NY.-.
Me levante, me senté en mi cama y me quede viendo mis redes sociales como Twitter, instagram, kakaotalk y jugando en alguna aplicaciones que estaban de moda.
Yo no soy un usuario del que sube fotos o sale a la calle muy seguido, mi peso y apariencia no me ayudan y no tengo el Ego tan alto para subir fotos, le tengo miedo a eso.
Me limpie las mejillas al sentirlas húmedas por mis lagrimas, recordando a esas chicas jóvenes con cuerpos bien cuidados y una autoestima alta, las detesto y mucho, pero soy consciente de ello, que es malo sentir envidia porque lo puedes llegar a tener con esmero pero ese no soy yo y quizá nunca lo sea.
Me puse de pie y me fui al baño para ducharme, me puse uno de mis buzos de colección, es lo único que uso para estar en casa; me peine y me volví a echar en mi cama prendiendo mi computadora para ver mi serie "Hotel de Luna" de la actriz IU, la admiraba demasiado.
— Ah... —me tape la cara— ¿Qué es ese espectro horrendo? —baje la pantalla.
Me levanté de mi cama y me senté en la ventana que había en mi cuarto, tapada por una cortina de tela gruesa.
— Los envidio —baje mi cortina y bueno si se pregunta el ¿Por qué?, es muy simple la respuesta, ellos no tienen el miedo que yo tengo, que me desprecien en frente de todo público, sentir como me miran con algún deje de egocentrismo y que me minimicen solo por mi cuerpo.
Escuche toques en mi puerta y me dirigí a abrirla.
— Im... —entro ni bien abrí— vengo a dejarte el número del chico —me extendió un papel— bueno me voy, adiós —salió.
— Hola y adiós... Cuídate, que te valla bien —hable irónicamente.
Mire el papel en mis manos e hice una mueca.
— Te odio, a todo hombre idiota que no sabe que es ayudar —rompí a la mitad y arrugue el papel, y lo tire al bote de basura— Le diré a Yoo que se me perdió el papelito —alce mis hombros importándome muy poco y tirándome en mi cama, para seguir con mi k-drama.
JK.-.
Estoy esperando en mi oficina algún mensaje de la chica, pero ya habían pasado treinta minutos y no llegaba, y para mí ese tiempo es mucho, según su amiga no tardaría mucho, pero se está equivocando.
Prendí mi celular y llame al contacto << Yoo >>.
"Hola Jeon" Oí al otro lado de la línea.
"Yoo, tu amiga se está demorando mucho en enviar el mensaje" agarre un lapicero y empecé a jugar con él, con la punta que subía y bajaba cada vez que presionaba el pulsador.
"Iré a verla, te avi..."
"Mejor, sabes que..." me enderece en la silla, interrumpiendo sus palabras "pásame el número de tu amiga y yo le escribo"
"Está bien"
Colgué y apague mi computadora.
Hoy día recién termine con un cliente y me agrado bastante que le haya ido de maravilla, dejando los prejuicios a un lado y yéndose con una sonrisa. La gente debería de seguir aprendiendo, creo yo.
Sentí mi celular vibrar y ni bien vi el numero lo marque.
NY.-.
Mi celular empezó a vibrar, viendo el número de un desconocido... y no dudé en colgar, no me agradaba contestar números sin registras, porque siempre eran de alguna línea dando descuentos.
— ¿Quién rayos es? —Mire mi pantalla, volviendo a ver el contacto del número desconocido marcándome, teniendo que jalar el icono a contestar— hola.
"Hola, habla el nutricionistas"
Casi tiro mi laptop de la cama, al escuchar sus palabras. Apostando lo que sea a que había sido Yoo, por lo que mejor no apuesto ya que tendría toda la estúpida razón.
"¿Hola?"
"..." Tome aire y cerré mis ojos, maldiciendo por ahí en mi mente "Hola"
"Me supongo que ya sabe de mí y que de seguro tuvo un inconveniente, para no enviar su mensaje"
"Mmh..." pensé que debería ser directa y amable, o intentarlo al menos "No me agradan los nutricionistas, lo siento mucho" sonrío de lado, siendo consciente que no me podría ver.
"Me lo imaginaba, pero ¿querrá tomar las citas?"
