Con ayuda de Taiju y las instrucciones de Senku armamos fácilmente ambas casas de campaña, decidimos dejarle una a Yuzuriha y nosotros meternos en la más grande.
Usamos una lámpara que tenía en mi casa para darnos luz mientras seguíamos despiertos y metimos varias mantas y un par de sacos de dormir.
Estuvimos conversando y molestandonos mutuamente por un buen rato, pero finalmente Taiju cayó dormido y Senku y yo comenzamos a bostezar.
- ¿Qué hora es?
Mi amigo sacó su celular y después de checar brevemente la hora lo arrojó a un bulto de mantas en la esquina de la tienda.
- Casi las dos de la mañana, se pasa rápido el tiempo.
- Vaya que si
Senku se metió en un saco para dormir mientras miraba alrededor, luego me miró a mí con un gesto confundido.
- ¿No vas a dormir en saco?
- Nope, solo tenemos tres y ustedes ya los tienen ocupados, además prefiero dormir con mantas.
- No dirás eso en unos minutos, la temperatura no va a tardar en bajar.
- Seguro
Senku se acostó con las brazos tras la cabeza y cerró los ojos, al parecer si estaba algo cansado.
Bueno, creo que no tiene mucho chiste que yo sea el único despierto.
Traje un par de mantas y me acurruque en ellas mientras sacaba mi celular para enviarle un mensaje a mi doctor, llevaba muchos años llendo al mismo así que no me sorprendió que me respondiera de inmediato cuando le pedí una cita para mañana.
-...a las doce...creo que está bien...
Murmuré mientras le respondía y le deseaba buenas noches (a pesar de que ya es de madrugada).
...
Estornudé una vez más y está vez si me desperté con eso. Sentí comezón en el brazo que tenía fuera de las mantas, en cuanto lo toqué me apresuré a frotarlo, estaba helado.
- Ahh, maldita sea si hace bastante frío...
Me hice una especie de bolita con las sábanas, pensé que me vería ridículo hasta que ví como estaba Senku, parecía una oruga con solo su cabeza saliendo del saco de dormir.
Se me escapó una risita que al parecer basto para despertarlo.
- ¿De qué te ríes?
- N-nada...
-...estás temblando, te dije que haría frío.
Puse los ojos en blanco y me hundí más entre las mantas. Senku miró como poco a poco me congelaba por unos segundos más antes de finalmente suspirar.
- Ven acá
Hubiera puesto más resistencia, pero en verdad comenzaba a sentir mucho el frío.
El saco que se había agarrado Senku era algo más grande y grueso que los otros dos, por lo que ambos entrabamos perfectamente dentro de él, aunque aún así quedamos lo suficientemente cerca como para que mi cara se calentará sin importar lo helado que estaba el exterior del saco.
- ¿Así estás bien?
- S-si
- Bueno, ahora duerme ¿Si?
Eso sería mucho más fácil si no hubiéramos quedado de frente, podría intentar voltearme pero probablemente molestaría mucho a Senku mientras lo hago.
Lo observé tímidamente, ya había cerrado sus ojos y su respiración estaba algo más lenta, que facilidad tiene para dormir.
Intenté hacer lo mismo, pero era difícil, demasiado. Cuando al fin comenzaba a poder conciliar el sueño un repentino tacto en mi mejilla me puso completamente conciente, sin embargo mantuve mis ojos cerrado y me concentré en que mi respiración no sé alterará.
La suave caricia en mi mejilla se deslizó hasta hasta mi mandíbula, comenzado a recorrer la zona de mi piel marcada por mi lunar.
Sin querer una lágrima se me escapo, sentí como se deslizó atravesando por el puente de mi nariz y perdiéndose más allá.
Mis pensamientos abandonaron por completo el seguimiento de esa patética lágrima cuando sentí un nuevo roce, pero está vez en mis labios. Mi corazón dió un vuelco dentro de mi pecho, no he besado a nadie pero así debe sentirse ¿No?, el tacto es tan único... recordaría algo así si ya me hubiera pasado. A pesar de ser tan suave hace que me haga un alterado desastre por dentro.
Debo de estar soñando, es lo único que se me ocurre. Senku...el nunca,...el nunca me tocaría de una manera tan suave y cariñosa, menos aún si es en esa horrible marca que tengo. Y mucho menos me besaría, él no besaría nunca a otro chico...y mucho menos si soy yo.
- _____, ______ despierta, ¿Qué pasa?
