El Ascenso De Un Alfa ©

By AMH120

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Noah es un chico que a penas conoce su mundo, pero antes de tomar el cargo como el nuevo alfa; él cree que de... More

Prólogo
Capítulo Uno: El Novato
Capítulo Dos: Lejos De Casa
Capítulo Tres: Una Mano Amiga
Capítulo Cuatro: Perdiéndose
Bonus Familia Hale
Capítulo Cinco: Asesina
Capítulo Seis: Si Puedes Escuchar
Capítulo Ocho: Blake Shadow
Capítulo Nueve: Cuando Te Deje
Bonus Familia Hale
Capítulo Diez: Misericordia
Capítulo Once: Resignación
Capítulo Doce: Conóceme
Capítulo Trece: Menguante
Capítulo Catorce: Pronto En Casa
Bonus Familia Hale
Capítulo Quince: Cazador Cazado
Capítulo Dieciséis: Nueva Luna
Capítulo Diecisiete: La Elegí
Capítulo Dieciocho: Cicatrices
Capítulo Diecinueve: Confusión
Bonus Familia Hale
Capítulo Veinte: Tu Decisión
Capítulo Veintiuno: Renuncio A Ti
Capítulo Veintidós: De Nuevo En Casa
Capítulo Veintitrés: Adiós
Capítulo Veinticuatro: Soltarte También
Capítulo Veinticinco: Enemigo Natural
Capítulo Veintiséis: Nuestra Historia
Capítulo Veintisiete: Cambios
Capítulo Veintiocho: Mi Sacrificio
Capítulo Veintinueve: Nuevos Mundos
Capítulo Treinta: Min Månen
Capítulo Treinta y Uno: Mío
Capítulo Treinta y Dos: Nubes e Ilusiones
Capítulo Treinta Y Tres: Cuidaré De Ti
Capítulo Treinta y Cuatro: El Hombre De Tu Vida
Capítulo Treinta Y Cinco: Verdad
Capítulo Treinta Y Seis: Tyler Hale
Capítulo Treinta Y Siete: Heredero
Capítulo Treinta Y Ocho: Los Hale
Capítulo Treinta Y Nueve: Nuestro Pasado y Futuro
Capítulo Cuarenta: Volví Por Ti
Capítulo Cuarenta Y Uno: Vuelve
Capítulo Cuarenta Y Dos: Príncipe Demente
Capítulo Cuarenta Y Tres: Por Su Amor
Capítulo Cuarenta Y Cuatro: Todo Cambia
Capítulo Cuarenta Y Cinco: ¿Qué Más Quieren De Mí?
Capítulo Cuarenta Y Seis: Arconte De Luna
Capítulo Cuarenta Y Siete: Familia y Justicia
Epílogo
Agradecimientos
La Creación de un Alfa

Capítulo Siete: Camino A Casa

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By AMH120

Noah

Había despertado de nuevo cuando Emily me golpeó con una almohada en la cara.
Ya había empacado y estaba lista para que nos fuéramos de su casa. Sé que estaba triste de dejar sus cosas, el hogar que ella misma se había construido, pero sé que podré darle todo eso de nuevo en cuanto lleguemos con el amigo de mis padres.

La empresa de mi madre debe estar cerca de éste lugar, lo sé porque mi madre me habló muchas veces de que ella y tío Jake estaban viajando siempre. Incluso me mostró muchas fotografías de ella cuando era más pequeña. Así que al menos sabía que no estaba tan perdido entonces.

—¿Y bien?

Miré a Emily cuando me habló y sonreí de nuevo.

—No escuché, lo siento.

—¿Sabes por dónde empezar?

Asentí.

—Sé que él está cerca de una gran torre triangular.

—¿Una torre? —dijo confusa—, ¿Cómo cuál?

Me encogí de hombros y negué.

—La verdad es que jamás he salido de mi manada, no sabría en dónde está —sinceré—, excepto por los mapas que mi tío Bastian me daba a veces, no conozco nada que esté fuera de mi territorio.

