Flicker [H.S]

بواسطة Thelooney

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Harry Styles se ve obligado a volver a Nueva York después de dos años para afrontar el juicio final contra Ri... المزيد

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24

Capítulo 11

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بواسطة Thelooney

Sage caminaba descalza por los extensos pasillos de su casa con un poco de prisa, mientras releía la libreta de notas que llevaba en manos. Cuando volteó hacia la izquierda se detuvo y observó alrededor con un poco de asombro, pero de inmediato siguió caminando. El eco de sus pasos resonó mientras se dirigía al cuarto de lavandería al final del corredor. Su madre había decidido cambiar el color de las paredes recientemente, lo cual no era ninguna novedad. Las preferencias de Erika Sabath cambiaban según las estaciones y ningún color asentaba mejor el verano que el blanco, amaba hacer cambios en su bonita casa situada en Manhattan, pero por encima de todo amaba concentrarse en los pasillos, aquellos tan populares pasillos con el techo situado más alto de lo usual que habían logrado aparecer en más de una revista arquitectónica como referente, y ella estaba orgullosa de ello.

Con luz tenue ingresó al cuarto y fue directo hacia la maquina secadora, rebuscó un poco dentro de ella hasta que palpó la textura de una familiar prenda.


—¿Busca algo señorita Sage? —preguntaron a sus espaldas. Era una de las mujeres de limpieza.

—No, ya lo encontré—respondió ella con una sonrisa mientras pasaba junto a ella y la saludaba con un corto abrazo.


Subió a su habitación nuevamente y cerró la puerta a sus espaldas. Se dirigió hacia la maleta que yacía abierta sobre el suelo y se arrodilló junto a ella para continuar guardando las prendas que llevaría a su viaje de este fin de semana. Estaba entusiasmada por ello, de vez en cuando un respiro de la gran manzana era preciso y sentía que seria bueno para ella, y Cameron. Organizó un poco más sus cosas y su móvil vibró a unos cuantos metros, se inclinó un poco para alcanzarlo y sonrió al ver su nombre en la pantalla.


—Hey, estaba pensando en ti...—le dijo con entusiasmo mientras se ponía de pie. Cameron la saludó cariñosamente del otro lado de la línea. Había regresado a Nueva Jersey hace más de una semana, es ahí donde vivía actualmente, ya que asiste a la universidad de Princeton.

—Estaba empacando—le dejó saber cuando él preguntó—¿crees que deba llevar mis nuevos botines? —dijo mientras se ponía de pie y los tomaba del estante. Eran un nuevo par que usaría para cuando practicase equitación, lo cual probablemente harían en Nevada. Cameron pareció dudar de su respuesta y, tras vacilar por un momento, le dejó saber que necesitaban hablar al respecto—¿Qué ocurre? —preguntó ella extrañada. En ese momento su semblante decayó poco a poco. Escuchó con atención sus palabras del otro lado de la línea y frunció el entrecejo.

—¿Cuándo será eso? —le preguntó confundida. Volvió a escuchar con atención—Bromeas, ¿cierto? —dijo al cabo de unos cuantos segundos y dejó escapar una risa incrédula.

—Cam... hemos planeado esto por meses—sonó exasperada. Él trató de tranquilizarla—¿Cómo esperas que no este molesta? —levantó la voz y apretó el móvil entre sus manos. Cameron trató de darle explicaciones, pero ninguna de ellas cobraría sentido a tan solo 24 horas de su tan ansiado viaje. Sage cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, sintió como el enojo acumulado se asomaba en un nudo en la garganta—Dijiste que no pasaría otra vez—se limitó a decirle. Lo escuchó resoplar con frustración del otro lado mientras trataba lo lograr que lo entendiese, como si no lo hiciera, cuando quién claramente no entendía era él.

—¿Sabes qué? Déjalo... déjalo esta bien—finalmente dijo al cabo de unos minutos, cansada de discutir. Él insistió—Hablo enserio—le dijo a secas. Un silencio prolongado surgió entre ambos—No quiero hablar ahora—le dejó saber. Lo escuchó disculparse un par de veces más y prometer que la llamaría dentro de un par de horas cuando ambos estuviesen más tranquilos—Esta bien—fue lo último que dijo.


Colgó y arrojó su teléfono sobre sobre su cama con fuerza, se llevó las manos a la cabeza y respiró hondo. Lo había hecho una vez más y realmente no sabía por qué se sorprendía cuando había pasado tantas veces ya, no quería sonar egoísta, en lo absoluto, pero odiaba no sentirse una de sus prioridades. Sabía que la firma era importante para él, joder se lo había repetido cada vez que Cameron se ausentaba a lo que sea que tuviesen planeado, pero llevaban planeando este fin de semana juntos por meses y ella realmente lo necesitaba, necesitaba pasar tiempo junto a él, conectar, volver a sentir. Con él viviendo fuera de la ciudad, las cosas ya no eran tan sencillas y realmente comenzaba a abrumarse por su ausencia.

