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๐ข๐ง๐ญ๐ซ๐จ๐๐ฎ๐œ๐ญ๐ข๐จ๐ง
vol 2 โ”€โ”€ ๐“๐‘๐”๐“๐‡ ๐‚๐€๐ ๐‡๐”๐‘๐“
o. bedtime stories
i. outside the wall
ii. city of the dead
iii. hunter's moon
iv. alive and kicking
v. live and let die
vi. the roque
vii. bring back storyville
viii. chasing the devil's tail
ix. wheel inside the wheel
x. the map of the moments
xi. queen of hearts
xii. what death can join together
xiv. when the truth hunts
xv. heads will roll
xvi. i love you, goodbye
xvii. deep dark truthful mirror
xviii. trusting issues
xix. calm before the storm
xx. night has a thousand eyes
xxi. another brick in the wall
xxii. when the levee breaks
xxiii. heavy is the head
xxiv. ashes to ashes
๐š๐ฎ๐ญ๐ก๐จ๐ซ'๐ฌ ๐ง๐จ๐ญ๐ž

xiii. a storm is comin

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capítulo trece: una tormenta se viene


Con o sin hambre, Kol sabía muy bien que Marcel Gerard acabaría con su vida en cualquier momento, y aunque, por ahora, las puertas del estudio era lo que lo mantenía a salvo de aquel destino, no podía confiarse. Con la noticia de que Kol le había jugado una pequeña broma —esto solo lo creía él— a la única mujer Mikaelson, el vampiro claramente deseaba matarlo por traicionarla aunque él no lo veía de esa forma. Kol aseguraba que era una jugarreta por las muchas que ella le había hecho, sobre todo cuando lo delato frente a Niklaus sobre el diamante hace unos años atrás. 

El menor de los Mikaleson resopló cuando desvió su mirada hacía la lobo que ahora se hallaba recostada en el mueble, desde el segundo en el cual la barrera cayó y Niklaus desapareció, Kol sabía bien que debía hacer todo posible para mantener a salvo a la doble, por lo cual mientras que Marcel le dio una leve ventaja para que huyera por su vida, él tuvo que invertirla en cargar a Alexandra hasta el estudio de su hermano mayor, su sentido común estaba intacto porque sabía bien que si algo le llegaba a pasar a ella, Marcel sería el menor de sus problemas. 

Los gruñidos de los vampiros lo puso más nervioso pero su ansiedad se incrementó al ver el reloj de su celular, más sesenta segundos habían pasado y aún la joven Alfa no daba indicio de que despertaría pronto. Por consiguiente, se acercó hasta ella con rapidez.

—No, no. —negó repetitivamente. Sus ojos la revisaban de arriba abajo, no había ninguna reacción de su parte —¡Hey! no te puedes morir.

Colocó dos de sus dedos  juntos para comprobar el pulso de la loba, era débil, pero estaba ahí. Eso lo alivió un poco pero no lo suficiente como para que la calma apaciguara su ansiedad. El hechizo debía haber funcionado, ella debía haber despertado para ese entonces. Maldijo internamente cuando se apresuró en sacar el celular de su bolsillo el cual había guardado unos minutos atrás. Eligió el contacto en la lista para luego colocar el aparato en su oreja.

—Davina, ella no despierta. —fue lo primero que se escapo de sus labios tan pronto la joven bruja contestó. La desesperación era lo que se escuchaba en la voz de Kol. La vida de la doppelgänger estaba literalmente en sus manos, y él estaba a punto de perderla. Esa sería razón suficiente para que Niklaus se deshiciera de él sin poder protestar al respecto.

¿Qué? ¿De qué hablas, Kol? —cuestionó por lo que pudo escuchar el brujo se hallaba agitada lo cual lo hizo extrañarse más cuando sus labios se entreabrieron nada pudo salir de ellos, en un pestañeo el joven se desvaneció llevando al celular a rodar lejos de su mano —¿Kol? ¡¿Kol?! —se escuchaban en la lejanía los gritos de la joven Claire.




━━━━━━━━




No sabía como le había sucedido aquello pero sin duda mataría a cualquiera que le hubiese provocado ese dolor de cabeza al punto de llevarlo a caer inconsciente. Enseguida imagines de la joven Claire llegaron a su cabeza mientras él intestaba colocarse de pie. La mataré. Aseguró en su mente mientras terminaba de escanear su alrededor, pero para su sorpresa no estaba ni cerca de la iglesia a donde había entrado antes como una furia. 

—Niklaus... —La voz de su hermano mayor calo en sus oídos, al mirar en dirección a él, una cara de sorpresa pero a la vez de confusión se alojó en sus rostros. 

El Original dio unos pasos hacía él. —¡Ustedes dos! —gritó. Una tercera voz se alzó en la habitación donde se encontraban, ambos hermanos miraron hacía la otra esquina de la misma encontrándose a Kol Mikaelson con el enojo a flor de piel.

—¿Qué pretenden?—interrogó con molestia aún en su voz, sin embargo, la exasperación en sus palabras también se podía notar pero al detallar los rostros de sus hermanos pudo ver la confusión en los mismos. Tan pronto como su reclamó se escuchó, él brujo calló.

—¿Dónde estamos?—cuestiono esta vez Elijah. Lo último que él recordaba era estar en la casa de seguridad con Camille, después de eso, todo se volvió negro. Por supuesto, eso no era nada normal, pero le podía apostar a que sus brotes psicóticos habían sido los encargados de aquel desmayo sin sentido. Pero claramente había perdido la apuesta.

Para cuando apartaron la vista del otro pudieron detallar la habitación en la cual se encontraban, cuatro cabezas de animales sobre cuatro sillas era lo que adornaba al lugar. El ciervo, el lobo, el zorro y por último el jabalí. Aquello le dio a Kol el claro indicio de que se trataba aquel lugar, cerro los ojos en signo de molestia para cuando bajo la mirada hacía sus hermanos.

—Es una Chambre de Chasse —bramó—. Una habitación de cacería. Es donde las brujas traen a su presa para atacarlas mentalmente, nuestros cuerpos están en el mundo real, tirados como muertos, mientras que nuestras mentes están aquí—explico, seguido señaló a los animales —. Representadas con cada una de las cabezas de estos terroríficos animales.

La confusión de los hermanos se desvaneció tan rápido como llegó. Niklaus tensó la mandíbula, él solo conocía a dos personas con tan retorcidas mentes para que decidieran jugar con ellos de esa manera.

—Déjame adivinar quien es el autor de esta pesadilla...—soltó sin estar impresionado de lo que él era capaz con tal de acabar con ellos. El híbrido Original miró a los alrededores—¡Finn, muéstrate! —grito por lo cual su voz resonó en toda la habitación.

La única puerta que se hallaba en la habitación se abrió lo que llevó a los tres hermanos a mirar en esa dirección, un hombre moreno se adentro en la misma con una sonrisa. Niklaus, sin esperar un segundo más, se lanzo en su dirección dispuesto a coartarle la garganta acabando con el problema de raíz pero algo lo detuvo, el híbrido no pudo moverse de su posición. Su hermano no paró de sonreír al ver al híbrido con la mano extendida en su dirección a solo unos pasos de él.

—Oh, querido hermano. Guarda esas fuerzas para tu mente —alzó los brazos a sus costados—. Aquí soy intocable. Mi magia, mis reglas. Así que les sugiero que se pongan cómodos —alternó la mirada con cada uno de los presentes antes de continuar —. Porque esto va a tomar un rato.




━━━━━━━━




Tan pronto abrió sus ojos la desesperación la cubrió, si alguna parte de lo que ahora tenía conocimiento era cierto, ella debía hacer todo lo posible para poner en sobre aviso a Niklaus y Elijah. Al percatarse de su alrededor se encontró con el estudio del híbrido lo cual le hizo fruncir el entrecejo, sin embargo, la sorpresa se la llevó cuando sus ojos se encontraron con el cuerpo de Kol Mikaelson de un costado de la mesa de café. Alexandra se apresuró en llegar a él, no obstante, se hallaba un poco debilitada por lo cual el esfuerzo fue aún mayor. En primera instancia revisó el pulso del brujo lo cual al percatarse de que aún tenía la tranquilizó, sin embargo, su preocupación creció un poco para cuando imaginó que una mordida podía estar almacenando el joven a lo que ella se adelantó a revisarlo como podía, más a su mirar, nada parecía fuera de lo común.

Tomó una inhalación mientras sus ojos se movían hacía una de las ventanas, el sol estaba ocultándose, la segunda fase del plan estaba por ponerse en marcha. Al volver la mirada sobre el brujo la pregunta de porque aún se encontraba dentro del recinto Mikaleson la abordó, se suponía que ella quedaría sola con los vampiros, nunca se habló de que Kol se sumaría a aquella cruzada. Pero el zumbido proveniente del celular del joven fue lo que la distrajo de sus pensamientos, la lobo tomó el aparato notando los mensajes por parte de Hayley y Davina, sin embargo, no le dio tiempo de responder a ninguna para cuando el celular volvió a zumbar.

¿Kol? —escuchó tan pronto cogió la llamada. En la voz de Davina Claire se escuchaba desesperación absoluta, el solo pensamiento de que algo le pudo haber pasado la atacó tan pronto perdió conexión con el joven Mikaelson —¿¡Kol!?

—Es Alex.

¡Alex, gracias a Dios! —exclamó con alivio. Después de lo que el joven brujo le había dicho, su mente la llevó a pensar de que Niklaus le haría lo peor, no obstante, gracias al reciente esta de inconsciencia del híbrido, el brujo se encontraba a salvo —. Kol me llamó, dijo algo sobre que no habías despertado, pero luego perdí contacto.

—Estoy bien, estoy bien —aseguró. A pesar de que las palabras que le habían ofrecido durante su corto fallecimiento seguían revoloteando por su mente, la lobo debía pensar de manera fría. No podía cometer el error de caer en un espiral de desesperación —. Kol esta inconsciente o algo parecido. A penas desperté lo vi así. —explicó a lo que un silencio un poco largo por la parte de la joven Claire hizo que los sentidos de la loba se alertaran aún más, algo pasaba, y ese algo parecía sumamente grave —¿Qué sucede?

Al parecer no es el único —expuso. Alexandra frunció el entrecejo —. Klaus vino a verme, cuando escuchó que no despertabas decidió irse hasta allá, pero no llegó a salir de la iglesia, cayó inconsciente hace un par de minutos. —manifestó. Para cuando las palabras abandonaron los labios de la joven bruja, Alexandra entendió que aquello no era una mera casualidad ni mucho menos un azar del destino. Dos de los hermanos cayeron inconscientes en lo que ella podía presumir casi al mismo tiempo.

—Davina, tengo que colgar, pero te llamaré en unos minutos. —dijo a lo que sin esperar respuesta por parte de Davina Claire, la joven Alfa colgó la llamada para seguido tomar su celular del bolsillo de la cazadora. Notó que varias llamadas le habían hecho pero las tuvo que ignorar, seguido, con rapidez bajó entre la lista de contactos hasta seleccionar el nombre que buscaba.

¡Finalmente! —soltó con alivio aunque el tono de nerviosismo no la abandonaba. Alexandra esperaba que sus sospechas fueran erróneas, pero en el segundo en el cual Camille tomó la llamada. En ese segundo sus pensamientos fueron confirmados —. Elijah esta inconsciente. Klaus no responde mis llamadas, me estoy poniendo nerviosa. Algo me dice que esto tiene que ver con cierto hermano psicópata.

