Tiene 22 años y siente que esa fiesta es una mierda. Mira su reloj, deseando que el tiempo se desgaste y poder huir lo más lejos posible de aquel salón infernal. Hay una tensión que desarma sus músculos y le destruye los nervios. Alguien le sonríe con fiereza a unos pocos metros, sabiendo exactamente en lo que está pensando. Kiyoomi se siente desprotegido, en la intemperie. Nadie más lo está mirando, pero hay algo en el armador que lo hace sentir extrañamente desnudo. Comprende en parte que hay un torbellino que acelera los pasos de su corazón. Se siente perdido y abrumado. "Llévame dónde la música no esté tan alta", piensa. O Dónde Atsumu arrastra a Sakusa para entregar un obsequio y terminan por acabar confinados en una cabaña en Navidad. Portada: el arte es de @Tiffyuamaeda (y cuento con su permiso).