Alicia trabaja en «La Parada», un bar que se encuentra frente a las paradas de las líneas siete y diez del autobús. Nuestra protagonista fantasea con las vidas que se esconden detrás de sus clientes habituales hasta que, un día, dos desconocidos le hacen ir un paso más allá y plantearse si valdría la pena subir al bus que otra persona perdió.