—Camille. Escúchame bien —llamó su atención, la joven psicóloga seguramente estaba por caer en desesperación absoluta. Sentía un gran peso en su garganta, las palabras se cortaron de un segundo al otro. Su mente la llevó a pensar lo peor, pero debía permanecer en calma —. Finn no esta trabajando solo, Arthemisa está con él —expuso. Sabía que lo mejor que podía hacer era poner en sobre aviso a la bartender, si el mayor de los Mikaelson estaba detrás de lo que le sucedía a los hermanos, su Ancestro también lo estaría. Miró al cielo el cual comenzaba a oscurecerse, pero al volver la mirada sobre el cuerpo de Kol pudo ver que desde su nariz un poco de sangre comenzaba a salir —. Estaré lo más pronto posible allá, no te despegues de ella. —pidió. Luego de Camille le diera una afirmación de su parte la joven lobo colgó la llamada con el entrecejo fruncido.

Pero de un segundo a otro, un repentino sobresalto por parte del joven brujo hizo que Alexandra se tumbará hacía atrás debido al susto que le había proporcionado. Kol estaba exaltado para cuando se reincorporó en el suelo, inhalaba y exhalaba fuertemente para cuando su mirada recorrió su alrededor.

—¡Hey, hey! —llamó la atención del aturdido brujo para cuando se acercó un poco a él, el joven la miró —. Eso, respira hondo. —intentó calmar mientras sus manos las movía en las acciones de inhalar y exhalar. Kol la fue acatando hasta que recuperó el habla.

—Es Finn, tiene a mis hermanos atrapados. —confirmó las sospechas de la joven Alfa. Sin embargo, unos ruidos provenientes de afuera de la habitación los llevó a saltarse los detalles de como o por qué los tendría retenidos.

¡Kol! —un profundo grito se escuchó lo que provoco que ambos se alarmarán, en respuesta se se colocaron de pie, las puertas empezaron a moverse con fuerza debido a los golpes que proporcionaban los vampiros desde afuera, siendo el dueño de aquel grito Marcel Gerard. El menor de los Mikaelson miró a Alexandra quien, al igual que él, estaba alarmada.

—Es tu sangre. —indicó de inmediato señalando su nariz a lo que el brujo limpio rápidamente pero fue en vano, de la misma volvió a brotar un hilo de sangre con facilidad. Alexandra no entendía que sucedía pero Kol, él maldecía a su hermano en aquel momento.

—¡Demonios! —soltó con furia en una voz ahogada. No podía alertar a los vampiros, a sabiendas que por la sangre sabían que estaban ahí —. Finn sabe que estamos atrapados con los vampiros —comentó observando a la joven Labonair alternando la mirada con la puerta en donde los golpes disminuían pero las sombras de las personas detrás de ella se veían —. El plan de mi hermano es bastante molesto.

—¿A qué te refieres? 

¡Kol Mikaelson! —gritó. La voz de Marcel hizo que ambos mirarán en dirección a la puerta, ciertamente si no salían de ahí en aquel momento, para media noche serían los bocadillos. Pero las palabras de Kol sugerían que aquello no era la finalidad de aquel encierro.

—En unos... —se detuvo a mirar el cielo, la luna estaba por posarse en lo alto. Tragó grueso para cuando volvió la mirada sobre Alexandra —. Minutos, para ser exactos, seremos libres.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó. A pesar de que la idea era sacarlos a media noche, aún esa hora estaba lejos por lo cual la joven Alfa sabía que la promesa hacía Camille eran meras palabras mientras ella buscaba una forma de llegar hasta ellas —. Todavía no sabemos cual es el objeto oscuro que alimenta este hechizo, y morir no fue mi actividad favorita por lo que no desearía repetirla pronto. —manifestó. Kol sintió de inmediato como en las palabras de la doble había algo oculto, más él no sabía de que se trataba pero con los ruidos en aumento, decidió que ese no era el momento para descubrirlo.

—El plan de Finn fue siempre liberar a los vampiros cuando el sol se estuviese ocultando. —explicó el presumido plan de su hermano el cual minutos atrás había estado contando, sin embargo, para cuando él, Elijah y Niklaus estuvieron a punto de actuar, Finn decidió devolverlo a su cuerpo. Por parte de Alexandra, esta solo pensó en una cosa. La festividad que se realizaba para esa época en la ciudad, tan pronto recordó se dirigió hasta la ventana. Tal como lo supuso, las calles estaban comenzando a acumular a las personas con togas rojas correspondiente a la vestimenta que caracterizaba a el desfile.

