[]¿Destino o casualidad?[]
El día era algo fresco cuando salió del departamento, también se sentía nostálgico. El cielo ligeramente nublado y el aire enfriando su rostro le recordó aquel día. El día en que salió con Nicolas en sus brazos.
El nudo en su garganta no se hizo esperar, al final no podía hacer nada más que luchar por aquello que pudo ver. Un Futuro que en realidad quería tener.
Un suspiró triste dejó sus labios.
Conocer el futuro le había dado esperanzas, pero también la había entristecido. Obtener algo que siempre quisiste y luego que esto se te fuera arrebatado de las manos no era algo lindo, ni algo que todo el mundo quisiera pasar. Pero Megan suponía que era el precio a pagar por conocer parte de su futuro.
Había pasado solo una semana desde que había llamado por primera vez a su madre y a su padre en mucho tiempo, seis años de ello.
No todo había sido perfecto, había cosas que aún dolían, pero habían platicado en arreglarlo, en hacerlo todo mejor. La falta de comunicación era lo que siempre había faltado en su familia.
«Todo esta bien». Esas eran las palabras que siempre se usaban en casa. Incluso si nada estaba bien.
Cuando llegó a la empresa, Megan acomodó el abrigo café que había llevado ese día, preparándose mentalmente para lo que haría.
Cortejar a alguien no era su fuerte, ya lo había dicho una vez, y también se lo había repetido a ella misma incontables veces mientras practicaba en el espejo de su baño.
El nudo de nervios que se estaban arremolinando en su estómago no la estaba tranquilizando tampoco.
¿Cómo debería hacerlo? ¿Cuál sería la forma correcta de hacerlo? ¿Había siquiera una forma correcta de hacerlo?
Megan quería llegar a conocer a Astryan, ella quería conocerlo como persona, el quién era él, el verdadero Astryan.
El futuro Astryan que había conocido era alguien que te apoyaba en todo, que te tranquilizaba, y que estaba allí cuando sentías que todo estaba mal.
El que Megan conocía era un empresario profesional con el que no tenía ningún lazo. Ni siquiera se habían visto por segunda vez a excepción de ese único día, y luego Megan había faltado toda una semana al trabajo aprovechando la excusa de su enfermedad, aunque no fue del todo mentira. Megan no se había sentido bien mentalmente como para ir a trabajar, su mente había estado tratando de procesar toda la información que había recibido de su futuro, y también había estado el asunto del extraño y esponjoso gato mágico.
¿Era alguna clase de dios gatuno? O ¿simplemente era alguna clase de genio de la lámpara, pero sin lámpara?
Megan esperaba verlo otra vez y poder hacerle preguntas que no había hecho esa vez. O mejor dicho, que no había pensado.
Caminó por el extenso pasillo de la empresa metida en sus pensamientos, debes en cuando solo reaccionaba a dar algunos saludos de cabeza cuando alguien daba los buenos días. Sus zapatos de tacón ancho y de color negro era lo único que veía, el sonido qué hacían la tranquilizaban un poco, levanto su mirada del suelo y la dirigió al elevador.
¿Volvería a ver a Astryan? Megan se preguntaba, ya que suponía que el contrato al que querían llegar ya se había hecho aquel día que falto. No había estado muy actualizada de ese día ya qué dejó todo en manos de Melody.
Pero...
Megan sacudió su cabeza, si pensaba mucho en ello dejaría de ver el presente.
Si ellos estaban destinados a reencontrarse lo harían, ¿no? Entonces, solo dejaría que el tiempo o las circunstancias los volvieran unir. Y cuando lo volviera a ver lo cortejaria.
Levantó su mano para picar el botón del elevador, pero Megan no se fijo que al mismo tiempo otra mano también lo había hecho, provocando el toque entre ellas.
Megan con la mirada baja y un poco avergonzada dijo:
一lo siento. 一retiró su mano al instante y su cabeza miró a otro lado, sin querer ver a la persona.
一Tranquila, no hay problema 一respondió.
La voz provocó que su corazón se acelerará de emoción, quizás por la familiaridad que ahora tenia hacía ella. Megan trago saliva, y volteó el rostro hacia el origen de donde vino.
Cuando sus miradas chocaron se quedaron inmóviles, hipnotizados por ellas. Gris contra verde.
Megan fue la primera en romper el contacto, la conexión que había sentido había sido demasiada, tanta que su corazón parecía explotar.
一B-Buenos días, señor Russell 一balcuceo con un ligero asentimiento de cabeza.
一Buenos días, señorita Rothwell 一saludo de igual forma, acompañado de una sonrisa ladeada.
