Debes contarme todo con lujo de detalle, sin saltarte ninguna parte. Más que curiosidad, me parece una necesidad —y lo requiero que me cuentes y reveles cómo se ha comportado tu estado anímico.
Quiero que ese “en un tiempo solo fuimos < nosotros dos > en mi tablero" lo inmortalicemos y no cambiemos de hábito. Tú [y yo], un universo en constante expansión.