Muerte, Amor Y Otras Historias

Asesina Inocente

23 de septiembre de 2003

Sala de juicios 2A, Plaza Este, Brooklyn, Nueva York

El ambiente es tenso, el fiscal me mira, las personas están confundidas, se escuchan los murmullos a mi alrededor, el juez pide silencio y ordena que inicien la cinta, empieza a rodar y siento como se acelera mi corazón mientras la sala enmudece para no perder ningún detalle.

- Señorita Catalina –me dice el fiscal – como sabe, toda la declaración será grabada, le recomiendo que sea específica y sincera. ¿Entendido?

- Si señor – respondí

- Muy bien, entonces puede comenzar.

Después de esas palabras, tomé aire, cerré los ojos para recordar y empecé a contar mi historia:

... Estoy en una habitación oscura, no puedo ver nada.

- ¿Hola?... ¿hay alguien ahí? – pregunto, pero difícilmente se me entiende.

No escucho nada, solo el eco de mi voz. Me desperté sin saber dónde estoy, me duele la cabeza y me cuesta respirar. Es difícil moverme, sin embargo, me levanto, siento algo muy pesado en mi tobillo izquierdo, me duele, es frio y rígido, como si fuera una cadena, suena como tal, apenas doy dos pasos cuando caigo, la cadena me impide avanzar

- ¿hay alguien ahí? – grité desesperada - ¿Dónde estoy?

Se abre una puerta, entra el único rayo de luz que puedo distinguir hasta el momento y entonces escucho esa voz tan dulce, es una chica, así como yo.

- ¿hola?... ¿estás ahí?

- ¿Quién eres? ¿sabes dónde estamos? – pregunté

- Lo sé - me dijo entre sollozos, - te encontré con vida - continuó

¿con vida?, ¿eso qué significa? - pensé

- ¡Donde demonios estamos!

- Te lo diré – me dijo mientras calmaba su llanto

- Dímelo pronto – dije - no te veo ¿Dónde estás? - balbucee

Eso era extraño, se había abierto la puerta y veía una pequeña luz, pero no veía nada más, no se oía nada más, solo el eco de nuestras voces.

- No te muevas – me dijo – si quieres vivir no te muevas

- ¿Qué sucede aquí? – grité desesperada

- Mamá te trajo – me dijo

- ¿Quién es "mamá"? ¿Qué quiere conmigo? – pregunté alterada

- ¿Cómo te llamas? – respondió

- ¿Quién es "mamá" ?, ¿Qué quiere de mí?, ¿Quién eres tú? – mi respiración se agitaba

- ¡Mamá te trajo para que seas mi amiga!, serás mi amiga ¿cierto?

A este punto no entendía nada, ¿Cómo así que me trajo mamá?, ¿Quién es esta chica que me habla?, ¿Dónde estoy?, ¿por qué no puedo ver nada?, mis pensamientos fueron interrumpidos.

- ¿Cuál es tu nombre? – preguntó de nuevo – yo me llamo Alexa, esta es mi casa, mamá me cuida aquí

¿Qué se supone que debo hacer?, mi respiración se agita, mis latidos aumentan, no entiendo nada.

- Mi... mi nombre es... Catalina – dije con voz temblorosa y como tragando saliva

- ¡Catalina!, ¡qué bonito nombre!, ¡seremos muy buenas amigas! – dijo en un tono muy alegre - y jugaremos todos los días – pero su voz cambió – tienes que jugar todos los días, si no juegas conmigo a mamá no le gustará – comienza a llorar – y vendrá muy muy brava – entre sollozos – y no te gustará ver a mamá enojada