En manos de la Bestia

By Eva-Mora

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Me encontraba en la misma posición, atada de mis manos, sujeta a una cama, con mis ojos vendados. Horas, días... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Epílogo
Parte 2

Capítulo 17

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By Eva-Mora

Bestia...

—Aaaaah... maldito hijo de puta.

—Aun no tienes ni la más mínima idea de lo hijo de puta que puedo ser— no sentía ni el más mínimo remordimiento al ver al hombre delante de mí, mis ganas de asesinarlo eran mas grandes, pero antes de eso tenia que conseguir que me dijera quien era el maldito soplón que estaba arruinando mis planes.

—Puedes torturarme todo lo que quieras, jamás obtendrás nada de mi— comencé a reír, burlándome de sus palabras.

—Créeme— lo tome de sus cabellos para alzar su cabeza, de inmediato se quejo ante el dolor que le ocasionaba —No imaginas cuanto deseo que esta bala— mostré una de las balas que tenia en la mano —Atraviese tu maldito cráneo— comencé a negar —Pero tengo preparado algo mejor y no pienso pedirte nuevamente que digas todo lo que sabes, por que tu solito comenzaras a hablar— le di una fuerte patada en las costillas, haciendo que se retorciera de dolor —Después de la lenta tortura que te espera, rogaras por tu muerte— el muy hijo de puta comenzó a reír, reflejando el inmenso dolor que sentía.

—Muéstrame lo que tienes, maldita Bestia—mi cuerpo reacciono de inmediato en cuanto la palabra Bestia salió de su boca.

La primera vez que había asesinado fue un año después de que mi padre apareciera, al parecer ya era algo que traía en mis venas, recuerdo que aquel tipo al que le atravesé una bala por su frente, era un bastardo traidor, no sentí nada, en absoluto, quizás estaba loco, pero era como si no fuese yo, era como si otra persona se apoderara de mi cuerpo. Mi padre siempre me había dicho que a los traidores había que tratarlos como lo que eran, una maldita escoria. Desde ese día asesinar era como si me comiera un dulce, no me importaba matar a quien se interpusiera en mi camino, no me importaba deshacerme de cualquier bastardo que me traicionara, fue así que me gane el apodo, la mayoría tenia miedo de conocer a la Bestia.

—Aaaaaahhh — el grito me regreso a la realidad —Maldita Bestia.

—¿Entonces? — lo observe esperando a que dijera algo, el muy bastardo era duro, lo que no sabía era que yo siempre conseguía lo que quería —Quizás si quito este— con la navaja llena de sangre, señale su dedo, a pesar de enorme dolor que sentía el muy miserable, seguía sin decir lo que yo quería oír, comenzaba a desesperarme, no podía matarlo hasta obtener lo que quería —¡HABLA, MALDITO PERRO! — me desespere y corte su dedo, haciendo que se retorciera de dolor.

Tome una de las sillas para sentarme, comenzaba a frustrarme, el desgraciado era duro, pero no sabia lo maldito que yo podía llegar a ser, por algo me apodaban Bestia.

—No me importa morir— comenzó a decir tosiendo —No me importa cuanto me tortures, no te diré nada.

Tenia que haber algo por lo cual no tenia intensiones de hablar, algo que fuera importante para él, algo que fuese lo suficientemente importante ¡Bingo!

Sali de la habitación, dejando que uno de mis hombres se hiciera cargo, en lo que yo preparaba todo.

Unas horas después regrese a la habitación, el tipo lucia bastante mal, aun no lograba atender como duraba tanto, como podía soportar tanto dolor, solo había algo, si eso era, por amor alguien podría soportarlo absolutamente todo.

—Espero que te alegres de verme— se quedo quieto, solo volteo la cara para verme, en ese momento del dolor lo menos que quería era moverse —Tengo un regalo y espero que en verdad te guste— les hice una seña a unos de mis matones para que lo levantaran.

—Ya te dije, no diré nada, no obtendrá— detuvo sus palabras en cuanto vio lo que le mostraba en mi celular.

—Así que no vas a decirme lo que quiero, vaya sí que es una pena.

—No le hagas daño, por favor solo no le hagas daño— no tenia pensado hacerle nada a la niña, jamás le haría daño a alguien que es completamente inocente, solo tenia planeado usar a su hija para obtener respuestas.

—Tienes mi palabra, ella estará por completo a salvo, pero de ti no puedo decir nada, así que vamos habla.

—Por favor prométeme que ella estará bien, no permitirás que nada le pase— lo tenían amenazado, por ello no quería hablar, pero ahora si yo le ayudaba a que su hija estuviese a salvo, él podría decirlo todo.

—Tienes mi palabra— era verdad, la niña no tenía culpa de nada, ella era inocente en todo, así que cumpliría mi promesa.

