☀︎ Capítulo Veinticinco ☀︎
❝I'm going down and
you have watched me drown
in a river of tears❞
Cole☀️
El receso invernal... tan esperado, mas tan decepcionante. Son meses y meses de anticipación y ansias por tan solo dos semanas de libertad. Dos semanas sin clases.
Francamente, creo que deberían durar más. Pero ¿qué importancia tiene la opinión de un simple alumno del montón?
Cualquiera que no prestara la suficiente atención diría que hoy es un día común y corriente. Pero la actitud de cada chica y chico en el colegio es notablemente distinta. Más libre, indiferente... feliz.
Matt compró pizzas para todos. Yo no me opongo, por supuesto. Es un buen día.
Todos mis amigos se sientan a mi alrededor bromeando como siempre. Disfruto de uno de aquellos momentos en los que todo es simple, ligero. Estoy feliz donde estoy, con mis amigos, mi familia y Hartley.
Desvío la mirada de mi mesa para buscarla; siempre suelo hacer eso. A donde sea que vaya, presto atención a mis alrededores con la pequeña esperanza de verla, aunque sea por un segundo. Porque ese segundo es todo lo que se necesita para alegrarme el día.
Lo sé, cursi.
Encuentro rápidamente a mi Solcito sentada con su amiga, Maytenne, almorzando. La veo sonreír en su dirección, sus ojos adquiriendo el brillo más precioso.
Siento como el calor se acumula en mi rostro y cuello, y unas mágicas cosquillas recorren mis mejillas.
Es sorprendente como tan solo una simple acción puede afectarte de esta manera. Supongo que así sucede con todo, cuando viene de aquella persona.
Simplemente la adoro.
Aparto la vista abruptamente cuando escucho mi nombre resonar a través de los parlantes en la cafetería.
Por un instante, me encuentro viviendo aquel momento en que te llaman a la oficina del director y todos tus amigos te lanzan miradas interrogantes y alarmantes.
Con el corazón en la garganta, me dirijo a la misma. Estoy casi seguro de que no he hecho nada malo; sin embargo, el sabor amargo está allí, indicando que algo anda mal.
-Buenas tardes, Cole.- Me saluda el anciano una vez que ingreso a su oficina.
No parece molesto, no parezco estar en problemas. Me observa de una manera extraña, como si me tuviera... lástima.
-Buenas tardes,- respondo.
Un extremadamente incómodo silencio se expande por toda la habitación, asfixiándome.
No me animo a mirar al señor a los ojos por mucho tiempo, siempre termino bajando la mirada intimidado. Así que simplemente me dedico a observar mis manos en mi regazo.
-Tu padre,- habla el director, su voz resonando por toda la habitación, -ha llamado hace unos minutos al colegio.
¿Mi padre? ¿Por qué mi padre...
-Nos ha dicho que tu madre estuvo en un accidente automovilístico,- interrumpe mis pensamientos.
Levanto la mirada de golpe, sintiéndome momentáneamente mareado.
Tengo millares de preguntas en la punta de la lengua. ¿Ella está bien? ¿Dónde está? ¿Y Damon?
Pero no soy capaz de pronunciar una sola palabra. Abro la boca un par de veces con la intención decir algo pero... nada.
Sé que el director frente a mí continúa hablando, pero no puedo escuchar nada. Sus palabras se oyen lejanas pero a la vez agobiantes.
-...Emilio estará aquí en cualquier momento.- Termina el hombre y siento como un gran peso se libera de mis hombros. Escuchar el nombre de mi padre es un gran alivio, porque sé que todo estará bien.
Hay que mantenerse positivos, ¿cierto?
Pensar todas las cosas horribles que podrían haberle pasado a mami no me ayudará en nada.
Así que con pensamientos positivos, o más bien evitando los negativos, me dedico a esperar a mi papá.
Y cuando él finalmente se adentra a la oficina del director, cualquier esfuerzo por no desesperarme es arrojado a la basura; su rostro lo dice todo. Es malo.
