Nomás porque es fin de semana y ustedes me caen bien (además que estoy feliz, muy feliz) les publico un cap más, aparte que me he reído mucho con este cap, cuando lo terminen me entenderán.
Los amito mucho 🔥
Theo
−Hermano, tengo algo que debo decirte−Val está nerviosa. Retuerce sus dedos, parece doloroso, pero la distrae del miedo a lo que sea que vaya a decirme, y presiento que no será bueno.
−Suéltalo−suspiro cansado, la noche de ayer fue agotadora, emocional y físicamente, quisiera dormir una hora antes de irme con el jefe a una reunión de negocios en su casa.
−Le dije sin querer a Liah que tú eres mi hermano...−creo que no la he escuchado bien. Pero por su expresión sé que sí lo hice.
Ella se aparta unos pasos de mí, con la mirada perdida, siento que le dijo mucho más que eso. Pero supongo que ha dicho todo lo que está dispuesta a confesar y que lo que sea que le haya dicho a la morena no me afectará de forma directa a mí.
−Estamos perdidos−es lo único que sale de mi boca. Suspiro y escondo mi rostro en mis manos buscando la manera más inteligente de tratar de convencer a la castaña de que no diga nada.
−No, claro que no, me aseguró que no diría nada−se apresura la rubia a decirme con entusiasmo, sus ojos azules brillan como hace mucho no lo hacían.
−¿Cómo fue que se lo dijiste?−pregunto, intentando hacer tiempo para asimilar la reciente confesión de mi hermanita.
−En el hotel, le pregunté por ti, ella dijo algo sobre solo venderle información a los enemigos del jefe...−empieza a hablar entre balbuceos moviendo sus manos de un lado a otro−Yo... le conté todo, no le dije que eres de la MI6, solo que tuviste que entrar aquí por mí... lo siento−termina ella sentándose en el borde de su cama.
−Descuida, hablaré con ella−digo saliendo del cuarto de Val directo hacia la habitación de la morena.
Al llegar a la puerta noto que no está sola, hay dos personas más en la cama junto a ella, están en posición horizontal sobre la cama con los pies colgando, reconozco la cabellera color canela de Kena y el largo cabello castaño de Liah, pero no a la persona que está en medio de las dos chicas.
No hay ruido, sólo ellos tres.
Avanzo lentamente intentando que no me noten. Parecen estar dormidos.
Estando a una distancia mucho más corta noto que la persona en el medio es Max.
No puedo creerlo, no después de ver durante semanas el trato que este chico le ha dado a Liah y cómo se ha comportado estos años con las chicas del burdel.
Cuando retrocedo, mis zapatos rechinan sobre el piso de madera y los tres se levantan de la cama en perfecta sincronía.
La expresión de Kena y Max es de puro fastidio al notar que soy yo. Mientras que Liah se ve molesta.
Supongo que esperaban ver a alguien más.
−Ni una palabra de esto a nadie−advierte la castaña en un tono hostil.
−Yo debo irme, adiós Lee−se despide la chica fantasma con un abrazo hacia la castaña y le dedica una media sonrisa a Max. Él asienta dándole un apretón en el hombro y ella sale de la habitación rápidamente.
−¿Estarás bien si te dejo sola con él?−le pregunta el castaño por lo bajo, a lo que ella asiente.
¿Por quién me toma este hombre? ¿Acaso le he hecho daño a alguien aquí? Yo soy quien debería estar a la defensiva con él cerca de las chicas.
−Descuida, puedo con esto−ella suelta un gran suspiro y le da un rápido abrazo.
No entiendo nada. Siento que estoy soñando, esto es alucinante, es totalmente irreal.
−Nos vemos, Lee−se despide él y sale sin decir más.
Ella lo sigue hasta la puerta que prosigue a cerrar y mirarme con recelo.
−Supongo que Val te dijo que ya sé que son hermanos−dice rompiendo el silencio.
Mi mente aún no termina de digerir todo lo que acaba de suceder.