—Dickrerson— di un fuerte golpe en la pared —Él me ordeno que atacara a la chica, es él, el que te esta saboteado— sabía que él podría estar detrás de todo, el muy maldito de Rod siempre me había odiado, pero la pregunta era ¿Cómo obtuvo toda esa información?

—No, no, no puedes morirte— dije al ver como el hombre comenzaba a convulsionar, no podía morirse sin decirme lo más importante.

Parecía algo desquiciado, pero comencé a darle auxilios para que no muriera, lo necesitaba con vida.

—Está más cerca de lo que te imaginas—sabía que se refería al traidor, pero aún no tenía un nombre —No debiste enamorarte— no dijo ni una sola palabra más, sangre comenzó a salir por su boca, dando un último respiro, ya no podía hacer nada más por él. Maldije por ello.

Nuevamente estaba en ceros, lo único que había confirmado era que el muy maldito de Rod era el que estaba detrás de todo, solo eso, no sabia lo que mas me importaba que era el nombre del puto traidor, ¡mierda!

~~~~~~~~~~~~

Lo único que deseaba era regresar a casa, olvidarme un poco de toda la mierda que era mi vida, moría por ver a Maddison, aun no podía creer que después de tantos años, ahora la tenia de regreso, ahora la tenía solo para mí, solo ella podría hacer que mandara todo a la mierda, lejos de ella por lo que me parecieron diez siglos y aun me costaba creer que la tenía a mi lado, era mía, simplemente ella era lo único que necesitaba para olvidarlo todo.

La casa estaba en completo silencio, entre para ir directo a mi habitación, justo lo que quería era ir a la habitación de Maddy, pero preferí darme una ducha antes.

—Mierda— pensé en voz alta.

—Que bueno que regresaste, te extrañe mucho bebe— había sido muy claro con ella, no comprendía que estaba haciendo en mi habitación cuando debía de irse.

—¿Qué haces aquí? — antes de que pudiera reaccionar, ella se acercó para abrazarme.

—Te extrañe— la tome de sus brazos para alejarla de mí.

—Fui muy claro contigo.

—No pensé que hablaras enserio, bebe se que has tenido unos días algo difíciles, pero no tenemos que cancelar la boda, simplemente podríamos aplazarla por algunos días— tenia que ser una broma o no había sido lo suficientemente claro con ella.

—Ginna, no voy a casarme contigo— antes de que pudiese seguir, ella se soltó a llorar, sus dramas no me los tragaba, sabia perfectamente como era, lo caprichosa que siempre había sido, así que solo me quede observándola.

—No puedes hacerme esto, mi padre se pondrá furioso cuando se entere, no tienes ni la más mínima idea de lo que seria capa si se entera de que tú me estas lastimando de esta, manera.

—Deja de actuar de esa manera, no se te olvide con quien esta hablando, tu padre me debe más que su vida, así que no trates de intimidarme con ello, ahora será mejor que levantes tus cosas y te vayas— limpio sus falsas lágrimas, me observo con demasiado enojo.

—¿Es por ella? — sus palabras habían salido con demasiado desprecio —Es por esa zorra, esa maldita perra es la que te ha segado, esa put...

—Sera mejor que midas tus palabras— antes de que me hiciera perder el control la interrumpí.

—¿O que?, no me amenaces, se muy bien los tratos que tienes con mi padre, pero no se te olvide con quien estás hablando.

—Sera mejor que arregles tus cosas, te quiero fuera de mi casa hoy mismo, así que date prisa si no quieres que sea yo mismo el que te corra a patadas— antes de escuchar una estupidez más, Sali de mi habitación.

Corrí a la habitación de Maddy, lo único que necesitaba en ese momento era verla, tenerla entre mis brazos, al entrar me desilusiono ver que no estaba, la busque en el baño y tampoco, así que salí para la cocina imaginando que podría estar ahí, ayudando a Mati.

—Joven Marcus, ¿necesita algo? — tampoco estaba ahí.

—No, nada.

Recorrí casi todos lo rincones de la casa, incluso el estúpido lugar en donde solía reunirse con Samuel, ¿En dónde podría estar? ¡Samuel, eso es! Quizás el sepa algo de ella o incluso este con él, esa última opción no era de mi total agrado.

Saque mi celular para llamarlo, no tardó en responder.

>>> ¿Qué pasa? <<<

>>> ¿Esta Maddy contigo? <<<

>>>No, pero hay algo de lo que tenemos que hablar <<< puse mis ojos en blanco, no tenia humor para nada, lo único que quería era encontrar a Maddy, comenzaba a preocuparme un poco.

>>> Te llamo luego <<< estaba por cortar la llamada.

>>> Es sobre ella, ¿En dónde estás? <<<

>>> En casa, ¿Qué sucede con ella? <<<

>>> Te veo en tu despacho, en quince estoy ahí <<< antes de que pudiera decir algo más, corto la llamada.

