Acrónimos del dolor

Abrazos refugio

Vino de visita, ella siempre siente que algo no anda bien. No me preguntes cómo, ella siempre lo sabe. Tengo de ella todo lo más preciado que alguien podría entregar, más que cualquier riqueza capitalizada.

Llega un mensaje: -Hola hijo ¿estás?.

Me quedo recalculando un rato, casi sin saber cómo responder. Tomo coraje, y respondo asustado: -Hola.

Ella, toda intuitiva y sobrellevando sus asuntos, los pone a un costado y respondió: - "Hola ma", "Que aún sigo siendo tu madre".

Me parte el alma.

Sí, se puede tener más dolor en el dolor. Porque ¿quién quisiera lastimar a su madre con un mensaje tan seco?. Somos todo amor, yo sobre todo. Porque si algo nunca me faltó de ella es amor.

Me guardo la entereza y le respondo: "Hola mami, no me siento bien".

Y de ahí, me quedo en pausa. Ella quiere pasar a verme, asi que la espero.

Al sonar el timbre, con la voz entrecortada atiendo el portero y abro desde arriba.

Subió, el departamento en silencio me dejó escuchar sus pasos y mis latidos, casi al compás.

Abrí la puerta, y se me vino el mundo encima.

Y yo, con las fuerzas que me quedaban me desplomé en su abrazo:

"- ¿Qué pasa hijo?"

- Estoy cansado, má.

- "¿Cansado de qué, qué pasa? ¿Cansado laboralmente?¿Sentimentalmente?¿de la vida?

- Todo eso, en ese orden...

No recuerdo mucho más de la charla, sé que fue breve, porque aunque me quiera desplomar tenía obligaciones que cumplir.

Pero me detuve ahí, en el abrazo. Ahí dejé una parte mía, y un anhelo de que siempre necesito esos abrazos. De esa calidez y contención.

Te abracé y sentí la fuerza y al mismo tiempo me sentí desmoronar como si volviera a estar en tus brazos. Los abrazos de mamá son un refugio, y ojalá fueran eternos.

Pueden habernos faltado un millón de cosas, pero jamás nos ha faltado amor.