—Espera un momento —dijo al detenerse y mirarme confundida—, ¿Territorio? ¿Manada? ¿De qué hablas, Noah?

Apreté mis labios un poco y negué al empezar a explicar.

—El lugar en el que yo vivo, mi territorio, lo llaman manada. Nadie más sabe dónde está y no va a aparecer en ningún mapa humano, pues hemos estado ocultos por años gracias a la magia.

—¿Magia? —. Rió sarcástica.

—Hay más allá de lo que tus ojos pueden ver —. Asentí—. En éste mundo no sólo existen los humanos, sino también otras criaturas que, como tú, se protegen en las sombras y en máscaras.

—Primero, sé que hay cosas que existen además de los humanos —sonrió burlona—, hay animales, planetas y extraterrestres. Así que no hay manera de que alguien no los haya visto antes.

—Yo no dije que tú fueras la primera en hacerlo —. Negué cruzándome de brazos.

—Bien —negó—, y en segundo lugar, no uso máscaras para protegerme. Jamás me he ocultado así.

—Muchos humanos lo hacen —asentí—, los he visto en algunos libros de la biblioteca de mi manada. Hay muchos lugares en los que les gusta usar máscaras horribles.

Dije sintiendo un escalofrío en mi cuerpo, pues el asco y miedo es más fuerte que yo.

—¿Te refieres a los carnavales y las mascaradas? —. Cuestionó confusa y asentí—. Eso no es siempre y no es para ocultarse. Es solo por diversión.

—¿Por qué les divertiría ser alguien más? En especial usando una máscara tan fea como la de una mujer con una nariz tan grande y con una verruga.

—Es una bruja.

—Conozco a las brujas y para nada se parecen a eso —negué confundido—, es más, creo que son parte de las criaturas más hermosas de éste mundo.

—Eso no es verdad —. Se burló.

—Por supuesto que sí —asentí seguro de lo que decía—, pero aún no contestas a mi pregunta, ¿Por qué lo hacen?

—Supongo que para un ser ordinario como nosotros, es divertido jugar a ser alguien más de vez en cuando —se encogió de hombros—, te aleja de tu realidad por un momento.

Asentí al entender a medias y la seguí mirando cuando empezamos a caminar de nuevo.

—¿Crees que si ves una fotografía de aquella torre o pirámide que dices, puedas reconocerla?

—Sí, mi memoria nunca falla.

—¿En serio? —. Me miró de nuevo y sonreí.

—Por supuesto que sí. Me jacto de ello.

Ella negó sonriendo y ambos miramos al frente al seguir caminando.

Caminamos un par de calles más y Emily me metió en un callejón para sacar su teléfono y comenzar a buscar en él.

—¿Qué haces? —. Pregunté tratando de mirar lo que hacía.

Ella no me dejó hacerlo y siguió con la mirada pegada en el aparato en sus manos.

—Busco alguna cosa parecida con lo que pueda compararse una torre triangular.

—Es negra —. Asentí y me senté en el suelo.

Ella me miró confundida, sin embargo, en segundos me mostró su teléfono y sonreí al ver la imagen.

—Es ahí.

—¿Francia? —rió—, ¿Es en serio?

—Pues es el lugar en el que mi madre y mi tío se tomaron la foto con su amigo.

—Dime la verdad, ¿Qué clase de amigo es?

—Oh, no es lo que crees —reí—, mis padres se aman demasiado y jamás dejarían que alguien se entrometa entre ellos dos. Jamás lo harían.

—No me refería a eso, Noah —negó—, yo me refería a si ése amigo es como tú.

—Ah, eso no lo sé. Pero debe de serlo si sabe a dónde mandar las cartas siempre —la miré pensando—, sólo he visto el sello y sé que viene de allí. La torre también viene en los sellos y la carta siempre está escrita en un idioma antiguo de la manada que me ha costado aprender.

—¿Hablas más de un idioma? —. Cuestionó sorprendida.

