Atrapada en oscuridad

2. Zona de descanso

Crucé la puerta temerosa, sintiendo aquella brisa helada erizándome completamente la piel. Mis padres, los cuales entraron de la misma forma, se agitaron por el notable descenso de la temperatura que les caló hasta en los callos de los pies. Natalie simplemente gritó de emoción. Yo no pude más que contagiarme de sus emociones, ya que al cabo del viaje, lo que ella había deseado que pasase, estaba hecho. Me había infectado de su alegría que había perdurado desde el amanecer. Y ciertamente, aunque yo me negaba a creerlo, ya estaba pensando en lo emocionante que podía ser la aventura.

Intentando sonreír como todos los demás, miré hacia atrás. Si es que el viaje resultaba ser tan solo una pérdida de tiempo, no habría lugar a resignarme. Subiría ochocientas escaleras y a como podía ver, parecía que el lugar estaba realmente oscuro. Las puertas se habían cerrado justo al terminar de cruzarlas, así que el hermoso sol que había envidiado durante todo el día, ya no estaba más conmigo. Se había terminado en un simple segundo.

Suspiré entre el gentío y la penumbra. El silencio se hizo tenue, pero los susurros siguieron. La multitud aclamaba ansiosos por el porvenir, y yo estaba ahí, sintiendo como el estómago se me encogía. Proclamando ideas, muertes y accidentes exagerados que solamente yo pude imaginar.

—¿Frío, verdad? —Escuchamos una voz en la oscuridad. El chico que sería nuestro guía prendió una lámpara de gas; faro que alumbró el lugar en seguida y nos hizo contemplar un espacio grande y espacioso. Lleno de piedras preciosas y estaturas hechas de minerales que solo en mis sueños me atreví a mirar—. Bien, chicos y chicas, les presentó el salón de gala. El lugar turístico en donde nuestra aventura comienza. Yo soy Erick y seré quien les acompañará en este emocionante viaje. Les sugiero que hagan una fila india y se tomen de las manos, porque aunque parezca indefenso, el lugar está lleno de deslices que pueden ocasionar lesiones. Yo iré al comienzo explicándoles cada una de las atracciones, pero si tienen alguna duda o comentario, no teman en preguntarme.

Al terminar de decir aquello, el tumulto de gente fue haciendo justo lo que él quería. Mi madre pareció aún más inquieta que antes e intentando ser la primera en todo como siempre. Me arrastró con una mirada que sugería locura y, conmigo en sus garras, comenzó a empujar a todos para hacerse pasó entre la multitud. Esa actitud llevó a que muchas otras mujeres hicieran lo mismo y aquella cosa llevó a otra. Gritos y golpes se lanzaron en el aire. Los niños pequeños comenzaron a cruzar por entre las piernas de los adultos y fue así como la hazaña de mi madre no terminó como ella había querido. La turba nos fue haciendo hacia un lado y terminamos siendo los últimos en la línea, cosa que a mí me agradaba por la privacidad, pero que a ella le había sacado un insulto y después un berrinche. Típico de ella.

—¡Carlo, yo quería ir al frente! —Miró a mi padre como si pudiese arreglarlo con tan solo levantar una mano.

—¿No te parece mejor así? —Aquel hombre trató de convencerla—. Piensa en que nadie te va a pedir que camines más rápido y podrás detenerte a mirarlo todo.

Sonreí a mi querido padre, impresionada al saber que estaba pensando justo lo que yo. Estar atrás de la cola, podría haber sido lo mejor que nos hubiese pasado en todo el día. Nadie nos presionaría para que caminásemos más aprisa, podríamos ver las maravillas cuanto tiempo quisiéramos y teníamos un amplio porcentaje de que nuestras conversaciones no se escuchasen. ¿Qué no era perfecto?

—¡Eres un genio, cariño! —Mi madre le regaló un beso—. Por esto me casé contigo...

Mi padre se sonrojó al tiempo en que yo simplemente rodeaba los ojos. Ver a tus padres acaramelados en un día robado, no era justo lo que tenía en mente.

—¡Muy bien, chicos! Veo que ya estamos listos —Erick habló de repente, levantando su vela y encandilándome los ojos—. Bien, antes de comenzar, es necesario que sepan que a lo largo del paseo encontraremos estalagmitas y estalactitas; las cuales son un tipo de espeleotemas naturales que se forman a partir del suelo o el techo de las cuevas calizas debido a la decantación de soluciones y deposición de carbonato cálcico, así que les pido de favor que no toquen...