La mirada que le dio Astryan a Megan fue llena de curiosidad, quería preguntar por su ausencia de aquel día y de toda la semana, pero se dijo asimismo que eso no era su asunto. Por otro lado, Megan apartó la mirada de inmediato, ya que no podía esconder los sentimientos que le provocaba. Megan creía que Astryan le leería la mente y sabría que causaba en ella sentimientos no normales.
¿Qué tal vez no sentía nada por Astryan? Esa había sido una duda desde que volvió al presente, pero ahora confirmaba que en realidad sí lo hacía.
El elevador llegó y ambos subieron a él. Solo ellos dos. Solos. Megan miraba a todos lados, menos a donde se encontraba Astryan. Podía sentir su presencia, y el calor que manaba de su cuerpo, también podía oler el perfume masculino que llevaba.
«... y cuando lo volviera a ver lo cortejaria».
Esas palabras se reproducía en su mente una y otra, y otra vez.
El elevador estaba en silencio, no un silencio incómodo, solo un silencio. Los dos querían decir algo, pero ninguno se atrevía a hacerlo.
Megan se daba ánimos mentalmente, Megan no era alguien que hiciera cosas atrevidas y el invitar a alguien a cenar estaba en ellas.
«Solo se vive una vez». Se dijo. «oportunidades como estas no son todos los días, ¡ánimo!».
Cuando Megan estuvo segura de haber tomado coraje de hablar, su boca se movió, pero no supo que decir. Su mente se había quedado en blanco.
Mordió sus labios, y sin querer pensar en nada más, ni siquiera cuestionandose en si iba a soltar algo muy tonto, soltó lo primero que vino a su mente.
Muy cliché, y nada nuevo u original, sí. Pero al menos dijo algo.
一Señor Russell, ¿S-Saldría conmigo? 一Megan sentía su cabeza pesada, quizás por los nervios. Lo único en su campo de visión era la puerta metálica del elevador.
Un silencio aún más profundo se produjo, Megan podia sentir la mirada penetrante de Astryan en ella.
De pronto en el silencio se oyó un risa suave, causándole un escalofrío a Megan.
一Lo mismo me estaba preguntando yo. Claro que me gustaría salir a una cita con usted, señorita Rothwell.
Megan llevó sus ojos hacía un Astryan sonriente, sus ojos brillaban al mirarla.
Astryan admiraba la valentía de Megan, invitar a alguien a una cita no era fácil. Él había estado a punto de invitarla a salir, pero había pensado que no sería el momento indicado, incluso si al mirarla sentía una conexión única. Después de todo solo una vez se habían visto.
Una segunda vez y podía confirmar que Megan le atraía, de una forma que no podía explicar. Solo sabia que cuando sus miradas se encontraban no quería dejar de mirarla.
Y la sonrisa que Megan le mostraba ahora, solo lo hizo querer correspondersela.
Tiin, tiin.
El ruido del elevador abrirse fue lo que interrumpió la atmósfera, Astryan miró la hora en su reloj y miró que no faltaba mucho para iniciar la reunión de cierre al contrato. Sin embargo, miró los ojos verdes que lo miraban atentamente.
Astryan salió del ascensor, y escuchó el suspiró triste que soltó Megan. Cuando estuvo fuera del elevador volteó a mirarla.
一Señorita Rothwell, dejaré que usted se encargue de nuestra cita, asique... Llámeme 一dijo con una sonrisa divertida. Megan abrió los ojos y abrió la boca para decir algo, pero el ascensor se cerró, sin darle oportunidad de decir algo.
Megan soltó un suspiro y rió sin evitarlo.
¿Una cita, eh?
Levantó el puño hacia el techo del elevador con victoria. ¡Tendría una boda con Astryan! Digo, ¡una cita con Astryan!
El elevador no tardó mucho en llegar al piso en que bajaría. Astryan probablemente había ido a la sala de juntas con el contador de la empresa, o por alguna otra consulta de arreglos legales, quien sabe.
Caminó alegremente por el pasillo, su lugar de trabajo era un piso más arriba, pero estaba tan feliz que decidió bajar en ese piso y subir por las escaleras, pasó por lo baños, pero se detuvo al oír un llanto. Luego, escuchó una voz de hombre decir:
一¿Por qué estas llorando? ¿A caso te sirve de algo llorar? 一el chico que lo dijo no era bueno en consolar. Se veía incómodo ante la situación. Pero Megan no pudo evitar malinterpretarlo todo.
Megan oyó que el llanto de la chica aumentaba mas, después de que el hombre dijera aquello.