—Bueno, tenemos un problema.

Con el ceño fruncido, Kol se acercó hasta ella notando a las personas que empezaban a conglomerarse en la parte de afuera, maldijo nuevamente por debajo, su hermano realmente había planeado cada segundo. Por su parte, la joven Alfa volvió la mirada sobre la puerta la cual se movía con fuerza cada vez que uno de los vampiros la golpeaba, sin embargo, luego de unos segundos no se escuchó más nada.

¡Vayan al patio, no los quiero ver por aquí! —ordenó. Alexandra supo de inmediato que se trataba de Marcel el cual estaba haciendo todo lo posible para controlarse y no acabar con esa puerta de una vez por todas. Kol pasó su mano por su boca.

—No vamos a salir vivos de esta. —soltó el menor de los Mikaelson lo que llevó a la lobo a mirarlo, en su rostro podía notar que él creía fervientemente eso, desvió la mirada hacía las personas en las calles las cuales comenzaban a reírse y festejar ajenas al inminente baño de sangre que ocurriría en unos minutos. Alexandra tragó grueso, los vampiros estaban prontos a dejar de ser un secreto para los habitantes del Barrio Francés, sin olvidar de como ella y Kol estaban a minutos de ser las primeras victimas. La joven tomó una inhalación.

—Si, si lo haremos. —aseguró. La confianza se podía sentir en su voz plenamente. Kol la miró, esa forma de mirar la había visto antes, hacía unas horas con exactitud cuando decidió que moriría por sesenta segundos. Era una mirada que comenzaba a disgustarle.

—Oh, no —negó de inmediato. Un plan terrible saldría de los labios de la joven lobo, él lo sabía —. Ni se te ocurra, pequeña suicida. —agregó. Finalmente se alejó de la ventana mientras su cabeza ideaba una manera de salir de ahí sin que implicara la pronta muerte de la doppelgänger.

—Ni si quiera sabes que estoy pensando. —alegó a lo que él la volteó a mirar seriamente. Ciertamente no lo sabía, pero tampoco lo quería descubrir, su vida estaba en la línea de fuego. Él apreciaba mucho su segunda oportunidad de volver a la vida.

—No necesito saberlo. Tienes esa loca mirada —indicó señalando su rostro. La joven Alfa rodó los ojos —. Si llegas a morir, esta vez no va a ser por unos segundos —recalcó lo obvio. Alexandra lo sabía, pero tampoco podía quedarse con los brazos cruzados. Eso era mejor que nada —. Y preocuparme por ser el aperitivo de los vampiros será el menor de mis problemas. Mis hermanos me cazarán hasta los confines de la tierra —volvió la vista sobre las calles —. Y créeme cuando te digo que Nik se toma literalmente eso. —expuso. Por supuesto que él recordaba a la perfección las veces que las personas atentaron contra el híbrido Original, en su mente rápidamente resaltó el nombre de una joven de otra línea de doppelgängers.

—No moriré, no esta en mis planes hacerlo —puntualizó. Ciertamente no lo era, aquel plan era la única forma de que salieran todos a salvo de ahí, y que ella llegara a su sobrina antes de que su doble lo hiciera. Así que arriesgaría lo que sea por ella, esa ya era una decisión tomada —. Pero ahora es lo único que nos sacará a todos de este problema en el cual, el psicótico de tu hermano, a decidido meternos.

Kol Mikaelson sabía que cualquier idea que se le había ocurrido a la Alfa era mala, pésima y por supuesto, una locura. Pero algo también le decía que no importaba sí él se llegaba a poner en contra o a favor, ella igual lo haría por lo que lo mejor que podía hacer era estar a favor de aquel plan que por supuesto era más que suicida. El joven brujo resopló.

—Solo esperemos que no te equivoques.