"¿Cómo se llama?... ¿A logrado que sus pacientes logren lo que quiere?, ¿Tiene permiso su certificado como tal?" quería saber todo, no me iba a confiar nada, aun que mis preguntas sean estúpidas o tal vez innecesarias para algunos.
"Para su dudada señorita Im, me llamo Jeon Jungkook, no he tenido tantos pacientes para decirle que he hecho maravillas o cambiado el mundo en un dos por tres, pero de que he hecho de que salgan con una sonrisa de mi consultorio lo he logrado, y mi cartón de graduado lo tengo hace un año, no tengo ningún problema en mostrárselo"
"..." Suspire, me deja como una estúpida, pero es difícil creerle "¿Cuántos años tiene?"
"Tengo 23 años ¿usted cuantos?"
"..." "Abrí mis ojos completamente, "es menor que yo por un año" no podría llegar a creer lo que estoy escuchando.
"Entonces Nonna" escuche una pequeña risa nasal por la otra línea "¿va a aceptar que la ayude?"
"Pues tomare el riesgo de hacerlo" me mire en mi espejo, aun sentada en mi cama.
"Mañana a las 10 a.m. en el parque"
"¡No!" Conteste rápido "¿no puede ser vía a Skype?"
"Lo siento pero, la tengo que ver en persona"
"..." Maldije a los mismísimos dioses del olimpo, con sus cuerpazos en mi mente "entonces que sea de noche Jungkook"
"¿A las 8?" al parecer no le molestaba en nada mi sugerencia, cualquier otro no hubiera aceptado mi propuesta.
"Está bien, a las ocho"
"Bueno fue un gusto Nayeon, nos vemos mañana"
"Eh... sí"
Nunca tuve una llamada tan larga, bueno si... quince minutos se podría considerar como una llamada larga.
Hoy no había digerido nada, era algo ya muy seguido que hacía, de vez en cuando un día me daba hambre y otros no.
Me levanté de mi cama, viendo que eran la una de la tarde, ya había terminado dos capítulos de Hotel de Luna, pero un mensaje me llego de mi amiga.
Unnie, ¿puedo ir a tu cuarto? releí dos veces el mensaje.
"¿Qué te pasa?, nunca me pides permiso para que vengas"
¿Puedo?, por mi voy y entro sin tocar
"Si puedes Yoo, ya me acostumbre a que no toques y entres como si fuese tu casa"
Bueno
Escuche como mi puerta empezaba a sonar, si ya estaba afuera ¿para que carajos preguntaba?
Me dirigí a la puerta blanca abriéndole, haciéndome a un lado y viendo como la peli corta entraba con una sonrisa, sabiendo ya lo que hizo.
— Respira Nayeon, canas ya tienes... —me dije a mi misma, cerrando mis ojos y los abrí para cerrar la puerta, girando mi cuerpo hacia Jeong Yeon, sonriendo ampliamente— ¿Qué quieres? —borre mi sonrisa.
— ¿Te llamo tu nutricionista? —la mire y entre cerré mis ojos— No hagas eso —señalo, mis ojos— debiste escribirle, pero como eres una mala mujer no lo hiciste
— Que me hayas obligado y yo no quisiera escribirle a un joven menor que ¡yo! —Resalte lo último— no es mi culpa, no, no, no... —moví mi dedo índice y moviendo mi cabeza de lado a lado.
— Me importa muy poco si es menor que tu Nayeon, la cosa es que cambies tu vida y no la sigas enterrando a hasta llegar al núcleo, que literal es morir.
— ¡Ya! mi vida tampoco es un asco —hice un puchero— no estoy a punto de morir, tengo 24 años, me faltan más, ubícate.
— Yo tengo 23 años, ubícate tú —me señala.
— Bueno... —me fui a la ventana para sentarme en una bolsa de aire que estaba a un lado color amarillo.
— ¿Qué acordaron? —levante mi mirada para verla.
— Uf... —suspire exagerada mente, tanto así que hinche mis cachetes– mañana a las ocho de la noche nos vamos a encontrar —prendí mi celular.
— ¿Acordaron en dónde? —la volví a mirar
— si... —dije dudosa— ese tal jonkook, me aviso en el parque —Seúl es demasiado grande pensé— pero... no exactamente.
— ¡AY Im NAYEON!, te tengo que ayudar en todo —se recostó en mi cama.
Bueno, no es tan difícil escribirle a alguien que me ayude... ¿No?
Publicada 11/08/20
Editada 17/12/20