Tiempo había pasado, quizá uno o dos años, la vida junto a Dallen estaba mejorando cada día y, a medida que el tiempo pasaba, más iba mejorando nuestra relación. Emmet básicamente nos odiaba pero, era un adolescente y había días en que simplemente cesaba su incomodidad de que su padre estuviera con un hombre y pasaba tiempo con él, pues a mi casi nunca me veía debido a que últimamente he tenido mucho trabajo en la compañía, pues dentro de poco habríamos de presentarnos en un colegio de renombre
Hacía ya un buen tiempo que nos habían sugerido hacer una demostración en aquel colegio, la Compañía pronto abriría las audiciones y estaba seguro que un porcentaje vendría de esta institución educativa, pues al menos era un 10% del total de la Compañía egresados de ahí >>Tal parecía ser, que muchos artistas son estudiantes ahí, ya que es Secundaria y Bachillerato<<, por lo que no íbamos a desaprovechar la oportunidad de tener nuevos bailarines entre nosotros si ya había un buen antecedente. Es por eso, que hoy mismo me encontraba ensayando a un par de chicos, íbamos a hacer varios montajes y precisamente hoy iríamos a aquel colegio para ir viendo el escenario y ensayar; ya lo habían hecho antes pero yo no había tenido la oportunidad de estar ahí físicamente, por lo que estaba bastante interesado por reconocer el lugar, considerar las dimensiones del espacio y también saber si iba a ser necesario modificar alguna parte de la coreografía
Llegué al colegio con un instructor y el grupo de jóvenes, era su primer año en la Compañía así que el ambiente escolar aún lo tenían muy presente. Solté un largo suspiro, yo no fui a Instituto privado, había ido al Estatal y de ahí entré al bachillerato donde conocí a Dallen... Había pasado ya tanto tiempo que no estaba en un ambiente así, aunque claro, aquí era diferente; usaban uniformes, había todo un horario de actividades extras que debían cumplir y, no era como en mi escuela, donde podías simplemente ir a clases y saliendo volver a casa o salir con tus amigos
>>Las escuelas privadas consumen mucho tiempo... Aunque bueno, la Compañía también lo hacía cuando yo era novato<< pensé al momento de ver a mis pequeños pupilos bastante curiosos con el lugar, al parecer ninguno de ellos era egresado de aquí, pues ninguno lucía emocionado de venir >>Quizá solo tienen curiosidad y a ellos volvieron recuerdos de su estancia en sus escuelas<< pensé para después ver a la que supuse era la maestra de artes de aquí acercarse
-Qué tal, soy Lucianne, la maestra de artes escénicas aquí, seré su apoyo directo a cualquier cosa que necesiten, por favor, síganme al teatro para que puedan acostumbrarse al espacio- una mujer directa, con sonrisa amplia y pómulos rosados, quizá uno o dos años mayor que yo. Le seguí de cerca, con los chicos andando a pasos acelerados pues se distraían con facilidad, pero una vez llegamos al teatro y nos dejaron subir al escenario, todo rastro de curiosidad desapareció y se concentraron en lo que habían venido a hacer; ensayar.
El instructor y yo estábamos viendo cómo potencializar la coreografía y también cómo hacer para que en el escenario no se viese todo muy compacto, pues era más grande de lo que había pensado y era un lugar muy impresionante >>Bueno, es un colegio, dinero no les falta<< pensé con gracia, dejando que el instructor siguiera corrigiendo a los chicos, caminando por el escenario, mirando el panorama, la sillas y también los palcos a la distancia, notando pronto una silueta en uno de esos asientos en las alturas, creía que estábamos solos
-Disculpa- dije en un tono lo suficientemente alto para que me lograra escuchar -¿Te puedo ayudar con algo, muchacho?- noté cómo se ponía de pie, pero no hacía más que eso, siquiera me había contestado -¿Hola?-
-¿Qué bailan?- creía saber a dónde iba su pregunta
-Ballet-
-Qué masculino- bingo
-Bastante masculino, diría yo- dije con gracia -¿Quieres intentarlo?- dije con una sonrisa, viendo cómo se dirigía a la puerta del palco y desaparecía -Creo que no- dije para mi en un tono más bajo, sonriendo aún, girando con los demás para continuar con el trabajo, ayudando al instructor en un par de pasos.
