capitulo nueve.

643 92 49
                                    

Advertencias: omegaverse, fluff y angst mezclado. Jennie!Alfa x Rosé!Alfa x Lisa!Omega

***

~En esta negra oscuridad estás brillando tan intensamente...

Jennie dejó caer su bolso en el suelo, en mitad del comedor, y volteó su mirada hacia ChaeYoung. Su mejor amiga se encontraba en la cocina, preparándose una leche con cereal como desayuno, y con esa enorme sonrisa en su rostro.

No podía dejar de recordar el rostro de Lisa, sólo minutos atrás, cuando se la encontró de frente en la puerta. Venía con el rostro cubierto de rojo, los ojos brillando fuertemente, aunque con cierta expresión de pánico que no supo identificar bien. ¿Qué estaba haciendo la omega allí? Era la pregunta que rondaba por su cabeza, una y otra y otra vez.

Imaginarse lo peor le estaba provocando un retorcijón en el estómago, y más cuando recordó la llamada que compartió con la chica. ¿Es qué acaso cambió de opinión?

—Te mueres por preguntarme, lo sé —habló ChaeYoung, y Jennie se volteó a mirarla—, pero te la haré fácil: no, no me acosté con ella. Lisa sólo pasó la noche aquí, pero no lo llevé a la cama, metafóricamente hablando.

Jennie tuvo que sentirse aliviada al escuchar eso, pero fue peor: pudo sentir como el enojo la invadía, porque Lisa pasó la noche allí y no hubo nada sexual entremedio. ChaeYoung seguía comiendo su desayuno como si nada, y la alfa mayor percibió el aroma a bebé de Lisa en su mejor amiga.

—¿Por qué estaba aquí? —preguntó, tratando de no verse molesta, a pesar de que no podía soportar la situación—. Si no estaba aquí por la apuesta, ¿Entonces qué hacía aquí? —ChaeYoung parpadeó, observándola—. ¿Sabes cuál es la regla número uno o no?

ChaeYoung bajó el bol donde tenía su desayuno, atónita por lo que estaba escuchando, y Jennie se sentía aliviada de haberla agarrado desprevenida. Eso era lo que necesitaba.

—¿O ya rompiste también la regla cinco? —siguió preguntando la alfa mayor—. ¿Estás enamorada de Lisa?

—¡No! —saltó ChaeYoung, apretando su boca en un mohín de rabia—. ¡No he roto ninguna regla, y menos esa!

Jennie se encogió de hombros, fingiendo una indiferencia que no sentía. No podía creer que ChaeYoung hubiera llevado a Lisa allí, de seguro se besaron. No era ninguna idiota, y si ellas no se acostaron, probablemente hicieron otras cosas. ChaeYoung no habría desperdiciado una oportunidad como esa.

—La primera regla es estúpida —masculló ChaeYoung, tratando de calmarse. No sabía cómo Jennie le sacó tan rápido de los estribos, cuando sólo antes había estado en una nube al recordar los besos con Lisa—. ¿Por qué no traerla? Aquí sería más fácil grabarla cuando me la folle.

Por Dios, Jennie se enojó mucho más al escucharla decir eso con tanta simpleza, al hablar de Lisa como si fuera un juguete.

Pero eso se supone que era. Ellas apostaron su virginidad como si no fuera nada para ellas.

Su estómago se apretó al pensar en la llamada que le hizo, en su propuesta, en llevarla a la nieve con ella. ¿Qué significaba eso? Jennie tampoco lo pensó mucho, sólo se lo sugirió porque realmente quiso hacerlo, sin una apuesta de por medio.

—¿Y tú? —le preguntó ChaeYoung, alzando su barbilla—. ¿Qué, acaso estás celosa? No habrás roto la regla de oro tú, ¿Cierto, Nini?

Jennie apretó sus dientes. ¿Cómo se atrevía a preguntárselo?

monocromía | jenchaelisaWhere stories live. Discover now