아홉. / diecinueve.
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TaeHyung.
Había pasado más de dos semanas desde la última vez de vi a Jung HoSeok. Por alguna razón supo que estaba en casa de mi madre (JungKook, YuGyeom y JiMin no han hablado con él, ya que al enterarse lo que paso, no quisieron relacionarse más con Hobi) todos los días me llegaban varios presentes de todo tipo; peluches, flores, mis chocolates favoritos caseros, cartas de disculpa, accesorios y muchos mensajes de texto... detalles los cuales terminaban a la basura. Lo sabía, sabía que no podía perdonar esta infidelidad, no otra más, él fácilmente seguirá haciéndolo y no podré soportarlo más.
Tenía que separarme de él.
De tan solo pensarlo me entraban las ganas de vomitar. Aún lo sigo amando, no puedo dejar de hacerlo de un día para otro, es el amor de mi vida y la persona con la cual experimente cosas que jamás lo había hecho con nadie, fue mi primera vez en todo, me salvo del infierno en el cual vivía y lo ame como nunca lo hice con nadie más.
Estaba perdido.
HoSeok.
Era difícil levantarme por las mañanas y no despertar con el cálido cuerpo de TaeHyung a mi lado. Lo extraño, no hay ni un solo segundo que no esté pensando en él, no quería presionarlo, pero no podía evitar enviarle obsequios en un inútil intento por que recordara nuestro pasado, nuestro tiempo juntos antes de toda la mierda en la que acabo. YoonGi intentaba animarme, SeokJin hacía mis comidas favoritas, NamJoon me daba "terapias" para poder sobrellevar este dolor, perdonarme a mí mismo y aceptar que tal vez... por no decir que era seguro que TaeHyung me dejaría. Sana, era el hombro en el cual lloraba todas las noches ante su ausencia.
No asistía a clases desde el tiempo que nos separamos, no estaba activo en ninguna red social, no había señales de TaeHyung por ningún lado.
Tal vez era verdad, quería estar solo.
Al salir de la empresa, mi celular comenzó a sonar, me desanime al no ver el nombre de TaeHyung- Yoon, ¿qué tal?
- Todo muy bien, ¿y tú?
Suspiré- Igual... lo extrañó mucho.
- Lo siento tanto, Hobi -mi corazón dolió, TaeHyung amaba llamarme de esa forma- ¿ya saliste del trabajo?
- Sí, justo estoy por subirme al auto.
- Hay que ir a cenar, a mi restaurante favorito, nos vemos en una hora.
- No tengo ánimos de...
- No quiero nada de negativas, ¡vamos a salir y despejar tu mente! no es sano estar encerrado todo el día, HoSeok -lo regañó- por favor, acompáñame a cenar, como en los viejos tiempos.
- De acuerdo... -acepto, rendido- te veo ahí.
- En una hora -recordó, luego de colgar.
TaeHyung.
- ¡TaeHyung! ¡llego JiMin! -grito mi madre.
- ¡Dile que puede subir!
JiMin venía a verme todos los días desde que se enteró de lo de HoSeok, traía aperitivos y golosinas para subir mi ánimo, contándome sobre lo que hizo en su día, en un intento inútil de distraerme.
- ¡TaeTae! -me abrazo con fuerza- ¿cómo estás? te noto muy delgado...
- Las ganas de ir a verlo me están matando... -lloré sobre su hombro.
- Entonces ve por él.
- N-No puedo... n...n-no puedo perdonarlo -solloce.
Me tomo de las mejillas y beso mi frente- Limpia tus lágrimas, ve a bañarte y a ponerte realmente guapo hoy, iremos a un restaurante a cenar.
- No quiero -negué una y otra vez- no q-quiero moverme de aquí.
- Por favor, TaeHyung -rogó JiMin- llevas estás dos semanas encerrado, acostado y llorando todo el día. Tu madre esta tan preocupada por ti que no sabe cómo ayudarte, nos duele verte así, TaeTae -agache la mirada- por favor, solo vamos a cenar y nos regresamos, ¿sí? hazlo por tu madre y por mí -suplico.
- E-Está bien... -acepto, desanimado.
- Ve a bañarte, yo escogeré tu ropa.
TaeHyung se puso una camisa de botones, pantalones de vestir y zapatos negros. Hacía mucho que no vestía con esas ropas, por lo cual se sentía un poco extraño e incómodo.
- ¡Ya nos vamos, SunMi-noona!
- ¡Adiós chicos! ¡vayan con cuidado!
YoonGi y HoSeok llegaron al restaurante, caminando hacía la mesa reservada por su amigo, sorprendiéndose al ver a una chica sentada, ¿qué diablos estaba pasando?
- ¿Qué...?
- Confía en mí, solo siéntate y cállate -ordenó YoonGi.