—Por supuesto que sí —asentí—, ¿Por qué crees que puedo hablarte tan fácilmente si yo soy Noruego? O nórdico, como te gusta decirme.

—No lo pensé antes... —. Sinceró.

—Hablo muchos idiomas por causa de que algún día yo tendré que hacerme cargo de mi manada —dije poniéndome de pie—, además, tengo que lidiar con muchas personas de otras manadas y clanes que quizá no hablan mi lengua.

—¿Hay más personas como tú?

—Muchos más —asentí—, aunque debo admitir que yo soy lo más parecido a un humano. Los míos y yo somos así.

—¿Los tuyos?

—Demasiada información por hoy —. Negué al ver la confusión crecer en sus ojos, le nublaban la mirada y hasta sus pupilas se hacían grandes cuando me miraban—. Es mejor que te cuente más cuando asimiles esto.

—Pero yo quiero saber, es lo justo —. Dijo molesta.

—Sé que es así pero no es bueno que lo conozcas todo de lleno. Es mejor si vamos paso a paso y te explico las cosas con calma porque es importante que recuerdes lo que te digo.

—¿Por qué lo sería?

—Porque si algún día quieres volver a verme, después de dejarte, podrás buscarme por tu propia cuenta —. Murmuré—. Te daré las armas que necesitas para que me puedas encontrar cuando tú lo desees.

—Yo no lo haría —negó molesta y vi de nuevo la furia crecer en sus ojos—, después de esto, no hay más por lo que yo te buscaría. Tenemos un trato, Noah, y no seré yo quien lo rompa.

Asentí decepcionado con su respuesta, pero en el fondo yo ya lo sabía y no podía hacer nada al respecto. Es decisión de ella si quiere seguirme o no.

—¿Entonces? —. Cuestioné—. ¿Qué hacemos ahora que sabemos a dónde ir?

—Que bueno que lo preguntas, pues hay mucho que hacer ahora que sabemos que vamos a fugarnos al otro lado del mundo —. Dijo sarcástica y guardó de nuevo el celular en su bolsillo trasero.

—¿A qué te refieres? —. Pregunté confundido.

—A que tenemos que hacer un trato con el mismo diablo.

—¿Qué?

—Dime, Noah —se cruzó de brazos para verme—, ¿Acaso entre todos tus poderes tienes el de aparecer dinero o algo parecido?

—Pues no puedo hacer eso —negué—, a penas puedo hacer que...

La miré y me quedé callado.

—No puedo aparecer dinero como duende —negué—, no sé ni siquiera como encontrar el final del arcoíris.

—¿Eso es verdad? Creí que eso de la olla de oro era un mito, un cuento para los niños.

—¿Hablas de que uno de ustedes lo sabe y lo ha contado a los demás? —la miré incrédulo—, deben de ser de alma pura como para poder encontrar el final del arcoíris.

Ella rió pensando que me burlaba de ella y negué. Yo no lo hacía, era cierto, los duendes de oro siempre contaban que pocos habían encontrado su tesoro y que si lo hacían lo entregaban sin nada a cambio. Pues el camino para llegar en sí ya había sido bastante difícil y lleno de sacrificios.

—Dejando de lado tus fantasías —negó—, tenemos que llegar al otro lado del mundo y para eso necesitamos dinero. No podemos simplemente nadar un océano entero para llegar a Francia.

La escuché decir con burla y negué.
No era mi culpa que no haya salido jamás de la manada y que se haya visto tan sencillo. El mapa parecía ahora un poco más grande de lo que me había imaginado jamás.

—Vamos a tener que ir con Blake.

—¿Quién es Blake?

—El hombre más rico del mundo bajo de ésta ciudad —negó—, y el único que nos puede llevar hasta Francia sin decir nada.

—Supongo entonces que si es un hombre del mundo bajo, querrá algo a cambio de esto.

—Entendiste muy bien —asintió—, y me temo que el favor que se le hace a Blake es del mismo calibre que el que tú le pides.

