokiya tampoco lo probó.

-Otoya... Oye...

Otoya sacudió la cabeza.

-Déjalo Tokiya.

-No, Otoya, esto tiene importancia -dijo mirándolo a los ojos -. Esa chica... no sé en qué puede estar pensando, pero no pienses en ella. Estoy seguro de que encontrarás la felicidad más adelante, al amor de tu vida, a alguien que te quiera de verdad. No pienses en esa chica, no vale la pena. -Se quedó en silencio sin saber qué más decirle- Bueno... La verdad es que yo no soy muy bueno en estas cosas... Pero por favor, olvídala.

A Otoya se le alzaron las comisuras de los labios, aunque tenía la mirada triste.

-Sí, la verdad es que no eres muy bueno en estas cosas -rió un poco-, pero gracias, me has animado mucho -lo miró de reojo.

Tokiya sonrió un poco.

-Anda, ven aquí -dijo pasando un brazo por sus hombros y atrayéndolo hacia él.

Otoya se pegó a su pecho, aún con la taza entre las manos.

-¿Es que no piensas beberte nunca el chocolate que te he preparado? -Dijo Tokiya dando un sorbo de su taza.

Sonrió y rio.

-Claro. -Y bebió- Ach!! -Pronunció un sonido extraño. Se tapó la boca con una mano- Me he quemado la lengua.

-¿Soplo?
Otoya sonrió y abrió la boca. Tokiya sopló en su interior acercándose a su rostro. Otoya contempló sus labios pálidos juntarse con suavidad para dejar escapar el aire frío.

Los cerró.

-¿Mejor?

-Gracias -sonrió un poco.

Los dos siguieron bebiendo el chocolate por un tiempo, sin decir muchas palabras. Cuando terminaron Tokiya se levantó, mirando su reloj.

-Tengo que irme, Otoya, tengo una entrevista. ¿Estarás bien solo?

-Lo miró a los ojos.

-Sí -asintió-. No te preocupes.

Tokiya le sacudió el pelo.

-Volveré pronto.

Otoya le sonrió, pero con algo de tristeza. Recogió las tazas y se puso la chaqueta.

-Adiós -sacudió la mano antes de salir por la puerta.

-Adiós -susurró.

Idol's Love: First melodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora