Un Amor Declarado y Personal

By YIZHAN_2MIN

152K 18.5K 4.1K

Si quería seguir adelante con esa farsa relación, tendría que comportarse como un esposo leal... tanto en la... More

Sinopsis
Falsa Noticia
Acepto
Tirano
Plan
Baijiu (licor de arroz)
Tatuaje
Anillo de compromiso
Reinvención
Carácter
Nuevo hogar
Equivocación
Chocolate
Deseos
¿Arrepentido?
Hielo
Princesa
Matrimonio
Noche de bodas
Miedos
Ya no te amo
TE AMO (Final)

Química

5.9K 774 107
By YIZHAN_2MIN

Durante los siguientes días Zhan-Ge consiguió evitar a Yibo,  todo lo que se podía evitar a alguien con quien se compartía casa y auto para ir al trabajo.

Tenía un cuidado extremo al entrar en su habitación en busca de ropa. No porque tuviera miedo de él, sino porque lo tenía de sí mismo.
El beso le había gustado mucho, demasiado, y corría el serio peligro de que el deseo lo dominara. ZhanZhan no perdía la cabeza por ningún hombre, pues el deseo solo acababa en una amarga decepción o incluso en una terrible humillación. No tenía sentido anhelar lo que no podía tener. Y además no tenía tiempo para preocuparse por sus hormonas revolucionadas. Debía concentrarse exclusivamente en MeiLing.

Gruñó al entrar en su despacho y se puso a rebuscar en la caja de adornos. Seleccionó unos cuantos y los llevó al espacio que se había despejado al fondo de la habitación. Estaba iluminado por el sol y era idóneo para imaginarse cómo relucirían los adornos en los escaparates de Wang&Tua durante la temporada navideña. Los diseños navideños lo ocupaban casi todo el año, pues cada año debían ser más grandes, más vistosos y más elaborados. Y al mayor le encantaba el desafío.
Tenía un marco de madera de la misma forma y tamaño que las ventanas de Wang&Tua. Agarró un sedal y empezó a colgar los adornos del travesaño superior. Los objetos reflejaban la luz del sol, pero no era suficiente. Tenían que relucir con tanta fuerza que a ningún transeúnte le pasaran desapercibidos. Buscó en la caja y encontró unos frascos de purpurina de varios colores, sobretodo un frasco grande de color dorada y unas gemas moradas. Lo añadió todo al conjunto y el resultado final fue mucho mejor. Los adornos parecían arder al recibir los rayos de sol y quedarían perfectos bajo la iluminación de los escaparates.
Se sacudió las manos en sus jeans negros y torció el gesto al mancharse los muslos de purpurina.

—Has trabajado muy duro.

Se giró al oír la voz del menor e intentó ignorar los frenéticos latidos de su corazón.

—Oh, no sé... ¿Es lo mismo estar trabajando duro que a duras penas trabajando? —bromeó, sin saber muy bien por qué se empeñaba en no valorar su trabajo.

—Me gusta —dijo él, acercándose a la zona de trabajo.

—No está acabado. Faltan los maniquíes y unos cincuenta colgantes más. Nieve, un árbol de Navidad. Esto es solo para uno de los escaparates laterales. El escaparate principal va a ser fantástico.

—Me lo imagino.

—Me estoy jugando la vida en el desafío —afirmó, más para el que para Yibo.

—Lo sé, Zhan-Ge. De lo contrario no estarías trabajando para nosotros. Esta será nuestra tercera Navidad contigo, y todo el mundo alaba la calidad de los decorados desde entonces.

—Gracias...

—Háblame del escaparate principal.

—Se llamará Visiones de caramelo y será un conjunto de fantasías navideñas, como si brotaran de un sueño con neblina, luces y estalactitas.

—¿Será igual en todas las tiendas?

—Creo que debería ser distinto en cada centro. Al menos en los grandes centros comerciales de París, Nueva York, Berlín, lo suelen hacer así. De esa manera cada uno se convertirá en una atracción.

—¿Cuentas con el presupuesto necesario?

—Pues... ahora que lo dices, necesitaría un pequeño aumento.

—Me lo suponía. ¿Cuánto necesitas?

El mayor le dio una cifra de varios miles de yuanes.

—De acuerdo —aceptó él sin pestañear—. Si es lo que necesitas, lo tendrás.

—Gracias.

Entonces lo miró realmente desde que él había entrado. Era como mirar el sol, tan hermoso y fulminante que hacía daño a la vista. Tan lejano e inalcanzable como un astro. Una tristeza infinita lo invadió, pero solo por unos breves instantes. No tenía tiempo para pensar en Yibo ni en la atracción que sentía por él.

—¿Listo para la entrevista?

—Claro —respondió él con un tono nada convincente.

Algo extraño, porque si un rasgo caracterizaba a Wang era ser convincente.

—¿Qué te preocupa? —preguntó ZhanZhan.

Él arqueó una ceja.

—No me preocupa nada, cariño.

—¿Nunca?

—No.

—¿Y por qué te dedicas a los negocios? Te iría mejor si impartieras cursos de autoayuda.

Él se rio.

—No creo que esté en posición de decirle a la gente cómo mejorar. Simplemente se me da bien ignorar todo aquello que no me interesa.

—Sí, a mí también.

—Ya tenemos algo en común.

—¿Quién lo hubiera imaginado?

—Yo no, desde luego. ¿Crees que será suficiente para parecer una pareja de verdad? —dio un paso hacia Xiao y a Xiao Zhan lo sacudió un fuerte estremecimiento. El recuerdo del beso bastaba para que le temblaran las rodillas.
Sin poder evitarlo, también ZhanZhan dio un paso adelante. Era una estupidez, porque sabía que no debía volver a besarlo. Él no quería besarlo, de eso estaba seguro. La primera vez le había dicho que era un error.

Yibo ladeó la cabeza hacia un lado y lo miró intensamente.

—Hay química entre nosotros —le dijo.

Zhan-Ge soltó una risita nerviosa.

—¿Eso crees?

Él asintió y avanzó otro paso.

—Sí, y es algo bueno. Se pueden fingir muchas cosas, GeGe, pero esto no. Es real, y nadie lo pondrá en duda.

—Solo fue un beso... —le recordó Zhan—. Y dijiste que fue un error.

Él sonrió.

—¿Me estás provocando?

—No, no soy tan tonto.

—No, está claro que no eres tonto —sus palabras lo llenaron de calor—. Pero puede que estés intentando provocarme para que te bese de nuevo.

—¿Y por qué iba a hacer algo así?

—Por la misma razón por la que yo deseo que me provoques. Me gustaría volver a besarte.

—¿Quieres... quieres besarme?

Él asintió.

—Pe... pero la última vez dijiste que...

—Dije que no debería haber ocurrido porque los dos tenemos que concentrarnos en nuestros asuntos, y nos resultaría difícil hacerlo si acabamos en la cama...

—Oh.

—Voy a volver a besarte.

—No creo que sea buena idea.

—Puede que no, pero dentro de una hora nos entrevistarán como a una pareja. Es crucial que no haya la menor tensión entre nosotros —dio otro paso hacia el mayor y esté sintió su calor corporal y el olor a su fragancia. Dio un paso adelante y se mordió el labio.

Yibo alargó el brazo y le tocó el labio con el pulgar.

—Siento envidia de tu labio...

¿No estaría insinuando que...?

Sacó la lengua y le lamió la punta del dedo. Respiró hondo y lo mordió ligeramente. Wang Yibo cerró los ojos y un gruñido de goce retumbó en su pecho. Atreviéndose, Xiao Zhan repitió la acción y lo mordió con más fuerza. Yibo reaccionó con rapidez. Lo rodeó con los brazos y lo apretó contra su cuerpo. Zhan-Ge se puso de puntillas y lo besó, abandonándose a una sensación tan familiar como desconocida.

Él le introdujo la lengua entre los labios y ZhanZhan respondió de igual manera. El roce de las lenguas lo abrasaba por dentro y hacía que su miembro despertará a la pasión. Yibo en cambio fue más decidido y le puso las manos en las caderas y lo pegó a su entrepierna para hacerle sentir la dureza de su ya despierta erección.
Lo arrinconó contra la mesa y Xiao ajustó la postura para que el borde le quedara bajo el trasero. Él le separó las piernas y se colocó entre sus muslos para besarle la barbilla, el cuello y el hombro. Zhan-Ge no quería que se detuviera. Y no quería mirarlo a la cara cuando terminará y ver el mismo remordimiento que la noche anterior.
Pero cuando el beso acabó y el menor se apartó, no fue desagrado ni arrepentimiento lo que vio en su rostro, sino algo mucho peor.

No vio ninguna emoción en absoluto, nada salvo una máscara serena e impenetrable. Como si no acabara de llevarlo a un nivel de excitación y atracción desconocido hasta entonces.

—Esto demuestra que tengo razón —dijo Yibo.

El mayor sintió ganas de golpearlo o patearlo en las canillas para hacerlo reaccionar. Su frialdad estaba acabando con su persona.

—¿Que hay química entre nosotros? Pues sí, tienes razón. Me alegra haber sido parte del experimento —se tocó los labios, ardientes e hinchados, tan sensibles como el resto de su cuerpo.

Wang se movió y ZhanZhan vio un destello dorado en su chaqueta.

—¡Oh, no! —se le escapó una risita—. ¡Lo siento mucho!

—¿Qué?

—Tu chaqueta.

Yibo se miró la purpurina dorada que le manchaba la ropa, murmuró algo en voz baja y se la sacudió mientras el mayor intentaba a duras penas contener la risa.

—¡Lo siento! Pero lo has empezado tú. Yo estaba trabajando y...

—No pasa nada, Zhan-Ge –lo interrumpió él en tono irritado.

—Lo siento. Este traje debe de costar...

—Mucho. Pero tengo muchos más, de modo que no es problema.

—Bueno, pues...

—Tengo que acabar unas cosas. Me reuniré contigo en la guardería para recoger a MeiLing.

