Segunda parte de Rey de corazones. Harkan siempre fue un niño diferente, y eso, quiera o no, le repercute en su vida como adulto funcional. Como soldado de la Reina de corazones es perfecto, tan impecable y servicial que parece casi irreal, pero como individuo tiene muchas carencias que debe comenzar a solventar. Sin embargo, hay un nuevo factor en su vida que lo motiva a cambiar: Alisa. Ella, por su parte, esta a punto de descubrir que muchas cosas no son como creía, y que la suerte y el destino son tan crueles como siempre había sospechado. Mientras la guerra se cierne sobre Veltimonde, Alisa tendrá que seguir adaptándose a la vida en la corte, además de a la presencia de Darko y sus inusuales poderes. Con un nuevo adversario en el frente y rodeada de personas que se presentan como enemigos en potencia, Alisa tendrá que enfrentarse a una nueva crisis inesperada, cuyo protagonista es el mayor antagonista de todos: su corazón.

Veltimonde; un reino de ensueño para muchos, pero un infierno para otros. La regulación de crímenes por parte del ejército de corazones y su reina es tan estricta que para muchos el simple hecho de seguir viviendo es pecar. Alisa lo intentará todo para subsistir, pero un suceso la evocará a caer en un escabroso juego, en el que competirá en más que una partida de cartas contra todos los delincuentes de la ciudad. Harkan es uno de los soldados de la guardia de corazones. Este misterioso soldado jugará a doble bando, incapaz de que una injusticia derive en una muerte fatídica. Mientras tanto, el verdadero Rey de corazones moverá ficha desde las sombras.