La miré pensar un poco y forzar a su mente a no pensar más allá de lo que ella deseaba. Podía escuchar que algo se formaba en su cabeza a base de gritos, pero no podía ir o ver más allá. Ella no me dejaba hacerlo.

—¿Tú haz ido allá alguna vez?

—Conozco a Blake porque John le pidió un favor hace tiempo y yo fui con él —. Asintió—. Fui el seguro de John, lo que haría que él hiciera todo lo que Blake le pidiera.

—¿Te dejó allí con él? —. Espeté incrédulo.

—No pasó nada, Noah —me miró molesta al verme preocupado—, al menos a mí no.

La miré confundido y pude ver lo mucho que decir las cosas le estaba pesando. Parecía que un mal recuerdo se formaba en su mente y no la dejaba en paz una vez que la atormentaba.

—Vamos.

La vi negar y comenzar a caminar de nuevo mientras que yo la miraba un poco antes de seguirle el paso. No estaba siendo justo al querer mostrarle más de mí cuando ella no lo hacía así conmigo, pero tampoco podía exigirle que lo hiciera porque ella es la que estaba molesta y aún así me ayudaba. Y eso era más que un milagro para mí.

Caminé a su lado el tiempo que seguimos andando por la ciudad, pero no me miró ni yo a ella en ningún momento. Me estaba sintiendo incómodo incluso, pero Emily no parecía estar de humor para estar soportando mis preguntas y tampoco quería tentar a mi suerte.
Sabía que el hilo de su tensión era fino.

—No puede ser...

La miré cuando habló, más no me dejó decir más cuando me hizo abrazarla. Pegó sus labios a mi mejilla en un instante y me quedé inmóvil ante su gesto.

Podía jurar por los dioses del mismo cielo que sus labios eran tan suaves como una nube y tan cálidos como la arena de la playa en primavera.
Una sensación en mí comenzó a crecer y me sentí por un momento como si el tiempo se hubiese detenido. Nadie se movía ahora y tampoco ella lo hacía, así que disfruté de la dulce caricia de sus labios en mí. Suave y dulce cómo sus brazos alrededor de mi cuello.

—Bien, ya se fueron —. Dijo y me separó de ella sin ningún previo aviso.

Yo la miré incapaz de moverme y me miró confundida.

—¿Qué te pasa ahora?

Fui incapaz de contestar y miré a la misma dirección que ella cuando dejó de mirarme.
Vi una camioneta negra pasar de manera lenta y lejos de nosotros. Ahí fue cuando entendí las cosas.

—Los hombres de John nos estarán buscando todo el día y solo Blake nos va a poder sacar de aquí sin decir nada.

—¿Qué?

—Esa camioneta es la de Vladimir —negó al verme—, y a menos de que sea un fantasma sólido ahora, esa camioneta va a seguir andando por las calles buscándonos.

—Estamos lejos de tu departamento —negué—, ¿Cómo pudieron llegar aquí?

—Debemos tener más cuidado hasta de lo que nos ve en la calle, como un espejo o una cámara.

Yo la miré confuso y negué.

—¿De qué hablas?

—De que tú y yo debemos ocultarnos hasta que caiga la noche —me miró sería y puso una gorra en mi cabeza—, esa es la hora en la que Blake y sus hombres aparecen. Esta noche es la única oportunidad que tenemos de ver a Blake antes de que los hombres de John nos encuentren.

Siguió caminando y yo la seguí tratando de no mirar demasiado a alguien. No deseaba que mi rostro se les grabara en la mente y pudieran delatarme.
Sabía que estaba en peligro y quizá el peligro que yo corría ahora con Emily era menor al que ella corría conmigo. Lo que me hizo darme cuenta de que quizá ahora no sabía cuál de los dos era el más fuerte.

—Estaremos a salvo en un lugar demasiado concurrido.

—¿Como un parque? —. Dije sin pensar.

—Exacto —me miró con aprobación—, estás mejorando en esto de las huidas.

Sonreí sin saber bien el por qué pero traté de no arruinar el momento en el que al menos ella no me odiaba tanto.