—¿Crees que ha ido bien? A mí me parece que sí —Xiao Zhan parloteaba sin parar, pero no podía evitarlo.

La entrevista había acabado y estaban en el balcón del segundo piso, contemplando el lago Houhai después de acabar la exquisita cena que les había preparado el chef de la casa. MeiLing reposaba alegremente boca abajo en un cojín, agitando los brazos y piernas..

—A mí también me lo parece —corroboró Yibo.

No había ni rastro del hombre arisco y malhumorado que había sido horas antes. Había hecho gala de un comportamiento exquisito desde el momento en que Zhang JingTong entró por la puerta. O bien la trabajadora social prestaba oídos sordos a las historias que circulaban sobre él, o bien se había olvidado de ellas ante la cautivadora presencia de Wang.
La seguridad que irradiaba aquel hombre en cualquier situación hacía que todo pareciera sencillo y fluido. Se mostró mucho más tranquilo y natural que el mayor durante la entrevista, lo cual era bastante humillante. Era el quien amaba a MeiLing con toda su alma y, sin embargo, era él quien se ganaba a la trabajadora social. 

Por suerte estaba de parte de Zhan.

—Bueno, me alegro de que te sintieras cómodo y seguro.

—¿Por qué preocuparse, Zhan-Ge? El resultado será el mismo.

—Para ti es fácil decirlo. Pero MeiLing lo es todo para mí.

—Lo sé —dijo el menor, muy serio—. Y te juro que no dejaré que te la arrebaten. Cueste lo que cueste.

—¿De verdad? ¿Por qué? ¿Por qué harías algo así por mí?

—Porque sé lo que es perder a una madre —respondió fríamente—. Sé lo que es pasar de una familia a otra sin que nadie te quiera. Si puedo impedir que MeiLing corra la misma suerte, lo haré.

Xiao Zhan miró a MeiLing, y por primera vez se dejó invadir por el pánico que siempre lo acechaba.

—¿Puedo hacer esto? ¿Seré la persona apropiada? —miró a Yibo—. Dímelo. Porque tengo miedo de fracasar.

Él pareció sorprendido.

—No... no soy la persona indicada para opinar sobre la familia. Pero tú quieres a la pequeña, y yo recuerdo que mi madre también me quería. Y la forma que tienes de abrazarla y de hacer que se sienta protegida...

A ZhanZhan se le formó un nudo en la garganta.

—Pero siempre lo echo todo a perder. Pregúntale a cualquiera. Mi familia, mis profesores, mis amigos... En el colegio mis notas eran muy malas. Se me daban bien las Artes y la música en general, pero en el resto era un pésimo estudiante. Mis padres no quisieron ayudarme para que fuera a la universidad y tampoco podía aspirar a una beca. Nadie se sorprendió, porque... nadie esperaba más de mí —parpadeó para contener las lágrimas—. Mi vida ha sido una sucesión de fracasos. Mi primer beso, la ceremonia de graduación, la universidad... ¿Y si también fracaso en esto?

—No has fracasado en todo —replicó él—. Haces muy bien tu trabajo. Y cuando perdiste a tu mejor amiga te hiciste cargo de su hija. ¿Sabes cuántas personas se habrían desentendido del asunto? Muchísimas, Zhan-Ge. Pero tú no.

—Pero me asusta lo mucho que la quiero...

El menor miró el horizonte con el ceño fruncido.

—La emoción es lo más peligroso que hay. Te puede dominar y hacer que hagas cosas de las que nunca te creerías capaz. Pero... por Mei estás dispuesto a hacer lo que sea, incluso decirle a la trabajadora social que estabas comprometido con tu jefe. Tu amor tiene el poder para hacer el bien. Confía en eso.

Sus palabras eran alentadoras, pero denotaban una amarga tristeza. Y algo más... Algo en lo que el mayor temía no poder ayudarlo.

👶👨‍❤️‍👨👶👨‍❤️‍👨👶👨‍❤️‍👨👶👨‍❤️‍👨👶👨‍❤️‍👨👶

Hello, primero que nada mil disculpas por la tardanza en todas las historias, pero por motivos de pasantías y trabajo se nos ha hecho difícil las actualizaciones.

Espero les haya gustado el capítulo y pronto traeré el siguiente.

Saludos (✿^‿^)

Créditos a quien corresponda ♥️

Continue Reading

You'll Also Like

68K 9K 12
Wang Yibo un excelente esposo y padre de familia, con un matrimonio casi perfecto y digo casi porque a los pocos meses del nacimiento de su bebé su p...
760K 54.5K 34
Marco oculta dos grandes secretos: Está enamorado del novio de su mejor amiga y se ha casado con una desconocida por accidente. *** Marco no recuer...
346K 52.2K 68
Xiao Zhan es el típico chico carismático de la universidad que disfruta haciendo bromas a los demás. Wang Yibo es el chico callado y reservado que s...
226K 26.9K 49
Xiao Zhan a sus veinte años conoce a un chico que le hará sentir cosas nuevas, pero con el pasar del tiempo descubre que no es del todo feliz. Las si...