¿Quién soy? ¿Quién sos? ¿Quiénes somos?

1 0 0
                                    

Él creía y lo criaron con el celeste, con el auto, con el llanto reprimido,  con el hombre y mujer, mujer y hombre. Hoy ama los autos, ama el celeste, pero todo es diferente, ama también el rosa, y ama llorar. El tiempo le brindó la oportunidad de repensarse, de conocerse. 

En primaria tuvo esas noviecitas inocentemente temporales. En su adolescencia también tuvo sus novias y relaciones, pero ya un poco más "reales".  Tres amores sintió durante su adolescencia. Su primer amor fue su primer mal amor; Su segundo amor fue su primer amor no correspondido; Su tercer amor fue su primer amor confundido. Pero durante este último amor había algo incómodo dentro de él. 

Años atrás, en una de esas noches donde la luna abraza fuerte, uno de sus amigos le pidió un beso. Claro, no se lo dió, porque él era un chico de autos, del celeste y del llanto reprimido. El tiempo siguió su rumbo. La amistad entre ellos se fue fortaleciendo, tanto que les permitía hablar sin tabúes. Sin darse cuenta, él podía ser él, solamente, cuando estaba con él, con su amigo, el que le había pedido el beso. Las miradas, a la par con los sentimientos, se fueron haciendo cómplices, tan cómplices que comenzó a confundirse, a dudar, a tener miedo. ¿Cómo podía ser que, teniendo novia, se sintiera más cómodo con su amigo? Tenía claro que la amaba, pero estaba extremadamente perdido. Sin embargo, siguió su relación, hasta que, repentina y cortantemente, decidió terminar su noviazgo, tal vez no fue de la mejor forma, pero lo hizo. 

Se sentó, se pensó... ¿Quién soy?, ¿Qué me pasa? Llegó a una conclusión: Ese amigo, en esa noche, con esa luna, hace más de 600 días atrás, había abierto en el chico de los autos, del celeste y del llanto reprimido, una puerta psicológica, filosófica y sexual de la vida que nunca antes se atrevió y pudo abrir. 

Los hombres sí lloran, a los hombres también les gusta el rosa, a los hombres también le pueden gustar las muñecas, a los hombres sí le pueden gustar los hombres, a los hombres sí no les puede gustar nadie. 

Hoy ese chico se conoce. Su única etiqueta es el nombre. Él es una persona que le gustan las personas, y punto final. Ya no está preso en su anterior "Yo". Hoy es libre, hoy es él. Hoy soy yo.  Hoy sean ustedes mismos y mismas. La vida es corta porque el tiempo no perdona. Vivan. 

F I N 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 15, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

¡Ay, mi Yo!Where stories live. Discover now