-¡Yoloth ven ahora mismo!-
Mi madre está molesta. No necesito ser adivina o tener magia para reconocer la ira en su voz.
Austin y yo nos miramos con ojos bien abiertos; y rápidamente nos levantamos de nuestros asientos.
A paso veloz y pasando entre medio de Kiefer y su juego llegamos hasta la puerta. En donde definitivamente estaba ella.
-Hola mamá...- Saludé con una sonrisa nerviosa.
Austin y yo estábamos tan nerviosos que nuestros cuerpos se erguían como el de los soldados del ejército.
-Hola señora- Tambien saludo Austin, quien se veía igual de nervioso que yo.
-¿Hola?- Repitió ella con el ceño fruncido y mirándome con verdadera molestia tiro su bolso al suelo.
-¿Es lo único que van a decir? A cabo de recibir una llamada de la directora para informarme que faltaron al colegio-
Mierda... Ahora si estoy muerta.
-Señora no lo es que usted...-
-Austin de verdad que te quiero mucho- Corto mi madre, mirándole tambien con reproche. -Pero por favor no te metas en esto. Yoloth tiene una larga explicación que darme y tú les debes una a tus padres. Y créeme que están igual de enojados que yo lo estoy con Yoloth-
Doblemente... mierda.
Ahora Austin se ganará un castigo y todo por mi culpa.
-Sera mejor que vayas a tu casa- Recomendó mi madre.
Austin me miro de reojo y murmurando un "ok" dio media vuelta y regreso algunos minutos después cargando su mochila.
-Suerte... y no te olvides de llamarme-
Fue lo último que dijo antes de irse.
Baje la mirada derrotada y sintiéndome verdaderamente mal. Y no lo digo solo por mí.
-Tomare una ducha y cuando regresé tendremos una larga conversación-
Mama recogió su bolso y pasando junto a mí fue directamente a la sala.
-¡Yoloth ven ahora mismo!- Y nuevamente volví a escuchar su voz, aunque en esta ocasión parecía haber otra emoción aparte de irritabilidad.
Supongo que ya conoció a Kiefer.
¿Ahora qué voy hacer?
Gire sobre mis talones y dando grandes zancadas fui hacia mi madre. Como imagine se había topado con Kiefer, aunque este seguía jugando su estúpido juego como si no estuviera ocurriendo nada.
-¿Quién es este vago?- Interrogo frunciendo mucho más el ceño.
-Pues...-
-Un momento- Murmuro Kiefer lanzando el control aun lado del sofá y portando una mueca de molestia enfrento a mi madre. - ¿A quién estas llamando vago?-
-¿Ves otro vago por aquí niño?- Reto ella.
Genial, lo que me faltaba. Cuando las cosas no podrían ser peores ocurría esto.
-Discúlpate...- Exigió Kiefer fulminándola con la mirada. -O tendré que cobrarme el insulto con tu vida-
¿Cobrarse la ofensa con su vida? Vaya sorpresa.
-¿Quién te crees que eres para amenazarme? ¿Y en mi propia casa?-
-Tómalo como quieras-
La mirada de mi madre dejo de ver a Kiefer y se posó con reproche en mí.
-¿Enserio Yoloth? ¿Te eduque para que te convirtieras en amiga de delincuentes y peor aún, que los trajeras a casa? De verdad que me has decepcionado-
-Mama no es lo que piensas-
-¿No lo es? ¿Entonces como explicas lo que está sucediendo? No solo recibí una llamada por tu ausencia sino que cuando regreso a casa encuentro a este vago instalado en mi casa como si fuera la suya-
-Sé que esto se ve feo pero no es lo que estas...-
-Ya me harte de todo esto- Antes de que pudiera terminar de hablar escuche un murmullo provenir de Kiefer. -Tu voz me está dando dolor de cabeza-
Kiefer coloco una de sus manos sobre mi hombre y me empujó hacia atrás. Tomando ahora mi posición y quedando frente a frente con mi madre.
Esto me huele mal.
-Kiefer aléjate de mi madre- Exigí. -Si no lo haces voy a...-
-No la voy a matar así que guarda silencio-
-¿Asesinarme?- Repitió con verdadero asombro. -Yoloth con qué tipo de personas te has...-
-Hey tu...- Llamo mirando fijamente su rostro. -Mírame a los ojos-
Por inercia ella obedeció centrando su mirada en Kiefer y extrañamente poco a poco su rostro fue relajándose hasta ya no poder ver la molestia de hace unos segundos atrás.
-Kiefer....- Llame su nombre y me interpuse entre ambos. -¿Qué demonios le estás haciendo a mi madre?-
-Cierra la boca- Respondió y con brusquedad me hizo a un lado, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo.