Caminó de un lado a otro con las manos en la cintura hasta que se resignó ponerse de rodillas junto a la maleta en el suelo y empezar a desempacar. Respiró hondo con los ojos humedecidos y sacudió ligeramente la cabeza para deshacerse de sus pensamientos. Estaba molesta vale, tenía toda la razón para estarlo, le frustraba que estuviese pasando otra vez y él, con la promesa de compensárselo, esperase que ella se sintiese mejor. Sentía que iba a explotar, sabía que iba a hacerlo pronto.

Escuchó el llamado de su madre proveniente de afuera y cerró los ojos mientras echaba la cabeza hacia atrás, no deseaba hablar con nadie, de hecho, necesitaba estar sola. Escuchó un par de golpes en la puerta, no se molestó en responder, tan solo hizo un ademán con la mano sabiendo muy bien que su madre entraría de todas formas.


—Sage, cielo, fui a recoger el vestido que usaré mañana y encontré algo para ti—le dijo mientras ingresaba a su habitación y rebuscaba entre las bolsas que colgaban de su brazo. Sage la miró fijamente con una ceja alzada antes de ignorarla y seguir desempacando— Creo que te servirá para este fin de semana—dijo sacando el bonito vestido negro y levantándolo en el aire para exhibirlo frente a Sage, quien claramente no estaba de humor para ello.

—No debiste molestarte—le dijo en medio de un suspiro.

—Pero qué cosas dices—respondió su madre con una amplia sonrisa—¿No te gusta? —preguntó un poco decepcionada.

—Si me gusta—Sage respondió, aún sin mirarla—pero no debiste hacerlo—le volvió a decir.

—Bueno, recordé que dijiste que no tenías nada que ponerte para la recepción a la que irías con Cameron, lamento ser tan buena madre—le dijo con ironía. Sage no respondió y entonces Erika se percató de que algo no andaba bien—¿Qué ocurre? —le preguntó.


Sage suspiró con pesadez y permaneció en silencio por un instante. Acto seguido se puso de pie y se dirigió brevemente hacia ella.


—No iré mamá—le dijo a secas, antes de dar media vuelta—Cameron tiene que reunirse con la junta de su corporación en Illinois este fin de semana y no puede posponerlo—explicó, pues quería evitarse el interrogatorio.

—Pero llevan meses planeando esto—dijo su madre bastante sorprendida y ahora preocupada.

—Dímelo a mí—respondió Sage.


Su madre la miró fijamente mientras ella reorganizaba ansiosamente las cosas sobre su escritorio. Entonces dejó las bolsas que cargaba sobre el suelo y se acercó a ella, Sage dejó lo que hacía al verla de pie junto a ella, su madre retiró un mechón que caía por su rostro y la miró enternecida.


—Y sé que no quieres hablar de ello—le dijo. Sage negó despacio, la verdad no quería, pero se sentía frágil, demasiado frágil. Su madre acarició su mejilla— Esta bien... pero tendrás que escucharme hablar a mí entonces—dijo con voz tenue y logró a hacer que Sage, un poco en contra de ello, le prestase atención. Su madre pareció vacilante ante lo que diría a continuación, pero se animó finalmente— Creo que no eres feliz cielo...—le dijo.


Sage de inmediato volteó a verla y revoleó los ojos. Habían tenido esta conversación antes.


—Hablo de felicidad genuina—se adelantó en decir su madre, antes de que ella se opusiera— esa que esporádicamente te ilumina, no la veo en ti desde hace ya bastante tiempo—explicó. Sage desvió la mirada, no le gustaba hablar de ello en lo absoluto, menos ahora, pero decirle a su madre que no deseaba escuchar ello solo haría que la conversación se prolongase aún mas. Erika suspiró, hablar con Sage ya no era tan fácil desde hace bastante tiempo, mucho menos lograr que ella dijese lo que siente— No sé lo que pase entre tú y Cameron, está claro que a vista de todos hacen una pareja fenomenal—continuó. Sage la miró de reojo— Pero... ¿realmente es así? —le preguntó consternada.


Su pregunta la tomó un poco desprevenida y ambas permanecieron en silencio. Sage se removió incómoda y miró a través de su ventana, su madre la miró por unos segundos más antes de respirar hondo y mirar alrededor.


