El olor del mar, su oleaje, aquella tibia brisa que tocaba nuestros rostros era inevitablemente hermosa, esa noche fue maravillosa a su lado, tomábamos nuestras manos y nos dimos un cálido beso, aquella promesa se convirtió solo en recuerdos...
El olor del mar, su oleaje, aquella tibia brisa que tocaba nuestros rostros era inevitablemente hermosa, esa noche fue maravillosa a su lado, tomábamos nuestras manos y nos dimos un cálido beso, aquella promesa se convirtió solo en recuerdos...