Petrov tuvo que darnos una semana completa a Kena y a mí para recuperarnos de los golpes y que los moretones se disiparan lo suficiente para cubrirlos con maquillaje.
Durante ese tiempo no tuve comunicación con nadie, sólo una vez vi los golpes de Theo y Max pero me mantuve en silencio, era absurdo decir algo cuando todos sabíamos que de alguna u otra forma podríamos salir lastimados, y es una suerte que al menos por esta vez sólo haya sido de forma física, que por esta vez nuestros corazones no tengan heridas nuevas.
−En dos días volverás a cantar−dice Bastian recostado en el marco de la puerta.
−¿Puedo escogerla?−pregunto mirando mi reflejo en el espejo del tocador.
Las marcas rojas en mi cuello han desaparecido, pero aún tengo algunos moretones en los brazos y uno bastante grande en el mentón.
Esta imagen no es nueva, pero me trae recuerdos de un tiempo en el cual derramaba más lágrimas de las necesarias cada vez que tomaba el lugar de Kena. Con el tiempo decidí que no me ahogaría en ellas. Lloraría para olvidar y seguiría adelante. Pero por alguna razón ahora todos esos recuerdos parecen querer venir a mí como un ejército sanguinario.
¿Sería mejor olvidar todo o vivir recordando tanto lo bueno como lo malo?
Miro mis manos, manchadas de una sangre que no he podido limpiar desde hace años y sonrío con tristeza.
Elijo vivir con todos los recuerdos, elijo no olvidar nunca más, porque ese dolor me ha hecho inquebrantable, y el amor me ha hecho imparable.
−Te concedo eso, supongo que salvar a mi ángel de la muerte merece una recompensa−se acerca hasta que veo su reflejo detrás de mí.
−No vuelvas a venderla como si fuera un mueble, recuerda nuestro trato−le advierto volviendo a peinar mi cabello.
Sin previo aviso me quita el peine y comienza a pasarlo por mi cabello con lentitud, mi corazón late con violencia y todo mi cuerpo se tensa. Mis manos se aferran con fuerza a los brazos de la silla y retengo la respiración.
−Yo nunca cumplo mis promesas, pero cuando se trata de dinero soy un hombre de palabra, así que tú prométeme hacer bien tu trabajo y tu amiga estará bien−dice dejando el peine en mi regazo.
Cuando la puerta se cierra vuelvo a dejar que el oxígeno llene mis pulmones.
Antes de irme no demostré mi afecto hacia Kena tan abiertamente. Me refiero a que siempre fui esa chica oportuna que le quitaba el lugar a la pelirroja, pero desde mi trato con Bastian decidí dejar de ocultarlo, prefiero que sea una carta que pueda prever que él usará a una que me golpee sin previo aviso.
Tengo el presentimiento de que mi rubio favorito estará en mi presentación, así que escojo nuestra canción, quiero golpear el ego de Bastian Petrov. Quiero humillarlo como me humilló con Ryan.
Paso los siguientes dos días ensayando sin parar, quiero que esta presentación sea sublime.
−¿Cómo piensas tapar ese moretón?−pregunta la voz de una muy seria Kena.
Está vestida con su habitual vestido negro y el cabello recogido, supongo que seguirá siendo la mesera personal del jefe. Ha cubierto todos los moretones de su rostro con una perfección que sólo ella puede lograr y aunque se ve triste camina con firmeza, como si a pesar de que la tierra bajo sus pies intenta tragarla ella pudiera levitar.
−Pensaba dejarlo así, como una nueva tendencia, después de todo no sería la única con moretones−me encojo de hombros y ella suelta una de sus amargas carcajadas.
−De eso nada, el maldito Ryan Walsh no puede verte así, esa basura tiene que morder el polvo y morirse de la ira cuando te vea como una diosa−el odio en su voz me resulta tan incómodo que no termino de procesar que el infeliz estará aquí.
¿Qué tanto dinero le pagó a Bastian como para que le perdone dañar a dos de sus chicas?
Cuando ella termina me ciño un vestido negro manga larga estilo trompeta y me subo en unos tacones de terciopelo negro, además de unos aretes enormes de oro.
−Destrózalos.
−Seguro.
En la puerta del burdel nos encontramos a Theo.
