Escapando del infierno (+21)

By girl_blue_666

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Adrien nunca había viajado a Estados Unidos, pero cuando tienes una ex psicópata, cualquiera lo hace ¿No? Pu... More

PERSONAJES
Praesagium
⚠️ ADVERTENCIA ⚠️
CAPÍTULO 1 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 2 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 3 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 4 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 5 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 6 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 7 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 8 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 9 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 10 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 11 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 12 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 13 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 14 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 15 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 16 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 17 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 18 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 19 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 20 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 21 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 22 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 23 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 24 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 26 (CORREGIDO)
Capítulo 27 (CORREGIDO)
CAPÍTULO 28 (CORREGIDO)
Capítulo 29 (CORREGIDO)
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36; Parte 1
Capítulo 36; Parte 2
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40 //FINAL//
Epilogo
Praesagium
⚠️ NOTICIA IMPORTANTE ⚠️
EXTRA
EXTRA 2
EXTRA 3
EXTRA 4
EXTRA 5
CONTINUACIÓN
EXTRA 6

CAPÍTULO 25 (CORREGIDO)

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By girl_blue_666


Narrador omnisciente

¿Saben lo curioso que es el ser humano? Puede estar haciendo mil cosas, mientras otras mil pasan por su cabeza y sin darse cuenta ya se encuentran divagando.

Adrien, más conocido como el príncipe azul entre nosotros, tenía una rutina pesada últimamente, lo aceptaron tarde en la universidad, y para ponerse al corriente debía pasar los exámenes finales para los cuales los demás llevaban estudiando meses.

A él solo le dieron dos meses, era eso o comenzar el año desde cero. Libros por aquí, libros por allá, apuntes y memorización. Estresado era una palabra muy pequeña para describir cómo se sentía el chico.

Muchas cosas corrían por su mente y le molestaba no poder estar concentrado al cien porciento en sus estudios. ¿Quieren saber que lo distraía?

Les dejo una pista; Ella.

Los felicito si se enteraron, eso quiere decir que ya no debo reírme de ustedes por preguntar quién es.

¿Me gusta o solo la deseo?

¿Por qué se deja besar si sabe que no terminara en nada?

¿Ella se enamoraría de mí?

A eso sumémosle el hecho de que Hanna se había juntado con Alice, y no logro convencerla para que se fuera, es algo sospechoso teniendo en cuenta que todo lo que Hanna se propone, lo logra.

¿Lo hizo a propósito?

El príncipe azul no lo sabía y la curiosidad lo comía vivo.

"Me quedaré durante la temporada" Fue lo que Alice dijo a Hanna y a Adrien en diferentes conversaciones. Adrien no tuvo el valor de gritarle que se fuera y Hanna solo bebió de su jugo de fresa rindiéndose, algo muy impropio de ella.

El estrés del príncipe desaparecía cuando la prostituta de ROM iba en las tardes a su departamento, ya no iban solo por malteadas, se juntaban en su departamento y cenaban en el sofá, a veces Tania lo ayudaba a estudiar y otras veces lo apartaba de los libros para que se despejara.

Ella estaba ahí para él, y Adrien podría confirmar que le gustaba la chica, le gustaba que se preocupara por él y a él también le gustaba preocuparse por ella... ¿Entonces por qué cuando se iba pensaba en la rubia otra vez?

¿Porque pensaba en pasar momentos así con la rubia? No lo entendía y volvía a frustrarse, frustración que se quitaba volviendo a los libros o saliendo a trotar.

Esa era su rutina; Ejercicio, estudios, pensar en Hanna, estar con Tania, pensar en Alice y estudios otra vez.

Otra cosa que le traía inquieto, era la propuesta de Hanna, un contrato de cinco años, cinco años en San Francisco lejos de su familia, era una excelente propuesta, la que cualquier persona de su carrera sueña con tener, sin embargo, cuando le hablo del contrato a su padre, él no lo vio como una excelente propuesta.

Corto la llamada luego de gritarle que lo necesitaba en su empresa y Boris le devolvió la llamada diciéndole que su padre, últimamente había estado teniendo jaquecas intensas.

La idea de que su padre podría estar pasando por algo grave solo empeoro todo.

Estrés, miedo, enfado y pocas esperanzas... Carajo, ¿Cómo es que no está encerrado en su cuarto escuchando canciones depresivas mientras se cubre hasta la cabeza con la manta?

Pues es Adrien, nuestro príncipe azul, nuestro Adonis y Hércules. Puede cargar con todas sus emociones con tal de seguir adelante, ¿Es sano? Claro que no, pero lo hace de todas maneras.

Sobre todo, por qué Boris le dijo que irían dentro del mes a verlo.

Aww reencuentros familiares, son adorables, ¿No?

Lo mismo pensaba Tania, los días para ver a su familia en persona otra vez estaban contados.

Nunca se había sentido tan feliz, estaba en ese momento de la vida en el que estabas a punto de conseguirlo todo. Sus hermanos en buenas escuelas, su madre cerca donde podrá cuidarla una enfermera, unos meses más en ROM y un chico bueno que podría llegar a ser su novio.

Ya era seguro, estaba enamorada de Adrien, estaba tan hipnotizada por el hombre que negarlo sería ridículo. Sabía que a él igual le gustaba, lo notaba en la forma que le sonreía, le habla o simplemente se sentaba a su lado mientras comían en su sofá.

Le gustaba la forma en la que la escuchaba hablar sobre su familia, como se daba cuenta de que la había pasado mal después de estar con un cliente o el simple hecho de notar que necesita un abrazo.

Era el hombre que siempre había deseado conocer, en realidad era ese hombre que toda mujer deseaba tener y ella se sentía afortunada de hacerlo.

Hanna decía que no se hiciera ilusiones hasta que no tuvieran sexo, ya que si no era bueno en la cama lo demás no lo recompensará.

A diferencia de lo que decía su amiga, Tania pensaba que no importaba si era malo en la cama, seguiría siendo el hombre perfecto.

Y hablando de la rubia, Tania ya la amaba, le gustaba juntarse con la chica, incluso le hablaba de Adrien y ella la escuchaba, claro que cuando se ponía empalagosa la conversación, Hanna soltaba comentarios sobre lo asqueada que estaba al respecto.

A Tania le divertía que su amiga fuera sincera.

Iban al cine, de compras y algunas veces a otras discotecas donde la chica le insistía que intentara irse a la cama con otro chico, pero Tania solo pensaba en Adrien y sentía que irse con otro chico sería traicionarlo.

Aun cuando no tenían nada y cada noche, hombres adinerados se adueñaban de su cuerpo.

Hanna no la entendía, y Tania se rendía a la hora de explicarle por qué ella nunca sabría lo que es estar enamorada, es Hanna Morgan, ella solo se ama a sí misma, y así sería siempre.

Todos se daban cuenta de lo feliz que se sentía, incluso sus clientes lo notaban, y pensaban que sus embestidas eran la razón de eso, qué equivocados estaban ellos.

Riámonos de ellos por pensar que ella disfrutaba tener sexo con los clientes.

Su felicidad después de estar con un cliente, se debía a que luego iría a la casa del príncipe azul y tomarían desayuno — Cena para ella. — Juntos antes de que él fuera a la universidad.

Oh diablos, Tania era muy feliz en ese entonces, ¿Quien en su lugar no lo sería?

En esos días había una persona que no estaba feliz, era una persona que estaba sumergida en la tristeza.

¿Adivinan quién?

Alice Romanov, la chica que viene de la dinastía incestuosa y chiflada. Resulta que su prometido era gay y estaba enamorado de un americano.

¿Cómo nunca me di cuenta?

¿Por eso no veía a otras chicas cuando éramos pareja?

¿Por eso en el sexo sentía que no era él mismo?

Alice se hacía mil preguntas, pero no se atrevía a preguntarle a Adrien si lo que tuvieron fue falso, no podría con el dolor de que su única relación fuera falsa. No sabía qué hacer, tenía su vida planeada junto a él, y sin él, ya no estaba de qué sentido tenía seguir viviendo.

Tampoco quería volver a Rusia, si volvía, la vergüenza de haber salido con un homosexual de closet la aislaría socialmente. Ningún hombre iba a quererla, ¿Cómo alguien iba a querer hacerlo?

Desde que comenzó a salir con Adrien se alejó de sus amistades así que no tenía a quien acudir, solo tenía a su familia, esa familia qué le insistía que volviera a Rusia y se casará con su primo.

Así que su única amistad por el momento era esa chica llamada Hanna, esa chica qué la ponía muy incómoda con su belleza, y se le hacía conocida de un lugar, pero no recordaba de dónde.

Alice la envidiaba en cierto grado, era ella misma y no le preocupaba lo que los demás dijeran.

Esa chica lesbiana que cada vez que podía le insinuaba que fueran a la cama, la chica bella que la hacía cuestionarse si ella también era homosexual de closet, era la única persona con la que podía hablar, la única persona en el mundo que la escuchaba realmente.

Y cuando ella le dijo que volviera a Rusia, que siguiera con su vida y dejara a Adrien hacer lo mismo, rompió a llorar. Decirlo era fácil, "Ve a Rusia y sigue con tu vida" pero ¿Seguir con que vida?

¿La vida que su familia le exigía o esa vida que ella pensó que tendría con Adrien?

Le dijo que se quedaría el verano, Hanna se lo tomó bien, pero cuando se lo dijo a Adrien noto que eso lo molesto, y sintió ganas de dejar de existir, quería morirse y así dejar de molestar a su amado.

Pero no era tan valiente.

Hanna le decía que era una imbécil por sentirse así, un hombre no valía la pena, ni siquiera una mujer, nadie en el mundo valía más que uno mismo, y que la próxima vez que la escuchara decir algo así, ella misma la mataría.

Su tiempo en América se resumía en llorar por su ex prometido, ir a verlo, rogarle por que vuelva con ella, decirle por llamada a sus padres que todo estaba bien y verse con Hanna de vez en cuando.

Y verse con ella en ese entonces era todo un privilegio, faltaba poco para su cumpleaños, la expansión de ROM y la caída de sus demonios.

Ryan lo sabía, con Reed en Nueva York faltaba poco para el fin del mundo.

En San Francisco había un aire tenso, la gente temía recordando la última vez que se sintió así la ciudad. Los compañeros del oficial le preguntaban si algo estaba pasando, si debían cuidar más las calles entre otras cosas.

La propia policía tenía miedo de lo que iba a pasar y rogaban que no fuera algo parecido a lo de hace unos años.

Durante esos ocho años que la Morgan vivió en la ciudad, cosas turbias habían pasado, todos sabían que ella era la responsable, sin embargo, nadie se atrevía a señalarla, no de frente por lo menos.

En medio de la tormenta, Ryan se sentía calmado, sabía que lo que estaba pasando la ciudad era momentáneo, que una vez Hanna terminara con sus planes todo sería mejor. Él y su hermano ya no vendería las drogas en ROM, nunca más se vendería en ROM.

Pero si en las calles, los hombres de los Morgan lo harían.

Ryan cree que una vez ella se aleje de las drogas, podría darle una oportunidad, está enamorado de Hanna desde que bajó la ventanilla y lo llamó "Policía lame culos", y lo único que desea en el mundo es que ella sea capaz de amarlo una vez la mierda termine.

Sin embargo, durante esos días no se habían juntado, ella ya no llamaba para que tuvieran sexo ocasional y cuando estaban en el mismo lugar, fingía que nunca escuchó esas dos palabras y lo trataba como siempre.

Si, lo dijo, la ama, ¿Hay algo malo en eso? Son humanos, se enamoran y a veces no pueden evitarlo por mucho que traten. Ryan esperaba poder algún día hablar sobre sus sentimientos por ella, pero ella nunca lo dejaría ni le daría la importancia que él esperaba.

Amarla no es fácil, y él lo sabe, sabe que es un error, que las probabilidades de que ella lo ame de vuelta son mínimas, pero fantasear es gratis.

Cada vez que la ve irse con otros hombres o su hermano, arde en celos, desearía sacar su arma y dispararles en la cabeza para que no la tocaran, pero es ella.

Puede hacer lo que le da la gana y él no puede hacer nada al respecto.

Salió con algunas chicas, durante meses estaba de novio con chicas maravillosas... chicas que no eran ella y nunca le llegarían ni a los talones, y las dejaba ir por qué no le gustaba estar con ellas mientras pensaba en la rubia.

Y en eso se habían resumidos sus días después de haber estado en el Penthouse. Se acostaba con chicas desconocidas y con sus exs con la esperanza de olvidarse de la rubia, convenciéndose a sí mismo de que si la amo, también podía dejar de hacerlo.

Pero es Hanna, ¿Como la quitas de tu mente? ¿Cómo vives después de conocerla? ¿Cómo disfrutas del sexo si no es con ella?

Ryan estaba molesto, molesto y dolido.

"La amo demasiado"

Solía ser su último pensamiento a la hora de ir a dormir.

También era el último pensamiento de otra persona, una persona ajena al caos en la ciudad de San Francisco, esto porque se encontraba en Nueva York.

Reed tenía sentimientos encontrados cada día que pasaba en ese departamento, lo haría, dedicaría su vida al narcotráfico por ella, la ama demasiado y no quería defraudarla.

Al mismo tiempo fantasea con haber entrado a la universidad, recordando como desde pequeño hacía representaciones teatrales frente a su familia e incluso como sus amigos en vez de burlarse por estar en teatro, lo felicitaban por su talento.

Era su sueño, su razón de vivir, la actuación lo era todo para él, sin embargo, nunca había amado tanto, si le habían gustado chicas, las había deseado, pero nada se igualaba a lo que sentía por ella.

Ella era su razón de vivir en ese momento, y si estaba en su poder hacerla feliz, no dudaba en hacerlo.

No salía del departamento, el hombre que lo había traído, le dijo que él le proveería comida y demás.

Hubiese sido triste haber pasar todos esos días ahí completamente solo, pensando en lo que sería su vida y lo que no será.

Hubiese sido, pero no lo fue.

Cuando Reed conversó con su mejor amigo, Hale solo lo dejó viajar a NY si iba con él. Hale se subió al jet privado junto a Reed y viajó al otro lado del país con él. Logró sacarle la información de por qué se iba, y no pensaba dejar a su amigo vender drogas solo.

Fue algo valiente, ambos sabían que cuando Hanna se enterara, iban a ser regañados y probablemente su amigo iba a morir a manos de la rubia, pero la amistad de Hale por el pelinegro lo valía.

Por qué los iba a regañar, estaban al otro lado del país, pero ellos ya sentían la ira de la chica.

¿Cómo era eso posible?

Es Hanna Morgan, es inútil preguntar algo así.

Thomas lo sabía mejor que nadie, sabía qué los negocios la tenían demasiado irritante, y era cuestión de tiempo para que se desahogará con la persona equivocada.

No tenía idea de lo que pasaba, él no sabía de la expansión de ROM, nadie aparte de Adrien o Ryan lo hacía, así que los nervios se lo comían vivo.

Por unos días pensó que su amiga había comenzado a consumir otra vez y la idea lo hacía vomitar del pánico, luego su mejor amigo lo calmaba diciéndole que no tenía nada que ver.