-Maldito enano infe...-
-Quiero que dejes tu mente en blanco y escuches atentamente mis palabras- Murmuro el idiota mirando fijamente los ojos de mi madre. Quien por alguna razón desconocida asintió. -Vas a subir las escaleras, tomaras un baño y dormirás hasta que termine el dia ¿entendido?-
-Entendido...- Repitió ella con voz de zombi.
Kiefer trono los dedos y tomando nuevamente su bolso del suelo mama subió los escalones hasta perderse de mi radar. Mientras que yo permanecí estática y con la boca abierta.
Preguntándome una y otra vez...
¿Qué demonios acaba de ocurrir?
-Al fin un poco de silencio...- Dijo Kiefer y sin más regreso al sofá para continuar con su juego.
Cuando mi sorpresa y confusión disminuyo me levante del suelo; sacudí mi ropa y me coloque en frente del enano. Exigiendo una explicación.
-Quítate...- Ordeno.
-No lo hare. No hasta que expliques que le hiciste a mi madre ¿Por qué de un momento a otro te obedeció?-
Kiefer frunció el entrecejo y en su mirada pude notar la furia nacer. Pensé que nuevamente amenazaría con matarme o de verdad lo haría, así como tambien llegue a creer que no me respondería pero luego de soltar un bufido y colocar el control del juego en su regazo respondió:
-Jugué un poco con su mente- Soltó con naturalidad, como si fuera algo normal.
-No entiendo-
-Tan estúpida...- Dijo en un susurro que lamentablemente escuche.
-Oye...-
-Use magia para entrar en su débil mente. Listo, ahí está tu explicación-
Y nuevamente tomo el estúpido control para seguir con su estúpido juego.
-En pocas palabras lo que hiciste fue hipnotizarla- Dije más para mí misma que para él y luego de quitarme del frente me senté a su lado.
Kiefer solo asintió esta vez.
Con que la hipnotizo ¿eh?
-No pensé que la magia tuviera esos alcances-
-Las artes oscuras me permiten acceder y dominar a las personas mentalmente débiles. Cuando eso ocurre están obligados a seguir cualquiera de mis órdenes incluso lanzarse de un risco-
Una sonrisa divertida adorno sus labios luego de la última frase. Lo que me hizo comprobar lo obvio, este chico está completamente loco.
Aunque... esta información me acaba de dar una idea.
-Kiefer...- Llame poniendo mis ojos de cachorro, aquellos que solamente uso cuando necesito algo. -Necesito de tu...-
-No hago nada gratis- Corto rápidamente. -Y por el momento no necesito nada más que regresar a mi reino-
De verdad que es un chiquillo difícil de llevar.
¿Cómo se supone que consiga su ayuda?
Mientras yo vivía una lucha mental el idiota jugaba con tranquilidad el estúpido juego de Mario Bross y se atragantaba de palomitas.
Un momento....
A parte de querer regresar hay unas cuantas cosas que Kiefer necesita.
Violencia y comida.
Una sonrisa de medio lado se dibujó en mi rostro sin querer. Creo que encontré una forma de conseguir la ayuda de Kiefer, y no solo eso, tambien me será de beneficio para mantenerlo bajo control.
-Si me ayudas...- Murmure pegando mi espalda en el sofá. -Podrás comer todo lo que quieras y te comprare otros videojuegos. Obviamente mucho mejores que Mario Bross, más divertido y mucho más sangriento-
Cuando pauso el juego y su atención estuvo en mi supe que lo había conseguido.
-¿Qué tienes en mente?-
¡Al fin! Logre convencer a la diva.
El problema está en que no se siente como lo imagine.
Más bien parece como si estuviera firmando un trato con el mismísimo demonio. Aunque es lo menos que puedo esperar de la idea tan loca que se me acaba de ocurrir.
-Necesito que utilices tu poder mental en mis padres-
Y fue así que le vendí mi alma al chamuco.
-¿Estas segura de eso?-
Kiefer me analizo detenidamente con la mirada y sus labios formaron una sonrisa que me provoco escalofríos.
-¿Por qué me preguntas eso? No me digas que es peligroso-
-Por supuesto que no lo es-
Aunque sus palabras parecen sinceras su sonrisa me dice todo lo contrario.
-Bueno... siempre y cuando se tenga control sobre ella. Control que naturalmente poseo- Agregó.
Kiefer puede ser todo lo que quiera; un cretino déspota sin corazón, pero ha demostrado con acciones lo bueno que es en eso de la magia.
Supongo que tendré que arriesgarme.
-Entonces... cuento contigo-
Le tendí mi mano para que nuestro trato quedara en pie y aunque Kiefer se lo pensó por unos segundos termino estrechando mi mano. Fue así que nuestro trató quedo formalmente pactado.
-Te ayudare pero primero necesito escuchar tu petición-
Um... creo que Kiefer no estará muy contento con lo que tengo en mente, al contrario pondrá el grito en el cielo.
Aunque... por favor Kiefer hace escándalo por cualquier cosa.