Por la cara de sorpresa de Kena supongo que no se habían visto.
−¿Qué rayos te pasó? ¿Estás bien? ¿Quién te golpeó así?−sus manos van directo al rostro del Ken moreno que no parece incómodo en lo absoluto por el contacto físico.
Dios, si este par también se enamora terminaré siendo la eterna niñera de la familia Davis...
Puede que me esté apresurando, pero mi audaz y observadora amiga no es precisamente la más abierta y tierna del mundo, pero veo que con el ojiazul es especial, noto cierto interés peculiar en él. Digo, si estuviera a mi alcance algo tan sublime como enamorarse me gustaría fuera alguien como Theo, pero si a mi pelirroja le gusta el Ken seré una tía muy feliz.
Dios, ya estoy pensando en esas cosas cuando seguimos en este infierno...
Me abofeteo mentalmente y me obligo a prestar atención a la conversación.
−Subiré a cantar, ustedes par de...−ambos me dedican una mirada asesina, la de Kena más aplastante que la de Theo, pero igual de mortales−Par de buenas y agradables personas, pueden retirarse−digo, temiendo por mi integridad física. Kena tiene más fuerza de la que uno creería y Theo es un agente de la MI6.
Ella parece percatarse de que aún no quita sus manos del rostro de Theo y se aparta con lentitud intentando ocultar que sus mejillas se han sonrojado con una ternura poco habitual en ella pero que le sienta de maravilla.
−El amigo Ben E. King me espera, nos vemos cuando mi otro amor entre a armar un desastre−me despido dejándolos detrás.
Me emociona y asusta en partes iguales que Alec posiblemente esté en el Golden club, aunque sé que debe tener todo planeado, él es como los gatos; siempre cae de pie, y aunque no lo haga tiene la elegancia que necesita para levantarse con una sonrisa encantadora y hacer que todos olviden sus fracasos, no como yo, que termino llena de porquería y por más que me limpie todos recuerdan cada estupidez que he hecho.
Pero esta noche es especial, Petrov no sabe que hoy Stand By Me va a darle la bienvenida a su hijo resucitado y será una señal de esperanza para todos nuestros aliados.
−¿Con qué nos deleitarás esta noche?−pregunta con sincera curiosidad el hombre que hoy lleva un traje negro con un pañuelo lila haciendo juego con mi vestido.
−Es una hermosa canción, te encantará−digo sin intentar contener mi emoción.
−Pediste algunos músicos nuevos, supongo que es una nueva para el repertorio−dice mientras nos acercamos al escenario.
−Lo es−le digo poniendo mis manos sobre la base del micrófono.
Todo dentro de mí se sacude con la primera nota.
Y cuando empiezo a cantar mi corazón amenaza con salirse de mi pecho y correr hacia donde está mi mejor amigo al otro lado del gran salón.
When the night has come
And the land is dark
And the moon
Is the only light we'll see
Él comienza a caminar, rodeado de seis guardias, se ven peligrosos y muy capaces de partirle las piernas a cualquiera que se acerque más de lo debido. Mi rubio con una sonrisa resplandeciente me mira a los ojos, y entiendo que todo estará bien.
If the sky that we look upon
Should tumble and fall
Or the mountain
Should crumble to the sea
I won't cry, I won't cry
No, I won't shed a tear
Just as long as you stand
Stand by me
Mientras avanza desde el fondo nadie salvo yo nota su presencia, está demasiado concentrados en mí.
Whenever you're in trouble
Won't you stand by me
Oh, stand by me
Woah, stand now
Oh, stand by me
Pero ahora que está frente al escenario todos se quedan en silencio. Sus guardias haciendo un semicírculo no dejan que los demás lo vean, pero despierta el interés de todos en el club.
Cuando nos conocimos era algo tímido, pero después de un tiempo esa personalidad extrovertida, cariñosa, divertida y bastante ególatra fue surgiendo, nunca ha dejado de ser ese chico dulce y amable, pero ante el mundo oscuro en el que estamos siempre deja la amabilidad para las sobrevivientes y se viste de ironía y coraje para enfrentar a los monstruos.
Y esta noche su sonrisa me dice que está dispuesto a pelear contra su padre.
