Un año es el tiempo transcurrido desde aquel 10 de septiembre. El día en el que Saray dejó de sentir. Desde entonces ha usado a los chicos para tener sexo, sin compromiso. Los usaba y no volvía a verlos en su vida. En cambio, Marco, durante ese año en San Francisco no ha podido parar de pensar en ella. No se acercaba a ninguna chica. Se dio cuenta de muchas cosas. Demasiadas... Ambos iban a empezar un nuevo camino en la universidad. Lo que no sabían es, que, por causa del destino, acabarían reencontrándose de nuevo. Tal vez aquella pasión convertida en ceniza resurja. Como un fénix.