¿Por qué Max estaba tomando una siesta con Liah y Kena?
¿Por qué Liah parece confiar en él al igual que Kena?
¿Por qué ahora ambos la llaman Lee y ella se muestra afectuosa con él?
Las preguntas en mi mente parecen un torbellino que no me deja pensar con claridad.
−¿Me estás escuchando?−pregunta ella mucho más cerca de lo estrictamente necesario.
Doy un paso atrás guardando mi espacio personal y la miro unos segundos hasta que recuerdo su primera no-pregunta.
−Quiero pedirte que no le hables al jefe sobre lo que Val te dijo, no quiero que él vaya a hacerle daño, ella...
−Ya lo dije una vez a tu hermana, no vendo información de ese tipo. Ustedes no son importantes para la mafia, revelar su parentesco a Petrov o a alguien más no me beneficiará en nada−ella parece estar muy a la defensiva, como si le hubiera hecho algo muy malo.
−Lo siento, es que llevo mucho tiempo tratando de que nadie descubra nuestro secreto y...
−Ya te lo dije, su secreto no vale nada−vuelve a interrumpirme−Sin ofender−añade caminando por la habitación.
−Lo siento...−me disculpo.
−No vuelvas a entrar sin permiso, podrías ver cosas que no deberías. Y te repito, ni una palabra de lo que viste a nadie, tu secreto está a salvo, espero que el mío también lo esté-me señala como si hablara con un niño pequeño.
−Lo tendré en cuenta−digo sin sentirlo realmente.
No entiendo la actitud de esta chica.
¿Acaso le hice daño sin saberlo?
−Mira, no sé si hice algo malo o te herí de alguna forma. Si lo hice te pido perdón por ello...−digo sin poder tolerar más este abismo que parece más grande que la primera vez que hablamos.
−No podrías entenderlo...−dice más para ella que para mí.
Sigo sintiendo cada vez más confusión.
−Podría hacerlo si me cuentas qué hice mal−estoy cansado de este juego.
−No puedo, no confío en ti lo suficiente para permitirte abrir heridas que no sabrías cómo curar−dice con la mirada perdida.
−Pero sí confías en Max lo suficiente para quedarte a solas con él sin miedo a que te haga daño a ti o a Kena−siento mucha frustración en este momento. He intentado ser gentil, amable, atento, he soportado sus desplantes y malos tratos, hasta la he defendido del mismo Max y lo único que recibo de ella es rechazo.
¿Señor, acaso soy un mal tipo? ¿Acaso le he hecho daño, la he herido o le he dado razones para desconfiar de mí?
No juzgues para que no seas juzgado
¿Es eso producto de mi imaginación? Si lo es, es una muy mala jugada de mi cerebro.
−No sabes nada ni de Kena o de Max, ni siquiera me conoces realmente y mucho menos conoces nuestra historia, no tienes ningún derecho de opinar sobre lo que sucede después que bajo del maldito escenario o salgo de la oficina de Petrov. Yo decido en quién confiar y en quién no, y decido que no confiaré en ti... no para esto−su voz suena tan fría y afilada que duele.
Creí que comenzaba a ser su amigo, que podría algún día confiar en mí.
−Muy bien, entonces creo que no tengo nada más qué hacer aquí. Avísame cuando recapacites y entiendas que Max no es una buena persona y que no deberías confiar en alguien que mató a su propio hermano−digo con todo el veneno que no sabía que estaba guardando.
De inmediato quiero retractarme y pedirle perdón, no debí decir eso último y presiento que nada de lo anterior a eso. Debí salir por la puerta y no mirar atrás, pero nada de eso importa cuando la mano de Liah aterriza en mi mejilla.
Me ha golpeado, Liah me ha golpeado.
Y vaya que ha sido un gran golpe. Lo peor de todo es que sé que lo merezco.
Pero duele aún más cuando veo sus ojos llenos de lágrimas. Creo que mi corazón acaba de quebrarse un poco más.