Confundido, lo hizo. La chica le sonrió amablemente y sintió el típico deja vú de haberla visto en algún lado. Saco su celular para revisar si TaeHyung había respondido algunos de sus tantos mensajes, pero nada. Suspiró desilusionado, tenía que dar todo por perdido.
Entonces lo vio entrar por las puertas del lujoso restaurante con aquellas ropas elegantes que lo hacían lucir realmente hermoso, con su cabello largo, dejando al descubierto un poco su frente y aquel aroma tan característico a almizcle, madera y flores de su chico que tanto había extrañado.
- ¿H-HoSeok? -habló con un hilo de voz su niño.
- TaeHyungie... -sus ojos adquirieron un brillo peculiar al verlo después de tantos días lejos de él.
- Siéntate, TaeHyung -pidió JiMin. El chico lo hizo, sin entender absolutamente nada.
- Los cite aquí porque tengo algo muy importante que hablar con ustedes -ambos miraron confusos a YoonGi- cuando me entere de su separación, no lo podía creer, he estado con HoSeok desde que éramos unos niños, lo vi creer a mi lado, por lo que puedo jurarte, TaeHyung, que él es incapaz de hacerte algo así, jamás lo había visto tan enamorado y entregado a alguien como lo fue contigo -los ojos del chico se cristalizaron ante sus palabras- así que fui hasta Londres con JiMin a buscar a RyuJin, la chica con la que HoSeok se acostó -el corazón de TaeHyung dolió al ver a la chica, era hermosa con sus cabellos rosados y maquillaje ligero. Miro a HoSeok, quien estaba paralizado en su lugar mirando a la mujer.
- Un gusto conocerlos -se inclinó ante ellos- mi nombre es Shin RyuJin. Lo que en realidad paso ese día fue que en el bar del hotel en cual estaban todas las empresas hospedadas, hicieron una fiesta de celebración por los negocios cerrados con éxito -comenzó a explicar- HoSeok-nim tomaba demasiado mientras hablaba y bromeaba con sus amigos, mientras tanto yo me encontraba con mi novio Choi BeomGyu -se sonrojo al recordar- fuimos a mi habitación y paso... l-lo que tuvo que p-pasar -se sonrojo- tuvo que salir después de ello, no teníamos que levantar sospechas puesto que somos de diferentes empresas del occidente, no podemos estar juntos por cuestiones legales... pero eso no nos impide amarnos -sonrió triste- yo me quede dormida y al cabo de una hora escuche a alguien entrar a la habitación, como se quitaba la ropa y entraba a mi cama, pensé que era Beommie, así que no me preocupe y seguí durmiendo... hasta al día siguiente que desperté y vi a HoSeok-nim vistiéndose rápidamente, me asuste tanto que le arroje un florero, le grite que se fuera y así lo hizo, luego de eso no volví a saber de él, supuse que estaba apenado por haber dormido en mi cama por error... hasta que YoonGi-nim me conto lo que estaba pasando y no dude en venir a arreglar las cosas.
TaeHyung colapso. Lloró con fuerza contra el pecho de HoSeok, eran lágrimas de dolor, pero también de alivio y felicidad al saber... que nunca le fue infiel.
- ¡L-Lo lamento t-...tanto hyung! -sollozo el chico con voz estrangulada- fui un t-tonto al dudar de ti, al creer que tú eras capaz de hacer eso -bramó, aferrándose a su cuerpo con desesperación.
- No tengo nada de que perdonarte, mi vida -lo abrazo, llorando lágrimas de felicidad al tener por fin en brazos a su bebé después de tanto.
- Te extrañé tanto...~ -sollozo contra su pecho, abrazándolo con fuerza desmedida, no quería estar ni un segundo más lejos de él.
Las tres personas presentes sonrieron ante la emotiva escena, felices por la reconciliación de la pareja después de tanto dolor que sufrieron por la separación.
- Gracias, hyung -murmuró HoSeok a YoonGi- gracias, RyuJin.
- No hay de que, hyung. Son una hermosa pareja, no merecen estar separados nunca más -les sonrió, esperaba que BeomGyu y ella estuvieran así algún día, sin la constante preocupación de las empresas por su relación prohibida.
- Ustedes dos nacieron para estar juntos -respondió YoonGi simplemente, abrazando a JiMin por detrás y dejando un beso en su abultada mejilla.
HoSeok y TaeHyung no esperaron ni un segundo más, unieron sus labios en un suave y pasional beso, jadeando del alivio que inundo sus cuerpos con aquel simple contacto. Se habían extrañado tanto, se lastimaron demasiado al estar separados que querían recuperar el tiempo perdido y jamás volver a estar el uno sin el otro.
Se amaban, eso era más que suficiente para perdonar sus equivocaciones.
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