Nos quedamos ahí, mejorando pasos, reproduciendo las piezas musicales que usaríamos para unas secciones de la puesta en escena, perfeccionando unos pasos. Por un momento me sentí limitado pues ya no podía hacer saltos ni acrobacias tan exageradas luego de mi accidente, pero para eso había venido el instructor conmigo, para llenar ese espacio
-¿Entonces debo girar y luego elevarme? ¿O elevarme mientras giro?- preguntaba uno de los chicos, moviéndose en el escenario, practicando -No logro entender esa parte por completo- el instructor estaba por empezar a demostrar cómo debía ser la transición del movimiento en el aire cuando, repentinamente, alguien había hecho justo eso frente a nuestros ojos, y no era alumno mío. Impresionado con la presencia del chico, no sabía precisamente qué decir, no lo había visto siquiera entrar al teatro
-Es eso lo que intentas hacer, ¿no? Moverte en el aire- esa voz, era el chico del palco -Es fácil, solo gira desde que vas a suspenderte en el aire, no al momento en que ya estás elevado- volviendo a hacerlo, pude notar que su técnica no era la de un bailarín, era más tosca y sucia, quizá de algún tipo de deporte como las carreras con obstáculos o el parkour, pero igualmente parecía tener confianza en su cuerpo
-Eres muy bueno- dijo uno de los chicos, acercándose a él para seguir preguntándole cosas, mientras que el instructor se acercaba a mi, viendo a los jóvenes interactuar
-¿Cuánto tiempo crees que le haya tomado aprender a hacer eso? Es un movimiento muy difícil para algunos bailarines- murmuró para mi, bebiendo agua
-No lo sé, parecía formado en algún club deportivo, así que conoce su cuerpo y sus habilidades; me atrevo a decir que podría incluso haber tenido un pasado en la danza- dije, sonriendo, este chico al final sí había venido a intentarlo. Me aventuraba a escuchar cómo le enseñaba a mis alumnos su técnica cuando, un hombre en traje y con radio entraba al teatro, haciendo que todos volteásemos a ver, pues fue algo estruendosa su entrada
-¡Lo encontré!- dijo a través del radio, mis ojos pronto fueron al chico en uniforme quien, gracioso, soltó un suspiro y siguió enseñando a los chicos, cosa que me hizo reír; si yo me hubiera saltado mi clase y estaba por ser descubierto, habría echado a correr, pero él parecía bastante acostumbrado a ser encontrado -¡Dublín! ¡Ya baja de una vez! La directora quiere que vayas de inmediato a su oficina- dijo aquel hombre, subiendo al escenario
Cuando vi que estaba por jalar del brazo al chico, me acerqué lo suficiente para evitarlo, observando cómo aquel hombre pasmado me veía incrédulo -Disculpe, acaba de entrar a interrumpir mi ensayo con mis alumnos, ha hecho un completo escándalo y ahora pretende agredir a Dublín jalándole del brazo; es mi invitado y yo le pedí venir aquí- estaba claro que me aprendí su nombre, y que le estaba salvando la vida en este momento, por el simple motivo de que no llegó con mis alumnos a presumir, sino a ayudar y aprender, eso para mi era oro en jóvenes como ellos
-Entonces usted también tendrá que ir conmigo a dirección- bueno, no me esperaba esa respuesta pero, al menos iba a poder justificar la presencia del niño en el teatro -Ahora, si no es mucha molestia, síganme- dijo al darse la vuelta; el chico empezó a caminar sin decir absolutamente nada y, aunque no podía dejar a mis alumnos solos mucho tiempo, debía arreglar esto de alguna forma
-No tardaré mucho- le dije al instructor, dándole unas notas -Comiencen a pulir estos puntos mientras regreso-