Y si lo decían Ryan, era verdad.

"¿Qué sucede Hanna?" Le preguntó varias veces, pero ella solo le decía que estuviera atento a la televisión, que después de años de que le rogaran, había aceptado una entrevista en uno de los canales más prestigiosos del mundo.

Eso lo ponía todo mucho peor, ¿Un Morgan en televisión? ¿Un Morgan en alta definición? Thomas nunca había estado tan ansioso.

Durante todos esos días su móvil no dejaba de vibrar, llamadas de sus padres, de sus hermanos, de sus guardias, de Thomas e incluso de Artemio, que por alguna extraña razón ya había conseguido su número personal otra vez.

Todos estaban alterados, faltaban semanas para su cumpleaños y en toda red social se hablaba de eso, de su cumpleaños y la entrevista que se venía.

¿Porque era tan importante su cumpleaños? En el mundo ilegal, era el momento decisivo de si se haría cargo del negocio más grande de narcotráfico, y en el mundo legal, es Hanna Morgan, sus fiestas son legendarias.

Se cuenta por ahí, que en su cumpleaños número veintitrés hizo una orgia con los modelos más famosos de la industria; Sean O'Pry, Kendall Jenner, Lucky Blue Smith, Stephen James y Cara Delevinge son algunos de los que se dice participaron.

Aunque claro, nunca ninguno lo ha confirmado.

O negado.

El verano se acercaba y a Hanna le encantaba, a la ciudad venían turistas candentes y ella aprovechaba para enseñarles lo más atractivo de San Francisco; Su cuarto.

Claro, si es que contenían las ganas hasta llegar, el estacionamiento en esos días había sido testigo de los gemidos de placer de la rubia varias veces.

Estaba en su mejor momento, sin embargo, una necesidad que nunca había sentido crecía dentro de ella. No sabía explicarlo y no iba a contárselo a nadie. Sobre todo, por qué estaba vinculado a una persona.

Necesitaba verlo.

Se excusaba consigo misma diciendo que el ruso se había convertido en un gran amigo y que por eso necesitaba verlo, molestarlo y escucharlo. Luego recordaba sus palabras dentro del baño del cuarto negro, su pecho se comprimía y lo odiaba.

¿Quién se creía él para decirle que nunca amaría? Era verdad, todo lo que dijo era verdad, pero eso no le da el derecho para decírselo.

¿No le importaba nadie más que su persona? Sí, todos lo sabían, ella lo sabía, aun así, no era necesario decirlo en alto y eso la enfadaba.

Era como si diciéndolo en voz alta se hacía realidad, nunca amaría, nunca tendría una familia y ¡Era la verdad! Sin embargo, nunca se había sentido tan mal por escucharla.

Por eso, había decidido no verlo, si, se contradecía, pero para ella tenía sentido en esos días. Se habían juntado en el apartamento de Thomas a beber y ella decidió no ir.

Nadie le pregunto por qué falto, todos asumieron que estaría follando con desconocidos, lo cual era verdad ¡Y la molesto mucho más!

No sabía por qué se sentía así, odiaba sentirse así, estaba perdiendo el control lo cual no era algo propio de ella, cuando perdía el control cosas malas pasaban.

No podían pasar cosas malas en esos días, sus planes iban demasiado bien como para arruinarlos ella misma.

Era un caos, la perfecta Hanna Morgan estaba vuelta un caos y nadie podía notarlo bajo sus perfectos vestidos, perfecto maquillaje y perfecta actitud de mierda.

El verano se acercaba a San Francisco, y cosas malas pasarían.

Sobre todo, por qué mientras todos estaban preguntándose qué pasaría con Hanna Morgan en esa entrevista y su cumpleaños, Artemio tenía bastante claro lo qué pasaría.

Él se casaría con Hanna Morgan, porque lepertenecía. 



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