Alex y Lía soñaban con ellos sin siquiera conocerse, estaban enamorados sin siquiera saber sus nombres, sin saber que existían y que la vida los pondría frente a frente.
Ambos caminaban sin rumbo bajo la lluvia, pasaron a la par y ni siquiera lo notaron por estar perdidos en sus pensamientos... Todo hubiera sido más fácil si eso fuera lo que ocurrió aquel día, pero no fue así, así que en vez de seguir sus caminos individualmente de manera monótona, se cruzaron de uno manera un poco inusual y lo que pasó después toca descubrirlo.