━━━━━━━━




Las explicaciones fueron suficientes para que tanto como Marcel junto con el grupo de vampiros accedieran al plan orquestado por Alexandra, ahora solo faltaba que la señal fuera dada. Miró la hora en su celular para cuando faltaban solo segundos para que la barrera se levantara finalmente, la joven alzó la mirada notando como los vampiros trataban de contenerse siendo la razón obvia de que estaban comenzando a ser rodeados por bolsas de sangre. La joven Alfa miró a Marcel que no se encontraba muy lejos de ella, él también estaba batallando como nunca, y aún con más esfuerzo debido a la mordida de hombre lobo que yacía en su cuello, para ese entonces el veneno ya estaba por completo en su torrente sanguíneo.

El sonido de las campanadas llevó a que los vampiros cubrieran sus oídos debido a que sus sentidos estaban más realzados por la falta de comida. Tres campanadas después, Alexandra miró al grupo de vampiros.

—Esa es la señal. —informó para luego dirigirse hasta la parte de la salida del recinto. La lobo suspiró antes de estirar la mano para asegurarse de que la barrera había caído finalmente, de no ser así, otro chirrido escucharían. Se dio la vuelta hacía Marcel tan pronto su mano pasó al otro lado.

—Síganme, los sacaré de aquí.

Sin más los vampiros comenzaron a caminar detrás de la Alfa mientras que ella, apartando a las personas, los dirigía por el camino para que salieran de aquel festival el cual se convertiría en una masacre si no salían de ahí rápido. La lobo miraba de vez en cuando hacía atrás mientras trataba de buscar el camino más rápido para abandonar aquel lugar, pero al ver como el cuerpo de Marcel caía se detuvo de golpe al igual que el resto de los vampiros, Alexandra se devolvió hasta él con velocidad.

—No puede seguir. —le indicó Gia la cual se había bajado hasta la altura del vampiro, la joven Labonair miro a los alrededores para luego fijar la vista en todos los vampiros que se veían ansiosos. Negó repetitivamente antes de mirar a la vampiresa.

—Debemos cargarlo —ordenó para seguido ayudar a Gia a levantarlo, después de ello ambas se colocaron a sus costados para que este se apoyara de ellas. Miro a los vampiros que esperaban una orden para proseguir —. Ahora, síganme —los vio a cada uno antes de comenzar a caminar —. Y todos saldremos bien de esta.




━━━━━━━━




Miró al cielo oscuro que le ofrecía aquella noche para luego soltar su cazadora sobre uno de los muebles. Todo él día intentando escapar de aquel lugar para volver, aquello simplemente le parecía una locura, colocó las manos sobre su cintura para cuando sintió como de bolsillo trasero de su pantalón comenzó a vibrar lo que la llevó a sacar el mismo.

Estamos bien, no tienes nada de que
preocuparte, ella está protegida. 
Elijah Mikaelson
Hace 1 min

Aquello la hizo soltar el aire almacenado en sus pulmones, la ansiedad ante de lo que podía haberle sucedido a su sobrina si Arthemisa llegaba antes de que ellos despertarán la trastornó, sin embargo, la duda de porque su antepasado no había hecho nada la cubrió. Aún recordaba las palabras que le habían ofrecido durante su estadía en el plano de los muertos.

—¿Aún no lo ves, hija? —la voz de Irhina Morganson se escuchaba tan tranquila, tal como la joven Alfa la recordaba. A pesar de las cosas malas, Alexandra no podía evitar recordar que aquella mujer fue su protectora cuando niña, no podía olvidar los buenos recuerdos. Sin embargo, aquellos recuerdos se veían opacados por las machas del odio hacía la misma —. Este fue el plan desde el principio. La hija de Klaus Mikaelson será la bruja más poderosa de la historia.

La conexión de los puntos fue obvia, la razón por la cual Arthemisa no la mató en el momento que pudo estuvo ahí siempre delante de ellos, más no pusieron la suficiente atención como para verlo. 

                (La única forma de obtener la «Escencia» es la muerte) 

Aquellas palabras las escuchó como eco, quiso maldecir en aquel momento, su ancestro le llevaba nuevamente la delantera.

—Hope...


⚜️。:*•.⚜️.•*:。⚜️

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