Puedo ver en sus ojos que aquel brillo usual ya no está allí, ese que presentaba cada vez que posaba sus ojos en mi madre.
En un santiamén me arrojo a sus brazos haciendo de lado a mi hermana suavemente.
Me siento seguro aquí, como si todavía fuera un niño pequeño que necesita la protección de su padre. A veces desearía serlo.
La leve tranquilidad que sentía abandonó mi cuerpo cuando lo hicieron los brazos de mi padre. Y aquí está otra vez, este vacío.
Con un nudo en la garganta, observo a Valen, quien ha comenzado a llorar en silencio, visiblemente aterrada.
Quiero hablarle, consolarla, pero estoy seguro de que en el instante en que abra mi boca para decir algo mi voz se va a quebrar, y voy a romper a llorar.
Los tres caminamos a casa, en completo silencio. No es un silencio incómodo, es un silencio de temor.
Temor a lo que papá nos contará, temor a lo que se viene.
Ni bien pongo un pie en casa, un escalofrío recorre mi espina dorsal por completo. Esto no es mi hogar, no sin mi madre en él.
Mi padre, a pasos lentos, avanza hacia la sala de estar y se sienta en el sofá con la mirada perdida mirando hacia adelante. Se lo ve devastado, y la presión en mi pecho no hace más que incrementar hasta volverse insoportable.
Tomo asiento a su lado y envuelvo su mano con las mías, provocando que su atención se dirija a mí. Valentina corre rápidamente hacia nosotros y se abraza a papá sentada en su regazo.
-Niños...- susurra, sin encontrar las palabras para hablar.
-Papá,- lo incito a hablar porque no puedo esperar un segundo más.
Abre la boca hesitando, y sin ser capaz de mirarnos a los ojos, lo dice -Su madre ya no está,- su voz se rompe, al igual que nuestros corazones. -Lo siento tanto.
-¿Y Damon?- susurra mi hermana con un ápice de esperanza; pero mi padre niega con la cabeza abrazándola a su pecho con fuerza, como si quisieran desaparecer juntos.
Me doy la vuelta y me tapo la boca ante la comprensión. Mi madre ya no está; no la volveré a ver nunca más en mi vida.
Ya no estará allí cada vez que me sienta triste o quiera hablar con ella sobre mi día. No estará allí para abrazarme, para besarme, ni para apoyarme.
Un fuerte sollozo se escapa de mis labios sin siquiera ser capaz de controlarlo y las lágrimas comienzan a fluir.
Nunca jamás había sentido un dolor tan agudo como este. De todas las cosas malas que alguna vez imaginé que podrían pasarme, mamá siempre estaba allí para ayudarme.
Ni en un millón de años imaginé que sería ella quien no estaría aquí para mí.
¿Qué se supone que debo hacer ahora? ¿Seguir, como si nada hubiera pasado? Acabo de perder a mi madre y mi hermano pequeño.
Papá estaba emocionado por tener a Damon con nosotros, tanto que se pasó un día entero armando una nueva cuna para él.
-Cole, escucha.- Me llama y lo miro con los ojos llenos de lágrimas. -Sé que algo como esto es extremadamente difícil de sobrellevar, y no espero que de un día para el otro actuemos como si nada hubiera pasado. Su madre... ella lo ha sido todo para mí desde el momento en que la conocí y sé que también lo es todo para ustedes.
»Y no saben lo mucho que me duele tener que ser el que les diga que... que crecerán sin una madre. Pero debemos continuar, ¿saben? Porque a veces la vida se trata de eso, de continuar sin importar lo que pase, de ser fuertes. Eso es lo que Lucía hubiera querido para ustedes. Jamás olviden que ella los ama con toda su alma.
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Heartbroken 😔
Lamento haber tratado tanto en actualizar, escribir este capítulo me costó horrores.
-V ☀️