Prefacio

32 2 0
                                    

Comienza la búsqueda,
Respuesta oculta a las palabras mágicas,
Incompleta la formulación, como un pasaje,
Mentiras que suenan, resuenan y se cantan.

¿Por dónde empezar? Ven a ayudarme,
No, no me rebajaré al malestar,
¿Cuál ha sido la última pregunta? ¿Por qué no la repites de nuevo?,
Cómo me retrasas, sentimiento de misericordia.

La sopa ya casi está lista, se acerca la hora de cenar,
Atiborrado hasta el tope el caldero se encuentra,
De asfixia, malestar e inconciencia despierta,
Despierta sí, date cuenta: todos se han ido,
Date cuenta que nada es como siempre lo viviste,
No vivías, solo pensabas; creaste una ilusión.

Miguel Ángel, perdóname por no conocer todas tus obras,
Da Vinci, discúlpame por desconocer tu fecha de fallecimiento,
Rafael, ni siquiera dudé porque tuvieras un solo nombre, pero lo siento.

Nunca quise amarte; yo no te pedí, pedí a la perfección,
Aproveché el hecho de que me dolieras por cualquier cosa,
Me aferré porque sabía cómo iba a terminar,
Tu insuficiente amor me ha servido para impulsarme hacia abajo,
Abajo, abajo... Hasta el fondo caeré,
Caeré con valentía, aunque no me levantaré.

¿Es aquí? Buscar la gloria... ¿aquí?,
De verdad tuve que dejarlo todo y a todos,
Mi disciplina y protocolo; mi escudo y mi espada,
La hoja arrugada, los demonios aguardando. Bajé.

La búsquedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora