Mystic

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500 años antes...

-¿Estás...estás segura de que esto está bien?- comentó un Azrael tembloroso

-Claro mi amor...- le dijo una muy malvada Lilith al oído mientras le besaba

-No sé Lil...- dudó por un instante

-¿No quieres ser el señor del mundo? Tienes medio pie en el cielo y el infierno querido, podemos lograr que tengas poder, te convertirás en un demonio completo y podrás estar conmigo...- volvió a arremeter contra la boca de Azrael y él sucumbió a los encantos de aquella endemoniada serpiente.

¿Cómo había llegado a esto? Sencillo:

 Azrael, ángel de la muerte era el encargado de transportar las almas de las personas muertas al cielo o al infierno así como demonios muertos o ángeles; podría decirse que caminaba entre los dos mundos, y un día en el mundo humano conoció a Lilith, se presentó como una dulce muchacha rubia de ojos azules con bonita sonrisa aunque en realidad era una demonio cruel y lo cautivó; comenzó a meterle ideas raras en la cabeza y a convencerlo de que era la persona perfecta para poder convertirse en un demonio completo como ella y que juntos podrían gobernar por encima de toda criatura, todo lo que necesitaban era buscar a una persona y él embebido por el poder y el amor aceptó y ella consiguió lo que quería.

-Traigan al prisionero- Dijo Azrael a dos secuaces desde su silla, con Lilith en su regazo

Los dos demonios menores tardaron dos minutos en ir a una de las celdas del castillo donde Azrael residía junto con Lilith y trajeron arrastrando por el brazo a un muchacho cubierto por una capucha azul. Éste levantó la cabeza dejando ver unos grandes ojos atigrados, el muchacho estaba sucio y denotaba cansancio, se notaba que lo habían torturado duramente pero él no lo daba a notar.

Lilith se bajó del regazo de Azrael y se acercó al muchacho

-Te hemos buscado durante días, y he de decir que no eres fácil de encontrar- Lilith le cogió la cara al muchacho y lo miró a los ojos

-Qu...Que quereis de mi...- susurró el muchacho que no podía mantenerse en pie

-Tu nombre- sonrió malvadamente Lilith

-F...Fay...- tosió

-Bien Fay, háblame del ritual para convertir a alguien medio demonio en uno completo- seguía Lilith relamiéndose los labios con su pérfida sonrisa

-Es... Es complicado, necesitas... necesitas varias criaturas para... poder completarlo y aun así no se... controla del todo...- notaba cómo le faltaba la respiración

-¿Qué se necesita?- habló Azrael con una potente voz y el muchacho posó sus ojos en él

-Un... Un néfilim, un vampiro, un demonio y... un... un brujo...- tragó fuerte al decir esto último

-¿Un néfilim? ¿Para qué?- chasqueó la lengua disgustado, no le agradaban lo más mínimo

-El... libro sagrado donde está el conjuro que solicitas está escrito en rúnico, son... son los únicos que conocen ese lenguaje-

-Descuida cielo, una vez lea lo que necesitemos lo mataremos- Lilith sonrió y volvió al muchacho- Así que... un brujo ¿eh?, veo que después de todo nos vas a poder servir para más cosas...- Fay abrió los ojos como platos y negó reiteradas veces

-No... no, no y no, no voy a participar en algo tan cruel- sacó de dentro de su túnica un pequeño frasco con un líquido negro y antes de que ninguno pudiera reaccionar lo bebió, muriendo al instante y quedando su cuerpo laxo en el suelo

-¡No!- se levantó de su asiento llevándose las manos a su cabello alborotado- Ahora qué hacemos?- se paseó furioso mientras Lilith sólo sonreía, se le acercó y le besó los labios

-Querido no pasa nada, buscaremos a otro y a los demás también junto con el libro, ya lo verás, seremos los demonios más poderosos del mundo y nadie podrá derrotarnos...-

Pensó por un momento en su esposa e hija que había dejado atrás al enamorarse de Lilith y sus ojos se ensombrecieron por la culpa, deseaba no haberse metido en aquel lío pero todo estaba ya hecho...

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