Reseña del capítulo 3 de Aot no requiem:
[Advertencia: contiene spoilers del manga original].
Por fin se explica en qué momento Eren habla con Armin. Según la lógica implicada, sucede en el mismo capítulo 137 del manga original, cuando Armin habla con Zeke. Habría sido posible si Eren hubiera querido hablar con Armin en ese momento. Pero implica cambios monumentales en todo el arco del Retumbar, y en especial en Eren.
Lo más curioso es que estos cambios no están en los hechos y recursos que Isayama usó para asentar a conclusión de su historia. Falco sigue siendo un titán volador. Hange murió con los colosales. Los titanes del pasado siguen luchando contra la Alianza. Pudieron salir con otras ideas, desarrollarlo en otras direcciones, pero seguir con el lineamiento de Isayama con excepción de las posturas y acciones de los personajes me indica que lo único que se critica del manga original es la resolución de personajes.
Armin, en lugar de escuchar a Zeke e intentar comprenderlo y llegar a un acuerdo, se alza sobre él y reitera su postura (con negritas y mayúsculas). Luego va donde Mikasa y le dice que el Eren que conocían ya no existe. Y en efecto, en esta versión, Eren está irreconocible. Le negó la libertad al mundo y a las personas que más amaba. Aparentemente, para poder vivir con Historia y su bebé luego de terminar el Retumbar. No criticaré sus motivos hasta que sepa cómo termina. Es imposible para Eren no sentirse aplastado por la culpa, los escritores lo saben y no lo han relegado, y espero verlo en los siguientes capítulos.
No sé cómo adjetivar AotNR de otra manera que ya he dicho en mis dos anteriores reseñas: shonen. La exposición y el desarrollo son muy shonen. Enfrentamiento blanco y negro.
Cuando digo shonen no quiero decir que es malo, solo que apunta a algo diferente y satisface a un público al que le disgustan los matices y las exposiciones realistas más irracionales.