Abrí los ojos y miré algo aturdido a mi amigo. Aún permanecía una vaga sensación en mis labios y piel, pero no recordaba en qué momento dejé de sentir ese tacto tan hermoso.
- ¿De...de qué?
Senku llevó su mano hacia mí y limpio mi mejilla, al sentir el rastro húmedo que dejaba sus dedos comprendí que estaba llorando.
- ¿Acaso te provocó pesadillas tener que dormir junto a mí?
Me sonrió después de bromearme, pero mantuvo su mano en mi mejilla.
Tarde unos momentos en contener un sollozo para poder sonreírle.
- Para nada
- ¿Entonces? ¿No fue una pesadilla?
- No, fue un sueño maravilloso...tanto que me dolió despertarme
Ambos nos miramos unos segundos, Senku suspiró y me limpio una vez más.
- No digas esas cosas, no sé si te ayude pero puedes quedarte así un momento si quieres.
Mientras me lo decía me abrazo torpemente. Tuve que esforzarme bastante para no devolverle el abrazo y limitarme a apoyar mi cabeza contra su pecho.
Duele, me duele el pecho demasiado.
No puedo dejar de llorar por el dolor.
....
Fui el último en despertarme al día siguiente, incluso Yuzuriha ya se había marchado.
Alcancé a despedir a Taiju y finalmente a Senku antes de las once, por lo que pude darme una ducha rápida y cambiarme justo a tiempo de ir a mi cita con el médico.
Mientras tomaba un taxi hacia allá evité pensar en lo de anoche, diatrayendome con mis audífonos o con algún juego del celular.
No tengo manera de saber que paso, de saber si fue un sueño o no, así que no debería mortificarme tanto por eso.
- Llegamos
- Gracias
Le pagué la tarifa al taxista y bajé del automóvil. Me gustaba el consultorio del doctor Satō, era muy limpio y con muchas macetas llenas de plantas con flores hermosas.
Su secretaria, una amable chica de ojos azules y cabello oscuro, me saludó alegremente en cuanto me vio y me ofrecí una taza de té en lo que esperaba un poco a qué el doctor estuviera listo.
- Está en medio de una llamada, pero no tardará mucho
- Gracias señorita Tachibana
Me puse a vagar por la sala de espera mientras bebía sorbos de té. Me había vestido con un pantalón oscuro y una camiseta blanca sencilla medio fajada, además llevaba una sudadera sobre los hombros, sin pasar los brazos por las mangas.
No había nada de gente a esta hora, así que pude ver con libertad los pocos cambios que había hecho el doctor. Tenía una fuente muy linda de unos jarrones en una esquina, el sonido que producía el agua al caer era muy relajante.
También tenía un par de plantas nuevas, una era una orquídea púrpura sobre la mesa de centro, y la otra era de unas extrañas flores con las tonalidades del fuego.
Mientras le echaba un vistazo más detallado a esta última una voz conocida me hizo girarme.
- Diría que es un gusto verte después de tanto, pero por desgracia soy doctor así que si me vienes a verme es por algo malo
Sonreí mientras me acercaba a saludar al doctor Satō, el tenía unos relajantes ojos de un café muy claro, además llevaba el largo cabello rubio cenizo recogido en una coleta baja, un lunar bajo su ojo derecho le sumaba más puntos a su atractivo. Era bastante joven para ser doctor, siempre lo había pensado.
- Pues en eso tiene razón, pasó algo extraño hace un par de días, y se me ocurrió que usted podría ayudarme.
- Seguro, no creo que esto sea algo de lo que preocuparse, siempre has tenido buena salud si no contamos lo propenso que eras hace unos años a resfriarte
- Esos años si que lo ví mucho
Me reí mientras dejaba que el doctor me guiará a su oficina.
....
- ...¿Estas seguro de que esto fue lo que escupiste?
Después de medirme, pesarme y hacerme una revisión general me había sentado en la silla frente al escritorio del doctor para contarle lo que pasó esa vez en el baño, y mostrarle el frasco en dónde había guardado ese extraño capullo que ya había comenzando a marchitarse.
- Sí, me costó mucho creerlo pero se lo juro. Pero no entiendo nada, ¿Cómo pude haberme tragado eso sin darme cuenta?
El doctor parecía muy preocupado, demasiado si me lo preguntan. Es un simple capullo, digo, tampoco es que sea lo más normal del mundo vomitar uno de esos pero no sé me hace que sea para tanto.
- Aparte de esa vez, ¿Has vuelto a vomitar o toser sangre?
Negué con la cabeza.