Caminamos unos minutos más y al fin nos pudimos sentar en una banca de un gran parque. Sé que era grande por la manera en la que los árboles cubrían el lugar sin dejar ver a los edificios.
Emily ya había sacado una libreta y estaba comenzando a hacer anotaciones mientras que yo estaba sentado y miraba el lugar con detenimiento.

No se parecía para nada a mi casa, pero debo admitir que era el lugar más tranquilo de ésta loca y absurda ciudad de locos.
¿Qué hacía yo aquí? Siempre había pedido ver el gran lugar del que mi madre provenía y también deseaba ver con ansias el hábitat de una especie casi desconocida para mí. Aunque ahora mismo no podía creer que entre tanta maravilla casi nadie viniera a lugares como éste en busca de calma y paz.

No había demasiada gente en el parque como se procura ver, no al menos como mi tío Jake decía.
Sí, había gente pero casi nadie disfrutaba del parque y la naturaleza como yo podría hacerlo incluso con los ojos cerrados. Quizá solo los niños lo hacían.
Y que espécimen tan curioso. Los niños humanos hacían tantas cosas y jugaban con las leyes de gravedad como nadie. Daba curiosidad saber por qué no temen romperse un hueso cuando escalan árboles tan altos o esa pirámide con piedras de colores. Parecían dignos adversarios de la gravedad.

Incluso un cachorro de lobo sabía hasta donde llegaban sus límites y fortalezas, ¿Por qué el cachorro humano no?
Era extraño para mí el ver que el eslabón más pequeño de la vida humana es más fuerte que el más grande. Incluso podrías decir que hasta es más decidido y valiente que el humano adulto. Cuando en mi especie es siempre al revés.

Incluso de niño siempre fui fuerte, pero no tanto como ahora. Podía controlar mis poderes hasta con los ojos cerrados siempre y cuando mis padres no me estuviesen presionando cada que uno nuevo aparecía.
A veces creía que ellos trataban de aprisionar mis poderes en vez de dejarlos salir y explotarlos para así hacernos cada vez más fuertes y poder proteger a mi manada.

A veces imaginaba que mi manada era la más fuerte de todas y era a quien recurrían otras en busca de protección. La manada de Månen sería amada y no temida.

Ya no deseaba eso para mi familia.

—¿Noah?

Miré a Emily cuando ella me habló mientras sostenía un lápiz en mi dirección.

—Perdona, ¿Qué?

—Te dije que si recordabas el símbolo del sello en las cartas del amigo de tus padres —murmuró—, es importante que puedas recordarlo y dibujarlo para que yo pueda investigar a dónde ir después de llegar a París.

—Ah, sí —. Asentí y tomé el lápiz de su mano para dibujar en su libreta todos los sellos que recordaba que venían en las cartas.

—¿Estás bien? —. Inquirió mientras dibujaba.

—Sí —. Respondí sin mirarla.

—Bien.

Suspiré dibujando de nuevo y traté de concentrarme en los sellos. No deseaba molestarme más, pero la historia del monstruo que fue mi padre me enfurecía. Quería hacerle saber al mundo que Byron Hale no es quien creen y que hasta el hombre más inteligente puede caer en la misma trampa en la que mi padre cayó.

No era justo que solo nosotros supiéramos la verdad y no el resto del mundo que lo criticaba. Era... Humillante.
Mi padre no siempre fue un monstruo y sabía que mis padres tenían miendo a que yo, por mi poder, me creyera todo ello y me volviera un hombre con sed de poder. Lo sabía y siempre lo he hecho porque sé lo que ambos piensan cuando me ven hacerme cada vez más fuerte.

En medio de su orgullo siempre existía el temor a que yo me volviera un demonio más.

Un verdadero monstruo.







Nuevo Cap.

Espero que les éste gustando la historia mis Wattis. Nos vemos muy pronto esperando tener más noticias sobre éste par y de sus nuevas aventuras del otro lado del mundo.

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