La caminata a dirección fue agradable, el recinto académico era gigante y lleno de árboles, jardineras y una plaza cívica fenomenal. El hombre frente a nosotros caminaba con energía, me atrevería a decir que era uno de los prefectos dada su seriedad y sentido de superioridad con los alumnos. Y mientras caminaba, el chico a lado mío permanecía en silencio pero, en ocasiones cruzaba miradas conmigo, no le calculaba más de 14 años, como Emmet, era todo un adolescente pero aún poseía ciertos gestos infantiles como morderse las uñas de las manos y patear piedras que encontraba en el camino. Me volví a concentrar en lo mío cuando llegamos a la dirección y una mujer de edad nos atendió
-Dublín, de nuevo saltándote las clases, ¿Cuándo aprenderás que estás desperdiciando una gran oportunidad haciendo esto? ¿Qué ganas con no asistir a tus asignaturas?-
-Con todo respeto, Sra. Directora, pero hoy he aprendido más sobre artes escénicas que en todo mi periodo aquí, gracias a este Sr.- dijo Dublín, mirándome por fin a los ojos cuando dijo eso, me quedé callado, no sabía si hablar o no -Los maestros aquí no nos motivan a nada, es siempre lo mismo todos los días, el mismo método en todas las materias, ninguno parece querer sacarnos de nuestra zona de confort y animarnos a hacer cosas que no hacemos con regularidad- sonaba a cualquier chico de secundaria inconforme con lo que la escuela le daba, algo común en esa etapa >>Lo he visto de primera mano con Emmet<<
-Estudiar es importante para tu futuro, aún no has siquiera entrado al bachillerato Dublín- interrumpió aquella mujer -Entiendo que nada de aquí te parece pero debes dejar de molestar a nuestras visitas y entrar a tus clases- los ojos del chico fueron a la nada, agachando la mirada, ¿a qué se refería la directora con tener esa "gran oportunidad"?
-Yo no estaba molestando a las visitas- susurró, viendo pronto en la mujer de edad una reacción de intolerancia; claro, una mujer chapada a la antigua iba a resultarle insoportable que le contradijeran, era esta mi señal para entrar en acción
-El chico dice la verdad, Sra. Directora, mis alumnos y yo estábamos en el teatro ensayando una acrobacia complicada, y como Dublín posee habilidades físicas impresionantes, le pedí compartiera su conocimiento con mis pupilos- la directora fue calmando su semblante y quedando bastante sorprendida -Lamento haber hecho que se ausentara de su clase, no fue a propósito, él solo quiso ayudarme pues como usted sabrá, entre jóvenes las ideas fluyen mejor-
Sabía que quería ayudar a Dublín porque él ayudó a mis alumnos sin dudar, porque estando fuera de su zona de confort encontró cómo ayudar y explotar sus habilidades. Pero, fuera de eso, no lograba entender por qué me preocupaba tanto su bienestar >>Como si mi paternidad apareciera de la nada<< pensé con gracia, pues con la única persona con quien podía sacar ese sentido de paternidad era Emmet y, bueno, básicamente me odia
-Muy bien, esta será la última vez que lo dejaré pasar, solo porque confío en el Sr. Kenneth. Pero que me entere de nuevo que te haz saltado las clases y deberé hablar con tu Tutor, ¿Quedó claro, Dublín?- dijo, abriendo aún más mi curiosidad ¿Tenía un tutor? ¿Será que...? -Puedes dejar la oficina- el chico se levantó y se despidió respetuosamente
Me levanté, disculpándome por haber metido en líos a Dublín pero, antes de salir, la directora me había sugerido no preocuparme tanto por el chico, pues era común que se metiera en problemas por cuenta propia. Sonreí con calma y salí de la oficina, viendo al chico andar al lado contrario en que yo iría, dejándome con un sabor amargo, la manera en que caminaba era muy desganada
>>Bueno, la secundaria es un asco, es normal no tener ganas<< pensé, siendo positivo, no debía preocuparme mucho, presentía que le iría muy bien -Al menos no lo castigaron- dije para mi, andando de vuelta al teatro