—Quiero verte feliz Sage—le dijo, resignada a darle espacio y caminar en dirección a la puerta.


Erika recogió las bolsas de sus recientes compras del suelo y salió de la habitación, no sin antes tender el bonito vestido negro sobre la cama de Sage. Una vez que la castaña se encontró a solas, se fijó en la puerta y luego sus ojos inevitablemente volvieron a cristalizarse. Sentía enojo, mucho enojo, deseaba gritar y que el resto desapareciera, pero al mismo tiempo necesitaba un abrazo. Apretó sus ojos rehusándose a llorar y se dejó caer de espaldas sobre su cama, fijó su mirada en el techo y se lamentó por sentirse tan vacía a tal punto que no solo sus amigos lo notasen, sino también su madre.

Abrazada a su almohada, miró la foto de Cameron y ella sobre su mesa de noche, y deseó que todo fuese como antes. Un par de lágrimas cayeron por sus mejillas ante el pensamiento de extrañarlo mas allá de su ser físico y entonces, muy lentamente sus ojos se cerraron y se encontró sumergida en un profundo sueño.


Por otra parte, en la casa de Chad Collins, sentado sobre suelo estaba Harry. Por alguna razón, pese a ser bastante tarde ya, no lograba conciliar el sueño. La noche anterior tras reencontrarse con sus amigos y volver a casa para finalmente compensar sus horas de pérdida de sueño gracias al cambio cronológico entre Londres, y Nueva York, fue despertado abruptamente a medianoche por un mal sueño. Había pasado mucho tiempo desde la última vez en que le ocurrió algo parecido, y encontrarse solo no ayudó mucho. Se esforzó por controlar el cuadro ansioso en el que de pronto recaía y salió a caminar. Veinte minutos más tarde se encontró mucho mejor; sin embargo, algunos recuerdos sobre la muerte de su hermano lo atormentaron a la mañana siguiente. Y ahora yacía sobre el suelo, un poco incómodo con la idea de acostarse y despertar nuevamente en medio de la madrugada con un cuadro que no pudiese manejar. Jugó perdidamente con el pequeño frasco de medicamentos que tenía en manos y se repitió a sí mismo que no los necesitaba, con esa idea los dejó nuevamente dentro del cajón de la mesa de noche junto a su cama y respiró hondo.

Si la muerte de Jesse había sido un martirio durante los cuatro primeros años en los que no era más que un misterio, el finalmente tener a un culpable había empeorado la situación. Sí, su familia y él sintieron alivio al finalmente cerrar un capítulo que llevaba años inconcluso, pero el hecho de que Rick Gallagher, mejor amigo de su difunto padre, y Steven Gallagher, su mejor amigo de infancia, estuviesen detrás de ello le había jodido la mente por completo. Es por ello que durante algunos meses necesitó tomar calmantes, y pastillas para dormir cada tanto. Fue algo temporal que pronto supero con la ayuda de su familia, amigos y Nicole, pero en cuanto supo que volvería a Nueva York, inevitablemente pensó en la posibilidad de que sus cuadros ansiosos volviesen. Es por ello que trajo pastillas consigo, aunque se rehusase a tomarlas sabía qué podía necesitarlas.

Además de ello, había algo más que lo había mantenido despierto durante la noche. Sage Sabath... el nombre había estado resonando dentro de sus pensamientos por más horas de las que desearía, y aquello era algo que tampoco sucedía hace mucho. Había pasado bastante tiempo de su ruptura, pese a ello no iba a negar que cada tanto se preguntaba por ella durante las noches. No supo más de ella desde el día en que dejó Nueva York y la verdad así lo prefería, dejó de preguntar por ella después de algunos meses y sus amigos, consientes del mal momento que atravesaba, optaron por no volver a mencionarla.

Dos años mas tarde la situación era un poco distinta. Consideraba haber superado aquella etapa y haber volteado la página, como probablemente ella también lo hizo; sin embargo, al de pronto encontrarse en Nueva York, no podía evitar pensar en ella, en cómo estaba, en si se ha graduado ya o si sigue soñando con cambiar el mundo. De algo estaba seguro, había cambiado su mundo, y por eso llevaba los mejores recuerdos de Sage Sabath consigo.

Aún se lamentaba haberle roto el corazón y solo esperaba que ella estuviese bien después de todo. 



***

Aquí les dejo un regalo de medianoche<3 Espero que les haya gustado este capítulo!

ANUNCIO: ¡La siguiente actualización será una maratón! Llegó el momento tan ansiado babys<3


¡¡¡¡No olviden comentar mucho y votar!!!!

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