Siempre estuvo ahí.
Siempre lo supiste.
¿No confiabas en mi?
¿Por eso no te comunicabas y maldecías?
Yo quería ayudar, pero no podía hacer nada.
Ibas desapareciendo, sufrías en el proceso.
Extrañaba tu rareza, antes había vida en ti.
Ahora hay una llama que se apaga.