Megan se sintió enojada, «¿cómo puede este infeliz tratar así a su novia?», pensó.
Y sin pensar por un momento más Megan entró al baño, miro a un hombre a lado de una mujer medio sentada en el baño llorando y limpiadose con un pañuelo las lágrimas que caían sin detenerse.
Megan volteó al hombre y lo cacheteo sin pensarlo. El hombre solo pudo quedarse en shock ante ello, observó boquiabierto a una mujer de ojos verdes mirarlo enojado y comenzar a escupir palabras.
一¡¿Cómo te atreves a hacerla llorar?!, ¡qué no te enseñaron que a una mujer no se le hace llorar a menos que sea de placer! 一grito Megan mientras tomaba su camisa y lo sacudía como queriéndolo hacerle entender algo.
La cara del hombre era de asombro y confusión.
Si Megan no hubiera dejado escapar su razonamiento se habría sonrojado ante las palabras que salieron de su boca.
El llanto de la chica se detuvo al ver como el chico que la había intentado ayudar estaba siendo malinterpretando por la mujer. Si está fuera una situación diferente definitivamente se habría reído, pero sintiendo lástima por el chico que la había intentado ayudar, y del cual no conocía su cara ya que se había negado a verlo, se paro e intentó detener a al chica.
一Él no me hizo llorar 一aclaró, su voz se oía extraña a causa del llanto.
Ambos la voltearon a ver. Y cuando sus miradas conectaron todos se miraron sorprendidos. Megan soltó la camisa del chico y observó asombrada a la chica frente a ella.
Sohara Lourdes.
Regresó su mirada tan rápido al chico que había cacheteado y notó quien era.
Jason Allen.
Sus futuros amigos. Pero actualmente sus rivales.
O algo así.
***
Megan escucho la historia de Sohara con calma y en silencio. El dejá vú que estaba sintiendo era increíble.
Megan no podía evitar darles miradas de vez en cuando a Jason y Sohara, cómo preguntándose si era un sueño. Lo cual sabía que no era así.
Jason no tenía la barba que tendría en algún futuro y Sohara, bueno, ella seguía viéndose igual de hermosa que siempre.
Incluso si sus ojos estaban rojos y la hacían parecer drogada.
Al terminar Sohara de explicar, Megan asintió y se dirigió a la puerta sin decir nada.
Eso ofendió mucho a Jason.
一¿No te disculparas por cachetearme? 一 dijo jason sobandose sutilmente el cachete.
¡Merecia una cachetada!
Digo, ¡una disculpa!
Megan lo volteó a ver alzando una ceja, Megan quería disculparse, claro que sí, pero, por alguna razón era gratificante observarlo molesto.
Trago la disculpa que se quería escapar, y también la vergüenza que sentía ante las palabras vulgares que habían salido de su boca y dijo:
一Te lo merecías. 一Jason abrió la boca tratando de refutar eso, pero Megan no lo dejó y continuó一. No tengo una razón ahora, pero en realidad lo hacías. Tal vez, tú cara me rogó por hacerlo y mi mano se resbaló y lo hizo. Quien sabe 一se encogió de hombros.
Megan se dio la vuelta y salió del lugar, Sohara observaba el intercambio divertida y Jason, bueno, el solo estaba estupefacto.
一... ¿Pero aún así merezco una disculpa? 一dudó Jason al decirlo. Megan lo había confundido. Aunque internamente estaba muy ofendido.
Sohara solo le palmeo la espalda en consuelo.
Megan al de estar ya lo suficientemente lejos se comenzó a reír. No sabía si había sido exactamente así lo que había vivido su yo futuro ya que Jason había sido el que le había contado su versión de la historia y podría haberla dramatizado, pero debía admitir qué no sería tan malo tenerlos como amigos.
Llevaría su tiempo, sí.
Después de todo, los tres no habían tenido una relación buena. Tratar de subir a algún puesto a veces conllevaba jugar sucio. Las tres partes lo sabían.
Ninguno de ellos había sido inocente, pero esperaba que su relación se pudiera arreglar. El futuro había demostrado que sí, pero la vida no siempre jugaba limpio.
Las cosas que sabia del futuro iban sucediendo de poco a poco y no dudaba que un día podría recuperar aquella vida que alguna vez vio.
Por ahora disfrutaría del presente.
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Agradezco a todos ustedes por darle una oportunidad a esta historia y haber llegado hasta aquí.
¡Espero que nos volvamos a ver en otra historia!
A partir de aquí, los demás capítulos serán pequeños extras de sucesos que pasaron después del capítulo final.
¡Disfruten!
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🌼一Historia Corta.