I. You get me so high

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POV 865 Mikasa
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"En el corazón no se manda".

A Mikasa le parecía que aquella frase hecha, que a menudo había escuchado en la boca de múltiples personas, para ella, tenía todo el sentido del mundo.

Era una frase que le dolía. Que sufría. Que la hacía sentir impotente y miserable con la misma intensidad.

Durante toda su vida había tenido que reprimir gran parte de sus sentimientos y resolver todo tipo de problemas de otros, para luego descubrir que era una actividad que principalmente odiaba.

Odiaba todo aquello que le recordara su real situación. Con los años, aprendió a odiar quién era, dónde vivía, qué hacía. El árbol en la colina. La tumba a su pie. La bufanda que llevaba al cuello. Las cicatrices del equipo de maniobras tridimensional.

Odiaba todo aquello que le recordaba la muerte de Eren.

Incluso, habría aprendido a odiar a Armin, y con el tiempo, lo vio cada vez menos.

A unos años después de la muerte de Eren, Jean finalmente había desistido de visitarla o hablarle, y había terminado por pedirle matrimonio a la chica que había sido la portadora del Titán Carreta, Pieck Finger. Era lógico. Compartía tiempo con ella constantemente, y Mikasa se comportaba tan cruel, seria y antipática que no había forma en que siguiera intentando cortejarla siquiera.

Le producía un enorme alivio que la dejara en paz. ¿Qué le daba derecho a creer que ella se había olvidado de Eren y de su clara y enorme antipatía hacia Jean? Eren jamás habría aceptado que Mikasa se casara con él o tuviera hijos con él. Su cabeza ardería en su tumba y sus ojos la perseguirían de por vida.

No quería pensar. No quería sentir. Se negaba a ver en su cabeza todo lo que los demás no tuvieron que ver.

Los ojos verdes de Eren que se cerraron viéndola por última vez. La sensación del peso de su cabeza sobre sus manos. La sangre.

Aún tenía la sangre de Eren en sus manos cuando sostenía su cabeza para llevarla bajo ese árbol y enterrarla allí para siempre.

Aún entonces y aún el último día de su vida, podría sentir la sangre de Eren, el hombre que amaba y que había salvado al veinte por ciento de la humanidad de la extinción, en sus manos.

Aquella pérdida había roto su corazón y la había despojado de su alma.

Quien dijera que ella así lo había decidido, merecía la tumba fría bajo la que yacían los restos de la persona que amó.

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2022

Mikasa Ackerman tenía casi un año perteneciendo a la Academia de Shiganshina, una institución privada de élite. En un imponente edificio blanco en la zona oeste de la ciudad, era una escuela a la que sólo podían ingresar los hijos e hijas de empresarios, políticos e integrantes de las familias más nobles. La de Mikasa era una familia de noble linaje, de las pocas de Shiganshina de las que se conocían sus antepasados desde hacía más de trescientos años. Tanto Mikasa, como su primo en línea directa, Levi Ackerman, eran bastante conocidos en la institución, mucho más que el resto de sus familias, pues contrario a sus padres que, en ambos casos habían mantenido un perfil bajo, tanto Levi como Mikasa, nunca habían podido hacerlo, pues su conducta, sus avances desde niños, su brillante inteligencia y su muy comentada fuerza y belleza, los hacían perfectos ante todos los demás, de modo que, cada uno en sus actividades y contexto aún en común, ambos sobresalían por encima de cualquier persona. Levi era mayor a Mikasa un grado, de modo que estaba por entrar al último grado, mientras que ella estaba por terminar al primero.

BloodstainWhere stories live. Discover now