Dos personas totalmente sumidas en un mundo de tinieblas terminan viendo la luz al final del camino. Él, quién aprendió a valerse por si solo, caminando por los senderos de la oscuridad, donde las sombras atormentan hasta el alma más podrida, aprende a vivir entre paredes bañadas de sangre. Ella, que con un parpadeo vio la muerte pasar tan cerca, reza por salir de aquel lugar donde nunca debió llegar. No hay ser perfecto, sino un perfecto para cada persona.