Desde abajo extiende su mano y sin dudarlo la tomo, en un pestañeo estoy en sus brazos y luego de nuevo sobre mis pies.
−¿Estará mal si le doy un abrazo a mi mariposa?−pregunta con cierta inocencia.
−Estará totalmente mal pero puedo asumir las consecuencias−digo dando el primer paso cuando enredo mis brazos alrededor de su cuello.
Él me devuelve el abrazo con fuerza.
Es un momento de perfección antes de que todo se pongo violento.
−¿Quién carajos te crees para hacer bajar del escenario a mi chica?−pregunta Petrov al otro lado de la pared humana de guardias.
−¿Acaso no reconoces a tu propio hijo después de dos años?−pregunta mi mejor amigo con una sonrisa maliciosa aprovechando la estupefacción de su progenitor cuando dos de sus hombres se hacen a un lado dejando ver al jefe.
−Tú...−lo señala, y luego a mí.
Me encojo de hombros con indiferencia y le doy un beso en la mejilla a Alec. Él sin poder contenerse avanza hasta mí y me hala tan fuerte que tropiezo y caigo de rodillas al suelo.
De inmediato Alec corre a mi encuentro y me ayuda a levantarme.
−Ten más cuidado con cómo la tratas−le advierte a su padre con una mirada que grita peligro. Aquellos dos soles parecen estar a punto de explotar.
Petrov vuelve a tomar mi mano y me lanza tan fuerte que de nuevo me voy de cara contra el suelo, Alec intenta llegar a mí pero su padre se lo impide con un gran golpe en el rostro.
Su bello rostro ahora está manchado de sangre.
Eso no está bien. Si hay algo que molesta a Alec Lazarev es tener el rostro sucio, y más si es de sangre.
Él suelta una gran carcajada antes de devolverle el golpe a su padre.
Mientras tanto Max me ayuda a levantarme.
No salgo del asombro mientras los veo pelear entre sí, ninguno se queda atrás, ambos dan tantos golpes como reciben, Alec le dice sus guardias que no se metan, pero pronto su padre juega sucio y sus guardias (esos que no hemos podido reclutar) se meten al juego.
Me suelto del agarre de Max y corro hacia ellos.
Recibí un golpe en el estómago por Theo, soy la guardiana de los más oscuros secretos de Val, he sido abusa muchas veces en lugar de Kena, fui a los calabozos por Max, y haría todo eso y más por Alec.
Cuando llego está en el suelo y sus guardias intentan llegar a él.
Así que cuando encuentro un hueco me lanzo sobre él y lo cubro con mi cuerpo.
Los golpes me quitan el aire, pero no demoran en acabar.
Aún sobre el suelo se voltea y me mira con todo el amor del universo.
−Mariposa, acabas de robarme mi momento de gloria−dice con una sonrisa que me grita Te amo en todos los idiomas posibles.
−También te amo−le digo antes de levantarme del suelo.
Puedo ver las marcas de los zapatos en algunas partes del vestido e intento respirar con normalidad de nuevo.
Los hombres de Alec por fin llegan y lo ayudan a levantarse.
−Tal vez seas mi carcelero, pero no eres dueño de mi corazón ni de los sacrificios que haga por los demás−le digo a Bastian que está delante de nosotros con el pecho agitado.
Vuelvo con Theo bajo la atenta mirada de todos, incluido Petrov.
Pero cuando veo la mirada cristaliza de Alec me doy cuenta de algo; el odio que irradia su padre hacia él le duele mucho más que los golpes.
Después de todo a pesar de la violencia y oscuridad de este mundo Petrov siempre intentó mostrar su afecto hacia él, quizá le duela saber que ya no queda nada a lo qué aferrarse.
Mi rubio se recupera con una sonrisa burlona y lo mira a los ojos.
−Volví de entre los muertos para acabar contigo−contesta él con una frialdad impropia de su esencia.
Alec Lazarev Petrov ha tomado su decisión final.
La guerra ha comenzado.
...
Bueno, creo que ya ha quedado claro el tema de la forma en que Liah se ha sacrificado por Kena, y más que claro también que Alec y Liah se aman con locura.
Espero que les haya gustado. Estamos cerca del final del libro así que alisten los pañuelos.
Feliz domingo beibis.
Los amito mucho
Abracitos cibernéticos 🧡