¿Qué era lo que quería decirme Sam de Maddy? ¿En donde estaba ella? ¡Mierda! ¿Y se le paso algo? Quizás solo andaba con Sam dando la vuelta, es eso, tiene que ser eso...

La angustia se volvía más grande, Sam aun no llegaba y mi desesperación estaba llegando a su límite, me levante del sillón, si alguien podría sacarme de dudas esa seria Mati, así que iría a buscarla, ella quería mucho a Maddy.

Antes de que pudiese dar un paso fuera de mi oficina, Sam se hizo presente, venia en compañía de su hermano.

—¿Dónde está Maddy? — pregunté en cuanto no la vi con ellos.

—Sera mejor que tomemos asiento.

—Dime qué demonios pasa!

—Ella se fue.

—¡QUE! ¿Qué demonios acabas de decir? — me abalance sobre de él, pero Joe se interpuso en mi camino.

—Trata de calmarte— dijo Joe muy tranquilo, mientras Sam se alejaba de mí.

—A la mierda, ¿díganme que mierda es lo que está pasando?

—Exactamente no sabemos que paso, lo único es que ella tomo uno de los autos para poder irse.

—¿Cómo mierda paso? Se supone que tenemos vigilancia.

—No lo sabemos, cuando nos dimos cuenta de que el auto faltaba y al ver las cámaras de seguridad, pudimos darnos cuenta que había sido ella la que se lo llevo— Joe comenzó a relatar lo sucedido, mientras yo sentía como si me hicieran un enorme hueco en el estómago, temía que ella estuviese en peligro —No tardamos en hallar el auto, lo dejo abandonado a media carretera— mi corazón latía aceleradamente, dando pasos por todo el despacho, trataba de controlar mi frustración.

—¿Fueron a su casa?

—Si, ya tratamos de localizarla, pero no hay rastro de ella.

—Sam, debes de saber algo, tuvo que decirte algo— el comenzó a negar.

—Solo dejo esta nota sobre su cama— saco una pequeña hoja, algo arrugada, sin pensarlo la arrebate de sus manos.

"Espero me puedas perdonar, pero no puedo seguir con esto. Lo mejor para los dos, es que me vaya"

Aprete con fuerza la hoja, no podía creer que ella estuviese haciéndome eso, no quería creerlo, la buscaría, tenia que darme una explicación, avente la hoja al suelo, no perdería mas el tiempo e iría a buscarla, así tuviese que levantar cada piedra, la encontraría.

—¿A dónde vas? — la voz de Sam me detuvo.

—No es obvio, voy a buscarla.

—Marcus, ya lo hicimos, créeme ella no planea ser encontrada, llevo horas buscándola y nada, ¿Qué te hace creer que tu podrás encontrarla?

—Que yo la conozco más que a nadie.

No perdería más el tiempo, tenia que salir, buscarla y estando con los hermanos, lo único que hacía es perderlo, pero al parecer el destino quería jugar conmigo.

—Que bueno que te encuentro— dijo en cuanto cruzo la puerta, no importándole nada.

—¿Qué quieres Ginna? Ya te dije que tienes que irte.

—Oh bebe, no tienes que ser un cretino conmigo.

—No tengo tiempo para tus juegos, ya tuve suficiente de ti, ahora vete— como si estuviese loca, ella comenzó a reír.

—Puedes estar tranquilo, solo vine a hacerte un ultimo favor— agito un folder que llevaba en la mano, no entendía que era lo que tramaba, pero por su cara, no era nada bueno —No tienes que darme las gracias, tómalo como un regalo de despedida— lanzo el folder sobre el escritorio, con una arrogante risa, salió del despacho sin decir nada más, dejándome intrigado por su actitud.

Dude un poco, pero termine por acercarme para tomar el folder, al ver su contenido...

"No debiste enamorarte"

"No debiste enamorarte"

"No debiste enamorarte"

Una y otra vez se reproducían esas palabras en la cabeza, pasando hoja por hoja, escaneando con la mirada cada detalle, fue en ese momento que sentí como si mi corazón hubiese sido arrancado, como si la humanidad que aun habitaba en mí, hubiese sido borrada por completo, todo se había ido a la mierda, ahora lo único que quedaba era una enrome ira, furia, enojo, aprete con fuerza el folder, para después lanzarlo con enojo al escritorio.

"No debiste enamorarte"

"No debiste enamorarte"

—Marcus, detente— no podía.

—Hey Marcus, tienes que calmarte— no, no, no podía ver más allá, todo era color rojo.

—Marcus— solo escuchaba sus voces, pero ya no me importaba nada, ya nada tenía un sentido.

¡Mierda! Lance todo lo que estaba arriba del escritorio, tome la silla lanzándola a un punto de la habitación, haciendo que varios libros cayeran al suelo, hice pedazos una de las lámparas, comencé a golpear la pared con furia, sentí como unas manos me tomaban, pero en ese momento nada podían hacer, no podían, jamás podrían detener a la Bestia... Quería destruir todo, pero sobre todo quería destruirla a ella...

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