Cuándo Natasha se dio cuenta de lo que estaba pasando, mientras observaba que sus amigos desaparecían uno a uno, lo único que paso por su mente fue "Steve".
Cuándo se dio cuenta ya estaba parada atrás de él y lo vio ahí sentado viendo a la nada sin saber que pensar.
-No es cierto...- salió de los labios del Super Soldado.
-"No puede ser"- y en su cabeza lo único que escucho fue un pequeño "Click". Tenía que llamarlo ya nada más importaba.
- Nat, no..- pero aún con sus reflejos de Super Soldado, Steve no pudo detenerla.
Los segundos que pasaron mientras esperaba que la persona del otro lado del aparato le respondiera fueron los mas letales en toda su vida como espía.
-¿Natasha? -
-Gracias a Dios - nunca había creído en ese ser superior pero fue lo único que salió de su boca cuando escucho a su mejor amigo y hermano responder - Fallamos Clint, no sé que pasó pero fallamos, todo el mundo está desapareciendo,-soltó con angustia en su voz- dime que están bien, ¿Están todos bien?
- ¿Fallaron? ¿A que te refieres con que fallaron? ¿Que fue lo que pasó Nat? -
-Responde la pregunta Barton, ¿Están bien? ¿Él está bien? -
-Todos estamos bien, él está perfecto y dormido -
Aunque estaba molesto por que Natasha había roto el acuerdo que se habían hecho el uno al otro antes de ir a Escocia por Wanda y Vision, el suspiro que salió de los labios de Natasha, fue como un bálsamo para la angustia que Steve sentía en su corazón.
Natasha volvió a ver al Super Soldado con cara de súplica mientras mantenía aquel aparato pegado a su oído, como si quisiera pasar a través de el.
Lo único que pudo hacer fue asentir mientras se pasaba una mano por la frente. Thanos tenía todas las gemas, necesitaba verlo, tocarlo con sus propias manos para saber que estaba bien.
-Vamos para allá- salió de los labios de la espía rusa mientras colgaba la llamada.
TERCER LIBRO
Jack Ross y el compromiso nunca se habían llevado bien. Cosa que, siendo sinceros, le había facilitado muchas situaciones en la vida.
Sin embargo, algo cambió cuando conoció a Jenna, sus ojos castaños brillantes y su sonrisa tímida.
Pero... tres meses no eran suficientes como para enamorarse de alguien, ¿no? Así que, ¿qué importaba si intentaba pasar más tiempo con ella del que le gustaría admitir?
¿Qué importaba si, después de todo, sí que era tiempo suficiente como para enamorarse?
¿Qué importaba si, por primera vez en su vida, daba a alguien la opción de romperle el corazón?