De pequeña me encantaba sentarme en mi cama y leer el cuento de Rapunzel. Me gustaba soñar que era una princesa de larga cabellera, encerrada en una torre esperando a ser rescatada por su príncipe. Dicen que no debemos soñar demasiado alto por si nuestros sueños llegaran a cumplirse. Pero¿Qué más da? Ahora soy una princesa en su torre, a la espera de su príncipe, solo que yo no tengo una larga cabellera, ni larga ni corta. No la poseo. Tráiler creado por la @Editorial_Friendship