- ¿Dolores en el pecho? ¿Dificultad, aunque sea mínima, para respirar?
- Las dos
Satō soltó un suspiro afligido y se agarró la cara con la mano. No entiendo que sucede pero comienzo a tener un muy mal presentimiento.
- Te voy a preguntar algo y quiero que seas muy honesto, ¿Bien?
- Entendido
Dijo las siguientes palabras con lentitud y cuidado, como si al hacerlo de manera muy brusca pudiera activar una bomba.
- ¿Estas enamorado de alguien que crees que nunca te va a corresponder?
El rostro de Senku vino a mi mente acompañado de una dolorosa punzada en el pecho.
-...¿Eso que tiene que ver?
- Más de lo que crees, por la cara que pusiste supongo que la respuesta es un sí...en ese caso, me temo...me temo que muestras los primeros síntomas de una enfermedad muy peligrosa
Miré muy confundido al doctor, en cuanto esas palabras salieron de su boca sentí miedo. ¿Una enfermedad peligrosa? ¿Pero cómo? Es imposible, el mismo lo dijo, siempre estoy perfecto de salud, ¿No debería haber alguna señal antes de que todo esto llegará de golpe? ¿Y que tiene que ver con qué Senku nunca me vaya a corresponder?
- No entiendo nada
- Supongo que recuerdas como hace casi dos meses una luz extraña cubrió todo el mundo.
- Ojalá pudiera olvidarlo, fue un tremendo fastidio que TODO se enfocarán en eso tanto tiempo
- Bueno, a los pocos días de que eso sucedió se comenzaron a registrar los primeros casos de una enfermedad que hacía a las personas vomitar y toser sangre y pétalos, junto con uno que otro capullo de alguna flor desconocida. Ahora mismo se le ha dado el nombre de "la enfermedad de las flores", y hace justamente una semana tuvimos el primer muerto por esa enfermedad.
- Un momento, ¿Un muerto tan pronto? Dijo que la enfermedad surgió casi al mismo tiempo que esa luz, ¿Tan mala es? ¿Acaso yo...?
Me llevé la mano al pecho, ¿Acaso me voy a morir pronto?
- Tranquilo, la enfermedad no lo mató, el se suicidó. No supimos la causa que lo llevó a hacerlo hasta que le realizaron una autopsia e interrogaron a sus familiares cercanos, gracias a eso nos enteramos de varias cosas.
Miré con ansiedad al doctor, este rebuscó unos papeles en su escritorio mientras me hablaba, evitando a todos costa mirarme.
- Era un chico joven, no mucho mayor que tú, fue de los primeros casos registrados. Estaba perdidamente enamorado de una chica que se comprometió un día antes de su muerte, al principio pensamos que esa había sido la causa de su decisión, pero...la autopsia revelo que de alguna forma tenía flores completas creciendo en sus pulmones. A pesar de que su "huésped" muriera, las flores con sus tallos y racices, siguieron creciendo durante varios días a través de sus costillas, pulmones, corazón...subiendo por su garganta hasta ser algo visibles a través de su boca. Solo se detuvieron cuando el cuerpo fue cremado.
Tragué saliva y un escalofrío horrible me recorrió la columna, entonces yo tengo...tengo... ¡¿Tengo unas malditas flores creciendo en mi pecho?! ¡¿Por qué?! ¡Sigo sin entender por qué!
- Las fotos eran...ah, no te mentirte, era algo "hermoso" si ignorabas el cadáver, pero no era difícil adivinar qué debía ser extremadamente doloroso para él vivir con eso. Después de estudiar el resto de casos ya registrados y que iban surgiendo, se llegó a la conclusión de que por difícil que fuera de creer, está enfermedad comenzaba cuando se sufría demasiado por un amor no correspondido.
-...¿Es en serio? A ver, suena ridículo, ¿Si? A-ademas, ¿Un amor no correspondido? ¿Me voy a...me voy a morir por eso...? ¡Yo no estoy sufriendo por eso! He aprendió a vi-vir con...con eso...N-no me...no me importa...
Las lágrimas corrieron con facilidad por mis mejillas, me seque rápidamente mientras ignoraba el dolor en mi pecho que parecía empeorar con mis propias palabras.
- El que te hayas acostumbrado no significa que no te duela. De otra forma no habrían comenzado a crecer, debió de suceder algo que lo detonó, incluso aunque no te dieras cuenta de ello.
- Bi-bien, suponiendo que esto si sea cierto, ¿Que hago para detener esto?
-...no hay manera de detenerlo...