Se queda completamente estática.
Y la beso.
Mis manos sostienen su cintura ahora, manteniendo su cuerpo cerca al mío.
Y la beso.
Deseo que mueva sus labios con los míos, deseo que sus manos se aferren a mi cabello para no soltarme, como siempre solía hacer.
Y la beso.
Pero ella no lo hace.
Sus manos se han quedado pegadas a sus caderas, quietas, y en ningún momento las ha movido. Sus ojos están cerrados cuando me separo de ella. Los abre al no sentir mis labios más, supongo, y me mira…solo me mira.
—No puedo…no puedo hacer todo esto de nuevo…—lo último que me dice antes de darse vuelta y correr lejos de mí.
Y eso es todo.
—Yo…lo siento, hombre. Pensaba que ella no sé...
Hailey llega a mi costado, coloca su mano encima de mi hombro, como si estuviese tratando de consolarme.
— ¿Me perdonaría?—completo la oración.
—La verdad…es que sí. Pensé que ella lo haría y que simplemente correría a tus brazos como…
—Siempre. —finalizo. —Llama de mi parte y separa un vuelo de regreso…ya no hay más que hacer aquí.
Hailey asiente con la cabeza, manteniéndose callada, sorprendentemente.
Saca su teléfono y empieza a marcar, la escucho hablar…pero no me concentro en todo lo que dice realmente.
Solo puedo pensar en ella.
Y en lo muy estúpido que había sido.
Ella no necesitaba que me alejara de ella.
Tal vez era lo correcto, sí. Pero no lo que ella quería, ni lo que yo quería.
No la escuché y solo me alejé, siendo un cobarde porque sabía que si se lo decía a la cara no iba a ser capaz de alejarme nunca de ella.
Ella me necesitaba a mí a su lado, mientras pasaba por todo esto. Y yo necesitaba saber que ella estaba bien, que era feliz, realmente lo necesitaba. Porque la amaba, demonios si no lo hacía. ¿Cómo no hacerlo realmente? Si era la persona más bella que había conocido por dentro y por fuera. Tenía sus defectos sí, era algo orgullosa y a veces muy perezosa pero la amaba completa. A todo ella.
Y yo lo había echado todo a perder. Porque ella ya no quería oír mas de mí.
Yo giré la página y cerré el capítulo. No le di otra opción más que avanzar. Sin mí en el libro.
Pensé en ella.
Pero me olvidé de pensar en nosotros.
Y nosotros eran lo que realmente importaba.
Nosotros.
— ¿Te vas a hacer a un lado?—me pregunta Hailey, trayendo mis pensamientos de vuelta. — ¿Te vas a alejar?
¿Cómo siquiera hacerlo?
Si todas estas semanas lejos de ella era en lo único que pensaba.
—No. —respondo. —No asi de sencillo.
—Ese es mi chico. —dice Hailey, dándome un golpe en mi hombro. —Aprendiste algo de mi manual de “No ser un idiota”, vamos bien. ¿Qué tienes en mente?
—Ella me ama aun…
—Hasta en los ojos se le ve, hermano…
—Solo tengo que recordarle lo mucho que la amo yo.
— ¿Cómo piensas hacerlo si ni quiere verte?—me pregunta.
—Tengo un plan. —le digo. —Solo déjame trabajarlo.
Este definitivamente no iba a ser un adiós definitivo.
Llegamos hasta las afueras del hotel con la ayuda de un carrito de golf, y todo nuestro poco equipaje incluido.
El carro del aeropuerto ya estaba afuera asi que subimos en él y esperamos que nos trasladara hasta el aeropuerto. Iba a ser un camino de una hora, hasta más. Hailey se quejaba del calor que hacía, a pesar del aire acondicionado, y lo incomoda que se sintiera con el vestido.
Yo estaba que sudaba, por el traje.
Pero no importaba.
No ahora.
Mi mente maquinaba, uniendo ideas. Todo funcionaba.
Saqué mi teléfono de mi bolsillo y marqué el número de Scooter.
— ¿Justin? ¿Dónde estás?—lo escucho preguntar.
—Regresando a Los Ángeles, ¿noticias nuevas sobre la etapa de Sudamérica?—le pregunto, yendo directamente al grano.
—Nada nuevo…salvo que Dan presentó su renuncia oficial.
Perfecto.
Eso también encajaba.
—Bien…ahora, los teloneros. ¿A quiénes tenemos?
—Coy Simpson, ¿estamos de acuerdo?—me pregunta.
—Sí, perfecto. ¿Quién más?
—Queríamos una banda mujer, tal vez Fifth Harmony o…no sé, ¿Little Mix podría ser?
—Eh, ¿Cuántos teloneros tienes en mente?
—Tres.
—Contrata a cualquiera de las dos bandas, no importa. Pero hay una telonera que tiene que estar sí o sí.
—Bien…—dice inseguro. —Little Mix entonces. ¿De qué telonera estamos hablando?
—Tú la conoces…—digo tratando de tranquilizarlo.
—Quiero su nombre, Justin. No quiero que cometas una locura.
—Megan Kanter. —digo.
Escucho como se ríe desde el otro lado de la línea.
— ¿Estás seguro?
—Lo estoy.
— ¿Crees que ella vaya a aceptar?
—No lo sé. No creo…pero vamos a ofrecerle una oferta muy tentadora.
—Justin no le podemos ofrecer un millón, además dices que es una persona desinteresada asi que…
—No entiendes. Todo encaja. Tiene que encajar. Ella empezara la universidad el próximo año, la gira empieza en diciembre después de su graduación. Ella no va a dejar que Dan pagué toda la universidad, va a querer ayudar, por más poco que sea, la conozco. Asi que va a necesitar un empleo. El dinero que ganaría sería más que suficiente y además lo ganaría haciendo lo que a ella tanto le gusta. Además ella estaría más tranquila porque Dan podría regresar como nuestro guitarrista, por eso no llames a ningún remplazo aun. Asi que ganan todos, ¿Qué opinas?
—Que estás loco.
—Lo sé.
—Enamorado.
—También.
—Pero que te entiendo, supongo. Haré llamadas, ¿de acuerdo? Tu hazle la propuesta, habla con Dan apuesto a que él te podrá ayudar.
—Lo sé…atacaré por todos lados. Asi tenga que decirle a toda su escuela que la convenza. —digo. —Pero sí o sí, voy a recuperarla. La amo, y la necesito conmigo.
—De acuerdo mueve tus fichas, yo moveré las mías aquí con los ejecutivos.
—No pueden decir que no, Megan Kanter tiene fans en este momento. Será asombroso, lo sabes. Además atraerá atención de la prensa.
—Lo sé… ¿pero qué paso con tu idea de protegerla?
—Me di cuenta que, sí, alejándome de ella la protegía. Pero también podía hacerlo quedándome a su lado, y no dejando que nadie ni nada la lastimase. Yo me encargaría de ellos. Ahora lo sé.
—Por fin abriste los ojos.
— ¿Me demoré, no?
—Lo hiciste. Pero eso no importa, lo que importa es que al final lo conseguiste.
—Insistiremos hasta que ella acepte al fin. No nos detendremos hasta escuchar de sus labios un “sí”.